Aguantar mata: el dilema de Espa?a
Para salir de la crisis y volver a crecer no hay que resistir y esperar la vuelta de los buenos tiempos. La sociedad debe abordar el reto cultural, econ¨®mico y pol¨ªtico, abrazar el cambio estructural y la innovaci¨®n
La palabra que m¨¢s frecuentemente escucho en conversaciones sobre la situaci¨®n econ¨®mica espa?ola, desde hace cinco a?os, es ¡°aguantar¡±. Debemos aguantar; aguantamos este periodo; si aguantamos, las cosas van a mejorar; aguantamos y se resolver¨¢n los problemas, etc¨¦tera. Pol¨ªticos, empresarios, expertos econ¨®micos y hasta la gente de la calle repiten cada d¨ªa que lo que debemos hacer es aguantar y poco m¨¢s, ya que, tarde o temprano, todo esto acabar¨¢ y volveremos a los buenos tiempos.Se equivocan estos se?ores y nos equivocamos todos al pensar que la soluci¨®n requiere, simplemente, aguantar: requiere exactamente lo opuesto a aguantar, pero parecemos incapaces de entenderlo. El problema, casi seis a?os despu¨¦s del comienzo de esta crisis, se est¨¢ haciendo cultural: no hemos identificado correctamente la situaci¨®n y nos enfrentamos a ella desde un punto de vista equivocado.
Sin duda la idea que un pueblo fuerte y trabajador pueda aguantar un tiempo soportando las destrucciones que un cataclismo inesperado genera para volver a empezar cuando el cataclismo acabe es natural y comprensible. Hasta justificada, si el cataclismo en cuesti¨®n fuera un hurac¨¢n o algo parecido, generado por factores externos al ambiente que debe soportarlo y que es razonable esperar que acabe relativamente pronto, dejando una situaci¨®n que, si no fuera por los destrozos causados, ser¨ªa id¨¦ntica a la anterior. Pero este no es el caso de la crisis econ¨®mica en la que vivimos sumergidos desde 2007 y de la cual no vemos todav¨ªa el fin ni, sobre todo, la v¨ªa de salida. La raz¨®n es que la situaci¨®n grave y peligrosa en la que vivimos no fue causada desde fuera (por los mercados financieros internacionales, como muchos pol¨ªticos han ido repitiendo desde el primer momento), sino desde dentro de nuestro sistema socio-econ¨®mico, y solamente desde dentro, puede encontrar soluci¨®n. Esta soluci¨®n debe venir de la pol¨ªtica ¡ªo sea, de nuestra capacidad colectiva de entender de d¨®nde vienen las dificultades y de adoptar las medidas necesarias para resolverlas¡ª y es la pol¨ªtica la que, hoy d¨ªa, falla en el an¨¢lisis.
La met¨¢fora m¨¢s apropiada no es la del hurac¨¢n generado por fuerzas externas que cae sobre el peque?o e inocente pa¨ªs causando grandes destrozos que hay que aguantar heroicamente. M¨¢s bien, yo creo, la met¨¢fora apropiada es la del grupo de alpinistas ¡ªel pueblo espa?ol¡ª que intentando escalar una gran y desconocida monta?a ¡ªel crecimiento econ¨®mico nacional¡ª y despu¨¦s de haber progresado exitosamente por un tiempo largo ¡ªque empez¨® en los primeros a?os 1980 y acab¨® en 2006-2007¡ª, descubre que ha llegado a un punto desde el que no puede avanzar siguiendo la direcci¨®n elegida anteriormente. Varios de ellos se caen intent¨¢ndolo ¡ªempresas que cierran, millones de parados¡ª mientras que, al tiempo, llega una tormenta ¡ªla crisis financiera internacional¡ª que hace las rocas a¨²n m¨¢s resbaladizas ¡ªno hay generaci¨®n de empleo en los sectores tradicionales, en la construcci¨®n en particular, y la financiaci¨®n exterior se acaba¡ª y que provoca peligrosas ca¨ªdas de piedras desde arriba ¡ªsubida de la prima de riesgo, sequ¨ªa de la financiaci¨®n internacional, huida del ahorro¡ª creando un sentimiento general de miedo y de ausencia de perspectivas.
Hay que escalar una gran monta?a y no valen las antiguas rutas seguidas, hace falta una nueva v¨ªa
Me dediqu¨¦ al alpinismo en mi juventud (sigo practic¨¢ndolo, pero mucho m¨¢s modestamente, hoy d¨ªa) y he aprendido por experiencia personal que, en estas circunstancias, el aguantar mata. En estas circunstancias es preciso reflexionar sobre la situaci¨®n, entender los errores cometidos, determinar una nueva v¨ªa para subir la pared, rehacer los planes de escalada, recuperar fuerzas y empezar a moverse, tan r¨¢pido como sea posible, en la nueva direcci¨®n. Esto es lo que deber¨ªamos haber hecho a partir de 2008, cuando el Gobierno nos ped¨ªa aguantar viendo brotes verdes en la antigua v¨ªa de escalada, y que, cuatro a?os despu¨¦s, seguimos neg¨¢ndonos a hacer. Estamos aguantando mientras la tormenta ya se acab¨®: esto cansa y agarrota los m¨²sculos porque consumimos energ¨ªa manteniendo la posici¨®n anterior cuando lo ¨²nico que deber¨ªamos hacer es cambiar la direcci¨®n y la t¨¦cnica de la escalada.
