Calla abuelo, calla
Nos ha tocado sufrir una de las peores, puede que la peor, crisis econ¨®micas de la historia reciente. Parece que este bofet¨®n mercantil y burs¨¢til ha hecho tambalear nuevamente los cimientos sobre los que hab¨ªamos construido nuestra particular Jauja.
Es conocido que la historia es c¨ªclica, pues los errores humanos parecen no corregirse ni con la experiencia. Ya en el 29 ocurri¨® el famoso crack, y por su magnitud y consecuencias lo l¨®gico y normal hubiera sido tenerlo en mente para evitar cat¨¢strofes similares posteriores. Pero no, el sentido com¨²n parece ser el menos com¨²n de los sentidos. Nuestra sociedad y sus bases evitan tomar consejos de sus antecesores y prefieren, en un acto de soberbia kamikaze, reinventarse y rebelarse contra lo establecido por la historia. ?Acaso no sab¨ªamos ad¨®nde nos conducir¨ªan las pol¨ªticas especulativas y liberales de las ¨²ltimas d¨¦cadas? Cierto es que lo sab¨ªamos, pero preferimos creernos diferentes, creernos capaces de cambiar las leyes naturales de la econom¨ªa, la sociedad y el hombre, y como resultado ha llegado una nueva cat¨¢strofe, fruto de la soberbia del hombre.
Lamentablemente, nosotros que vivimos esta crisis y que hemos captado las ense?anzas ¨¦ticas que nos ha brindado la situaci¨®n, seremos alg¨²n d¨ªa como esos ancianos que hablan de la Guerra Civil y les hacen o¨ªdos sordos. Igual que ellos, intentaremos decir a nuestros hijos y nietos qu¨¦ ocurri¨®, por qu¨¦ ocurri¨®, c¨®mo salimos, en este caso, de la crisis, y qu¨¦ aprendimos de ella. Pero, como he dicho anteriormente, la historia es c¨ªclica y, si nada ni nadie lo remedia, nuestros hijos y nietos, tal y como nosotros hemos hecho con nuestros abuelos, nos dir¨¢n: ¡°Calla abuelo, calla¡±.¡ª Guillermo Mislata Correa.
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