La traves¨ªa de Mas
El presidente catal¨¢n incorpora perfiles marcadamente soberanistas al nuevo Gobierno
El Gobierno que ha nombrado el presidente catal¨¢n Artur Mas es un fiel reflejo de la mayor debilidad de CiU en la d¨¦cima legislatura que comienza y, por tanto, de la necesidad del presidente de rodearse de un n¨²cleo compacto que le permita afrontar el envite soberanista radical al que le obliga el acuerdo con ERC. A diferencia de hace dos a?os, Mas ya no habla del ¡°Gobierno de los mejores¡±, sino de un Gobierno fuerte para un ¡°momento ¨²nico¡± destinado a ¡°cambiar el rumbo de la historia de un pa¨ªs milenario¡±. Persistiendo en un an¨¢lisis err¨®neo de la realidad, Mas cree que debe pilotar este cambio radical aunque ello comporte un alto riesgo de colisi¨®n y recurre de nuevo a met¨¢foras excesivas: proclama su ¡°voluntad de hierro¡± para encarar, ¡°firme en los objetivos y sereno en las formas¡±, la convocatoria de una consulta sobre el futuro de Catalu?a, para la que reclama di¨¢logo, pero sin ocultar la amenaza de recurrir a los hechos consumados si lo creyera necesario.
La composici¨®n del Ejecutivo, con menos independientes y con incorporaciones significativas del n¨²cleo duro soberanista, obedece ante todo a la necesidad de facilitar el cumplimiento del acuerdo con ERC y resta?ar las heridas de Uni¨®, que recupera la cuota del 25%. Aunque incluye alg¨²n gui?o para tratar de mostrar una mayor sensibilidad social, mantiene en Sanidad a Boi Ruiz, adalid de las pol¨ªticas de privatizaci¨®n.
El Gobierno descansa sobre dos puntales. En el ¨¢mbito pol¨ªtico, Francesc Homs, que se incorpora al Ejecutivo con las funciones que ya ten¨ªa como secretario y portavoz, pero reforzado con asuntos exteriores. Mano derecha de Mas e ide¨®logo del giro soberanista de CiU, Homs ser¨¢ el encargado de organizar la pretendida consulta sobre la independencia y recabar apoyos internacionales para la causa, lo que permite pronosticar tensiones con el Gobierno de Espa?a.
En el econ¨®mico, el Gobierno descansa sobre el consejero Andreu Mas-Colell, que garantiza al menos seriedad en una coyuntura muy delicada. Con los mercados financieros totalmente cerrados, la Generalitat depende para su financiaci¨®n de que el Gobierno central le transfiera recursos del fondo de rescate auton¨®mico. Mas-Colell ha aplicado hasta ahora un programa pol¨ªtico de la m¨¢xima ortodoxia en las pol¨ªticas de austeridad, pero la ca¨ªda de los ingresos fiscales hace prever una legislatura a¨²n m¨¢s dif¨ªcil que la anterior. Los recursos del fondo de rescate auton¨®mico est¨¢n condicionados al cumplimiento de los objetivos de d¨¦ficit, que Catalu?a ya ha dicho que no va a poder satisfacer. La ley que regula este fondo permite que el Gobierno intervenga las finanzas de las comunidades que no cumplan. As¨ª las cosas, ser¨ªa un error que el Gobierno usara la pol¨ªtica financiera para torpedear el programa soberanista del Gobierno catal¨¢n. La Generalitat debe poder funcionar con normalidad y la lealtad institucional deber¨ªa ser la premisa de conducta rec¨ªproca.
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