Las caras de la di¨¢spora (1)
Autora: ?ngeles Jurado
Con tres mujeres llegadas de Mozambique, T¨²nez y Togo (Tania Safura, Zeineb Toumi y Hortense Yawa Djomeda, respectivamente) iniciamos esta serie dedicada a los africanos/as que viven en la di¨¢spora, aquellos que salieron un d¨ªa de sus lugares de origen por distintos motivos y a veces regresan y otras no pueden hacerlo.
Tania Safura fotografiada por Wai Lin Tse
DESDE MAPUTO A BARCELONA
Tania Safura Adam Mogne (Mozambique, 1979) naci¨® en Maputo, una ciudad abierta al ?ndico, aplatanada y de una polvorienta y resplandeciente belleza. Trabaja en un proyecto financiado por el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Catalunya, el Espai Aviny¨®, dedicado a mostrar la diversidad de la ciudad a trav¨¦s de la cultura. No contenta con explorar la multiculturalidad del lugar donde habita, Tania se dedica a descubrir la m¨²sica urbana africana a quien desee una visi¨®n alejada del estereotipo con su programa Radio ?frica, que se puede escuchar en ScannnerFM. En su tiempo libre, bloguea sobre arte y otros asuntos y se dedica a su familia, y ha sido tambi¨¦n colaboradora de este blog.
Lleg¨® a Espa?a en 1989, cuando su padre, que trabajaba para unas l¨ªneas a¨¦reas, se traslad¨® a Madrid con toda la familia. Los progenitores de Tania regresaron a Mozambique al finalizar el contrato, pero ella permaneci¨® en Madrid ante la imposibilidad de estudiar en su pa¨ªs, que acababa de salir de una cruenta guerra civil. Curs¨® Administraci¨®n de Empresas y con el tiempo se traslad¨® a Barcelona, que le parec¨ªa m¨¢s acogedora y adecuada que Madrid. "Quiz¨¢s por el mar", apunta esta hermosa mujer casi dorada, hecha para las cadencias de capulanas y passadas.
Pas¨® el tiempo y se encontr¨® en Barcelona, dedicada a la producci¨®n en una empresa de eventos. All¨ª la atropell¨® el segundo quiebro existencial. "Pet¨¦¡±, reconoce simplemente, ¡°no quer¨ªa invertir mi tiempo en fiestas. Me sent¨ªa muy vac¨ªa y no ve¨ªa clara la l¨ªnea que estaba siguiendo mi vida. As¨ª que decid¨ª 'reformularme' y entr¨¦ en el m¨¢ster de agentes de Desarrollo Internacional". Comenz¨® luego a trabajar con Intermon Oxfam en el ¨¢rea de sensibilizaci¨®n mientras segu¨ªa en la organizaci¨®n de eventos culturales del calibre del S¨®nar y otros macrofestivales. "Llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que la soluci¨®n no estaba en las ONG y el desarrollo como se entiende tradicionalmente", declara. ¡°En todo caso, se encuentra en la sensibilizaci¨®n, en dar a conocer distintas realidades, en informar". La organizaci¨®n del Campus Euroafricano de la Cultura en su Mozambique natal la llev¨® a su tercer punto de inflexi¨®n vital y ah¨ª est¨¢, en su convencimiento actual de que el desarrollo socioecon¨®mico se puede alcanzar a trav¨¦s de la cultura. "Esta puede cambiar las realidades e influir en el desarrollo de las sociedades, la promoci¨®n cultural en una ciudad como Barcelona, por ejemplo, puede cambiar mucho las percepciones sobre la inmigraci¨®n".
Tania Safura es una mujer fuerte y optimista, aunque reconoce que la situaci¨®n de crisis est¨¢ complicando su trabajo. "Se refuerza la identidad catalana, la lengua catalana", observa, "algo que me parece natural y muy bien. Pero la emigraci¨®n es superior a la inmigraci¨®n hoy y los que vienen, se van a quedar. Los hijos de inmigrantes o de matrimonios mixtos son el futuro de este pa¨ªs. Hay que saber gestionar esto, esta Espa?a nueva. Hay que estar preparado. La cultura es algo que se infravalora y es un error. Forma parte del PIB, da trabajo". Su familia acaba de crecer (ha tenido ?trillizos!), pero dice que sigue echando de menos a su otra familia, la mozambique?a, y la brisa con olor a sargazo y curry de Maputo.
Descendiendo por la costa mediterr¨¢nea llegamos hasta Zeineb Toumi (T¨²nez, 1977, a la derecha). Habla r¨¢pido en un espa?ol perfecto, con un suave deje extranjero. Sus padres proceden de Matu¨ªa, al sureste de T¨²nez, en la regi¨®n de Gabes, famosa por albergar uno de los oasis m¨¢s bonitos de su pa¨ªs, Chenneni, y porque en el Golfo de Gabes se pescan los mejores atunes del Mediterr¨¢neo.
Ella naci¨® en Bardo, donde hoy se encuentra la asamblea constituyente. Ahora vive en Alicante y trabaja en Casa Mediterr¨¢neo. "Pis¨¦ Alicante por primera vez con un programa de becas de 15 d¨ªas del Instituto Cervantes", cuenta. ¡°En mi pa¨ªs, por las ma?anas, acud¨ªa a clases de filolog¨ªa hisp¨¢nica en la universidad de Manouba y, por las noches, al Cervantes para aprender espa?ol en condiciones. Termin¨¦ la carrera y empec¨¦ a formarme de manera intensiva en Internet. Consegu¨ª una beca de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n para el Desarrollo (AECID) para realizar estudios de tercer ciclo, pero mientras esperaba esta, consegu¨ª otra para el Institut Universitari d'Estudis de la Dona en la universidad de Valencia con el programa Mujer y Desarrollo, destinada a mujeres del Mediterr¨¢neo que quisieran ampliar su formaci¨®n en Espa?a".
