Di¨¢logo de verdad
El balance del Gobierno de Mariano Rajoy demanda cambios de fondo y formas
En el balance que hizo de su primer a?o de Gobierno, Mariano Rajoy apel¨® ayer a la ¡°comprensi¨®n y solidaridad de los ciudadanos¡± ante las duras medidas que ha tenido que tomar para evitar ¡°la quiebra de Espa?a¡±. Es un cambio de tono que se agradece: muestra que es consciente del sufrimiento que esas medidas est¨¢n causando. Rajoy insisti¨® en que eran inevitables, dada la grave situaci¨®n heredada. El problema es que cuanto m¨¢s tiempo pasa, menos cre¨ªble resulta apelar a la herencia. El balance de un Gobierno tiene que basarse en los logros alcanzados en relaci¨®n no solo a lo heredado, sino a los compromisos electorales. Y desde ese punto de vista, los resultados no son positivos. Con raz¨®n habl¨® el presidente de 2013 como a?o muy dif¨ªcil.
Espa?a est¨¢ de nuevo en recesi¨®n y se han perdido otros 800.000 puestos de trabajo. Es cierto que el Gobierno recibi¨® un d¨¦ficit p¨²blico del 9% hace un a?o y es cre¨ªble que, de no haber aplicado dr¨¢sticos recortes, ahora podr¨ªa ser, como dijo el presidente, del 11%, lo que ser¨ªa insostenible. Pero la situaci¨®n no ha mejorado como para encarar con tranquilidad la refinanciaci¨®n de los 230.000 millones de deuda que vencer¨¢n en 2013. Y la resistencia a pedir un rescate obliga a las empresas a arrostrar un sobrecoste financiero que afecta a su competitividad y, en muchos casos, a su supervivencia. Con una pol¨ªtica econ¨®mica basada casi ¨²nicamente en la reducci¨®n del gasto, las Administraciones est¨¢n abocadas a nuevos recortes que agravar¨¢n la crisis y que sufrir¨¢n con especial crudeza las autonom¨ªas. Rajoy fue tajante al afirmar que no tiene ¡°ninguna intenci¨®n¡± de suavizar los objetivos de d¨¦ficit, lo que agravar¨¢ otro frente que ha empeorado: la relaci¨®n con el Gobierno de Catalu?a y su ¨®rdago soberanista.
El l¨ªder socialista, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, reiter¨® ayer su oposici¨®n firme y de resistencia al cambio de modelo que, dijo, se est¨¢ aplicando en educaci¨®n y sanidad. Pero tambi¨¦n ofreci¨® su colaboraci¨®n para afrontar la cuesti¨®n territorial. Rajoy se mostr¨® dispuesto a dialogar con el presidente catal¨¢n, y lo propio hizo el portavoz de la Generalitat. Es urgente que todos lo hagan, pero sabiendo que dialogar es algo m¨¢s que hablar: es estar dispuesto a ceder para llegar a encuentros. Espa?a afronta una crisis econ¨®mica, un deterioro institucional y una fractura territorial que exigen algo m¨¢s que ret¨®rica. El plazo de tres meses que ayer se dio Rajoy para consensuar cambios en el sistema de pensiones es un nuevo banco de pruebas en ese sentido.
Rajoy ha recurrido en exceso al decreto ley para eludir debates parlamentarios inc¨®modos. La comparecencia de ayer no sustituye el debate de la naci¨®n que deber¨ªa haberse celebrado en el Parlamento. Son demasiados, y demasiado graves, los problemas que afronta el pa¨ªs como para que el Gobierno pueda ignorar al resto de las fuerzas pol¨ªticas. No es admisible que Gobierno y oposici¨®n sigan transitando por caminos paralelos que nunca o casi nunca se encuentran.
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