Ya sin met¨¢foras: las condiciones financieras internacionales, los m¨¦todos de trabajo y de producci¨®n, las oportunidades de inversi¨®n, las reglas de financiaci¨®n y gasto p¨²blico, la estructura de la demanda y la relaci¨®n costes / precios de los a?os 1993-2007 no volver¨¢n nunca m¨¢s. Por aquella antigua v¨ªa no podemos subir, as¨ª que, antes de nada, necesitamos una revoluci¨®n cultural: dejar de aguantar para preservar las cosas como eran antes y abrazar el cambio estructural y la innovaci¨®n socio-econ¨®mica (obvia y consecuentemente, tecnol¨®gica) como ¨²nicas maneras de reanudar el crecimiento. La necesidad imperiosa de una revoluci¨®n cultural vale para el Gobierno y tambi¨¦n para la oposici¨®n; para los empresarios y los altos cargos p¨²blicos y para sus empleados: cuando la pared demuestra ser diferente de lo esperado es suicida pedir que sigamos escalando como antes. Si un cierto tipo de cambio de v¨ªa no nos gusta es necesario proponer otro que, de una manera distinta y posiblemente superior, nos saque de la posici¨®n insostenible en la cual nos encontramos y nos haga avanzar en la direcci¨®n deseada.
Los ejemplos abundan. El enfrentamiento entre la Comunidad de Madrid y sus empleados del sector sanitario que durante varias semanas paraliz¨® los servicios hospitalarios (y frecuentemente las calles) es un claro ejemplo de los efectos nefastos del aguantar. Las reglas actuales de gesti¨®n y financiaci¨®n de la sanidad, en la Comunidad de Madrid y en las otras comunidades espa?olas, no son sostenibles ante el cambio demogr¨¢fico y tecnol¨®gico y la evoluci¨®n actual y esperada de los recursos disponibles. Es perfectamente posible que la ¡°nueva v¨ªa¡± que la Comunidad indica sea equivocada: eso no es, ahora mismo, mi problema. Mi problema es que los m¨¦dicos, los enfermeros y, sobre todo, los sindicatos de este sector, no pueden oponerse a los cambios propuestos pidiendo, simplemente, el mantenimiento del statu quo. Esta actitud se funda en la idea que debemos ¡°aguantar¡±, y no podemos: debemos cambiar las reglas que rigen nuestro sistema de sanidad p¨²blica porque, siguiendo las reglas antiguas, lo ¨²nico que acabaremos haciendo es destruirlo. Si las reformas que el Gobierno de Madrid propone no funcionan se deben proponer otras, mejores, que consigan un ¨¦xito socialmente m¨¢s deseable. Pero no se puede pedir ¨²nicamente aguantar.
La revoluci¨®n cultural es ineludible para Gobierno y oposici¨®n, para patronal y sindicatos
Lo mismo sirve para muchos otros casos. Nuestra financiaci¨®n auton¨®mica no funciona: fue adecuada durante m¨¢s de tres d¨¦cadas, pero ahora genera despilfarro, ineficiencias, desigualdad y, sobre todos, d¨¦ficits insostenibles. Pedir, como muchos piden, que las reglas sigan siendo las mismas y que se generen m¨¢gicamente recursos adicionales para seguir gastando como antes es pedir lo imposible. La pol¨ªtica de los ¡°recortes y nada m¨¢s¡± tampoco puede continuar, porque se fundamenta en la idea de que debemos aguantar, esperando volver a la abundancia anterior. No volveremos nunca a la abundancia anterior y la financiaci¨®n auton¨®mica debe ser reformada radicalmente; en mi opini¨®n, en la direcci¨®n de un federalismo fiscal justo y transparente, pero esta es solamente una de las opciones posibles. Lo importante es que todos entendamos que no podemos seguir con esta financiaci¨®n auton¨®mica. Y hay que decir lo mismo sobre las reglas de negociaci¨®n colectiva, sobre nuestro sistema de pensiones ¡ªel Pacto de Toledo es un zombi, se?oras y se?ores, les guste o no escucharlo¡ª, sobre nuestro sistema educativo y, dejando de lado otros y yendo a los dos m¨¢s importantes, sobre nuestros sistemas fiscal y financiero. Hay muchos m¨¢s zombis en la antigua v¨ªa de escalada, pero los mencionados espero que dejen clara la magnitud del problema cultural con el que debemos enfrentarnos.
Dejar de aguantar y abordar el cambio sist¨¦mico es el reto cultural, econ¨®mico y pol¨ªtico con el que la sociedad espa?ola debe aceptar enfrentarse si quiere salir de la crisis y volver a crecer. Esto vale para el Gobierno y tambi¨¦n para la oposici¨®n, para los sindicatos y trabajadores y para los empresarios. Vale para todos: aguantar mata.
Michele Boldrin es profesor de la Washington University in Saint Louis y director ejecutivo de Fedea.
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