Jugando a los desprop¨®sitos

Dos diputados del PP, Bartolom¨¦ Gonz¨¢lez y Mar¨ªa Isabel Redondo, fueron sorprendidos el jueves en la Asamblea de Madrid jugando a Apalabrados, un entretenimiento interactivo que les resultaba m¨¢s apasionante que el debate sobre la privatizaci¨®n de la gesti¨®n sanitaria. Resulta in¨²til sorprenderse por el manifiesto desinter¨¦s de ambos hacia los votantes que los han colocado en el Parlamento auton¨®mico para que se esfuercen en resolver alg¨²n problema p¨²blico. Y subrayar lo obvio, es decir, que ambos se entreten¨ªan en formar palabras encadenadas mientras se decid¨ªan asuntos relevantes para la salud de los ciudadanos, no nos aclara la peculiar actitud pol¨ªtica de ambos jugadores. Si no est¨¢n interesados en algo tan serio como la sanidad p¨²blica ?por qu¨¦ se dedicaron a la pol¨ªtica? ?No pueden concentrarse en un argumento, imaginar una opci¨®n distinta para un art¨ªculo de una ley? Si es as¨ª, est¨¢n perdiendo el tiempo y consumiendo recursos de los madrile?os.

Por tanto, la cuesti¨®n es qu¨¦ har¨¢ la direcci¨®n de su partido con los dos diputados madrile?os desconectados de la realidad de sus representados. Puede echar la culpa a la herencia recibida; puede tenerlos en cuenta para una futura presidencia del Instituto Cervantes o una secretar¨ªa de Estado cultural, porque Apalabrados es un juego que parece intelectual. O puede imponerles una sanci¨®n ejemplar, para que aprendan a guardar el respeto institucional debido. Los ciudadanos recibir¨ªan la satisfacci¨®n debida por el desaire. La diputada Fabra del ?Que se jodan! al menos estaba interesada en el debate; Gonz¨¢lez y Redondo solo en un escape virtual.

Una duda interpretativa. Cuando el diputado Gonz¨¢lez pide perd¨®n (por Twitter, faltar¨ªa m¨¢s) y afirma ¡°No vale ninguna excusa¡± ?es literal lo que dice? Porque si lo es, deber¨ªa dimitir, como corresponde a todo acto inexcusable. Si no es literal, lo m¨¢s probable es que con ese ¡°No vale ninguna excusa¡± el acusado quiera excusarse acogi¨¦ndose a la benevolencia del partido y de los votantes o se suponga ya excusado con ese mensaje. En G¨¦nova suelen amnistiar a quienes piden perd¨®n; confunden la buena educaci¨®n con la responsabilidad.