El debate catal¨¢n
Dice Junqueras, el l¨ªder de ERC, que Catalu?a ser¨¢ un Estado democr¨¢tico por voluntad popular. La voluntad popular no parece indicar esa direcci¨®n ya que deber¨ªa de saber que los referendos no se ganan por esca?os sino por votos, porque una mayor¨ªa de catalanes lo deseen, y eso es algo que esta lejos de ocurrir. ?l deber¨ªa saber que a pesar de la mayor¨ªa que le otorga la ley electoral, su coalici¨®n, la que tiene con CIU, suman el 40% de los votantes, lo que equivale a decir un 30% m¨¢s o menos de los catalanes con derecho a voto, y eso sin tener en cuenta que Uni¨®n Democr¨¢tica no est¨¢ por la labor. Lo que s¨ª puede ser es democr¨¢tico y no dividir a la sociedad en dos partes de forma artificial. La calle est¨¢ bien para hacer ruido, pero los votos se miden en las urnas, y en las urnas ERC tuvo menos votos que el PSC, es un partido min¨²sculo y no s¨¦ por qu¨¦ se empe?a en manipular el destino de Catalu?a.¡ª Ra¨²l Saavedra L¨®pez. Las Rozas, Madrid.
Por un momento, he visto un rayo de esperanza al o¨ªr las manifestaciones del se?or Montoro en el sentido de que el Estado quer¨ªa evitar el choque de barcos con Catalu?a.
Pero, claro, surge la pregunta: ?c¨®mo lo har¨¢n? Porque, aunque el prop¨®sito existiese de verdad, no se me ocurre c¨®mo podr¨ªa el Estado compensar a Catalu?a del abrumador d¨¦ficit fiscal de estos ¨²ltimos a?os, del retraso en inversiones en infraestructuras, del incumplimiento de leyes como la disposici¨®n 3? del Estatut, del trato dado a la lengua catalana¡ ?Pedir¨¢ el se?or Montoro a su colega se?or Wert que retire el proyecto de ley de educaci¨®n que persigue el arrinconamiento del catal¨¢n en su propia tierra?
Sin embargo, y aun siendo todos estos elementos muy importantes y explicativos del auge del soberanismo, lo primero que yo le pedir¨ªa al Estado es que hiciese un reconocimiento p¨²blico de la solidaridad desproporcionada que ha venido aportando Catalu?a al resto del Estado, y una petici¨®n tambi¨¦n p¨²blica de que cejen las consecuencias de su ocultaci¨®n, es decir: los boicots en marcha y la creciente catalanofobia.
Vuelvo a la realidad, y veo que no har¨¢n nada de esto, sino que continuar¨¢n con el mismo rumbo.¡ª Jordi Marina Mart¨ªnez. Barcelona.
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