"Soy la primera doctoranda de mi pa¨ªs en esta materia, algo que tambi¨¦n debo agradecer a la responsable de los becarios de la oficina t¨¦cnica de cooperaci¨®n espa?ola en T¨²nez, Marina". Su tesis, a¨²n inacabada, se centra en las mujeres rurales magreb¨ªes en los proyectos de cooperaci¨®n espa?ola.
DE LOM? A PAR?S, V?A MADRID
En ese mismo cuaderno aparec¨ªa un art¨ªculo de Hortense Yawa Djomeda titulado El arte de las elecciones en ?frica. Hortense (Lom¨¦, Togo, 1966) se acaba de mudar a los suburbios de Par¨ªs, tras vivir durante los ¨²ltimos 23 a?os en Madrid. Aterriz¨® en Espa?a en 1989, igual que Tania, y lo hizo gracias a una beca de cooperaci¨®n, igual que Zeineb. ¡°En principio para hacer un doctorado en filolog¨ªa hisp¨¢nica, porque supuestamente hab¨ªa una acuerdo entre la universidad de Lom¨¦ y la embajada de Espa?a en Accra para crear un departamento de tal materia en la universidad¡±, cuenta. ¡°Pero al llegar a Espa?a, no hab¨ªa nada organizado. La ¨²nica soluci¨®n que nos ofrec¨ªan era volver a matricularnos en primer a?o de carrera, cuando yo ya ven¨ªa con una licenciatura en filolog¨ªa inglesa en la cartera. Se parec¨ªa tan poco a la idea que me hac¨ªa de Europa que en ese momento solo ten¨ªa ganas de volver a Togo¡±.
Para que su estancia en Espa?a se le hiciera breve, se matricul¨® en Formaci¨®n Profesional en comercio exterior y transportes. Hizo el t¨ªtulo de dos a?os y luego complet¨® el nivel superior. Inquieta y curiosa, se le ocurri¨® permanecer en Espa?a para adquirir algo de experiencia profesional antes de regresar a su pa¨ªs. ¡°Mientras buscaba trabajo, estallaron las revoluciones en algunos pa¨ªses africanos. Hubo en Togo una huelga general que dur¨® un a?o, con el cierre de todas las fronteras y la prohibici¨®n de acceso al pa¨ªs, as¨ª que me tuve que quedar en Espa?a¡±. Hortense comenz¨® a dar clases de ingl¨¦s y franc¨¦s para ganarse la vida. Tambi¨¦n se dedic¨® a la limpieza en hogares. ¡°Al final consegu¨ª mi primer permiso de trabajo con la primera regularizaci¨®n del gobierno de Aznar¡±, afirma. ¡°Como mi sue?o siempre ha sido ser traductora e int¨¦rprete, decid¨ª hacer un m¨¢ster en traducci¨®n. Desde entonces, he trabajado por mi cuenta como aut¨®noma, dando clases y haciendo traducciones¡±.
En 2009 decidi¨® formarse en comunicaci¨®n corporativa para ampliar sus posibilidades profesionales. ¡°Cuando surgi¨® la oportunidad de trabajar en el departamento de comunicaci¨®n de la Fundaci¨®n IDEAS, no lo dud¨¦ ni un momento. Al mismo tiempo, decid¨ª hacer otro m¨¢ster en Comunicaci¨®n pol¨ªtica e institucional. Despu¨¦s de tres a?os, con el batacazo electoral del PSOE y la crisis econ¨®mica, me qued¨¦ sin empleo¡±, concluye. Entre m¨¢ster y m¨¢ster, Hortense se ha matriculado por fin en aquel doctorado por el que le concedieron la beca hace 23 a?os y espera terminar pronto su tesis doctoral sobre literatura franc¨®fona escrita por mujeres en ?frica. Tambi¨¦n le ofrecen colaboraciones en conferencias, charlas, seminarios y publicaciones sobre temas relacionados con el continente africano, sus mujeres, sus condiciones socio-econ¨®micas, sus pol¨ªticas y tambi¨¦n su diversidad cultural, especialmente cada vez m¨¢s, en literatura.
¡°Uno no sabe cu¨¢nto se ha acostumbrado a su pa¨ªs de acogida hasta que lo deja¡±, confiesa ahora con pesar. ¡°En las distancias cortas, Par¨ªs resulta ser una ciudad decadente, sucia, maloliente, con infraestructuras vetustas que no siempre funcionan¡. Desde luego, a su lado, Madrid es una ciudad modern¨ªsima en muchos aspectos. Pero, visto lo que hay ahora, igual no vuelva nunca m¨¢s a Espa?a, m¨¢s que como turista, quiz¨¢. Quiz¨¢ ha llegado la hora de regresar por fin a casa", concluye. Pero no necesariamente a Togo: "Porque la situaci¨®n pol¨ªtica se enquista cada vez m¨¢s y m¨¢s, y mi sensaci¨®n desde aqu¨ª es que, o las cosas estallan por alg¨²n lado o seguimos en las mismas eternamente y el hijo reinar¨¢ durante otros 40 a?os como ha hecho el padre...¡±. En su pa¨ªs, en 1967, Gnassingbe Eyadema consigui¨® el poder a trav¨¦s de un golpe de Estado militar. En 2005, su hijo, Faure Gnassingbe repiti¨® el mecanismo.
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.