Salir de Cuba
La mayor facilidad para viajar fuera de la isla debe ser respondida por los pa¨ªses de destino
La entrada en vigor en Cuba de la reforma migratoria ha causado aglomeraciones en las oficinas del DIE (Departamento de Inmigraci¨®n y Extranjer¨ªa) de todo el pa¨ªs. Muchos cubanos tienen ansias de salir, temporal o definitivamente. Ahora pueden hacerlo, hasta por dos a?os; les basta, por primera vez, con el pasaje de avi¨®n y un pasaporte que el Gobierno, previo pago, va a entregar sin exigir ya las tristemente famosas tarjetas blancas, el permiso de salida, y la carta de invitaci¨®n. E incluso los que se marcharon de forma ilegal pueden volver, de visita o, lo que es menos probable, para quedarse. Es una de las reformas de mayor calado del r¨¦gimen cubano de los ¨²ltimos a?os.
No se trata de la ca¨ªda de un muro, 23 a?os despu¨¦s del de Berl¨ªn, en uno de los pocos reg¨ªmenes cerrados que quedan en el mundo. Si La Habana ha dado este paso no es en aras de la libertad, sino como consecuencia de su estrepitoso fracaso econ¨®mico y social. El sistema castrista, incluso facilitando ahora la proliferaci¨®n de aut¨®nomos, no tiene capacidad para dar empleo o siquiera alimentar a los cubanos. Por lo que ahora, tras imped¨ªrselo durante a?os, les incita a viajar, aunque sea para regresar con d¨®lares o euros en sus bolsillos. Eso s¨ª, se reserva la potestad de denegar el pasaporte por cuesti¨®n de ¡°inter¨¦s p¨²blico¡± o de ¡°defensa y seguridad nacional¡±, pues ya ha manifestado que evitar¨¢ el ¡°robo de cerebros¡±: que se vayan de la isla los mejor educados y preparados.
Aunque est¨¢ por ver si cumple sus intenciones, el castrismo parece dispuesto a dejar salir a las Damas de Blanco para que acudan a recoger en el Parlamento Europeo su premio Andr¨¦i S¨¢jarov, o a disidentes como Guillermo Fari?as. Es de esperar que la bloguera Yoani S¨¢nchez, corresponsal de EL PA?S y premio Ortega y Gasset de Periodismo, pueda finalmente viajar tras 20 denegaciones.
Un problema a?adido para los cubanos es que salir de su pa¨ªs requiere que les dejen entrar en otro. En la inmensa mayor¨ªa de los casos ¡ªincluidos Estados Unidos y Espa?a¡ª se les exige un visado de entrada, que ahora tendr¨¢n que solicitar los que adquieran el pasaporte. Muchos gobiernos han criticado al r¨¦gimen castrista por no dejar marchar a sus ciudadanos; ahora que pueden hacerlo, no deber¨ªan cerrarles la puerta. Que haya un poco m¨¢s de generosidad al otro lado del mar que muchos quieren atravesar.
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