Dustin Hoffman: ¡°Tengo unos demonios interiores que me hacen dudar y que me ha costado domar¡±
Un actor que es leyenda debuta ahora como director de cine. A los 75 a?os, perfeccionista como en toda su carrera, conduce a cuatro cantantes de ¨®pera jubilados en ¡®El cuarteto¡¯, que se estrena hoy. Conversamos con la estrella en San Sebasti¨¢n.
Hoy, ?qui¨¦n se acuerda de Dustin Farnum? Actor de cine mudo, con su momento de gloria, curtido en Broadway y que en Hollywood triunf¨® gracias a su planta para los westerns. Se retir¨® a los 52 a?os, y tres m¨¢s tarde, en 1929, falleci¨®. Pero en 1937 Farnum a¨²n sal¨ªa en alguna revista de cine, y una de ellas cay¨® en el ala de maternidad de un hospital angelino en manos de un matrimonio ¨C¨¦l, decorador en Columbia Pictures que acab¨® como vendedor de muebles; ella, ama de casa¨C a punto de ser padres por segunda vez. As¨ª que de Dustin Farnum no ha quedado mucho, excepto que su nombre bautiz¨® una leyenda: Dustin Hoffman.
En su momento, Dustin Hoffman (Los ?ngeles, 1937) deb¨ªa de ser una tormenta, un pu?ado de p¨®lvora al que se le acercaba un poco de fuego y explotaba, un perfeccionista en el plat¨® sobre el que corren todo tipo de an¨¦cdotas, como que desquici¨® al equipo de Marathon man con sus obsesiones de actor criado en el Actors Studio hasta el punto de que Laurence Olivier le espet¨®: ¡°?Por qu¨¦ no pruebas a actuar? Es m¨¢s sencillo¡±. Hoy, a sus 75 a?os, por edad o por experiencia, Hoffman est¨¢ de vuelta de todo. En el Festival de San Sebasti¨¢n, donde recibi¨® un Premio Donostia y donde se realiz¨® esta entrevista, dej¨® varios momentos para la posteridad. Uno, cuando declin¨® un coche y se fue andando con su esposa desde su hotel, atravesando toda la ciudad, hasta el restaurante en el que hab¨ªa reservado para comer. Otro, cuando se puso a llorar con el Donostia en la mano (m¨¢s tarde dijo: ¡°A esta edad, lloro cada vez que me apetece¡±). En esa entrega del galard¨®n, un v¨ªdeo resumen de su carrera puso los pelos de punta a los asistentes. Por si alguien lo hab¨ªa olvidado, Hoffman es el actor de El graduado (debut¨® tarde en el cine, con 30 a?os), Cowboy de medianoche, Peque?o gran hombre, Marathon man, Perros de paja, Kramer contra Kramer (su primer Oscar), Todos los hombres del presidente, Tootsie, Lenny, Muerte de un viajante, Negocios de familia, H¨¦roe por accidente, American buffalo, Sleepers, Rain man (su segundo Oscar), La cortina de humo, Hook, El jurado (la ¨²nica vez que ha coincidido con su amigo de la juventud Gene Hackman) y otras muchas m¨¢s.
Y sin embargo, ahora debuta. Como director. Con una pel¨ªcula peque?a. Brit¨¢nica. De encargo. Sobre cuatro cantantes de ¨®pera que coinciden, ya jubilados, en una residencia de la tercera edad para m¨²sicos. El cuarteto, que se estrena este viernes, basa sus ra¨ªces en el conflicto ¨Clos cuatro no hab¨ªan acabado muy bien la ¨²ltima vez que se encontraron¨C, pero se deja llevar dulcemente, sin estridencias. No parecer¨ªa una pel¨ªcula de Hoffman, y lo es, porque esconde en su interior amor al arte y una reflexi¨®n sobre la creaci¨®n y la religi¨®n. Y de eso es de lo que le apetece hablar estos d¨ªas a la leyenda que, con voz cascada, ojos vidriosos, pero buen humor y ganas de charlar, se sienta delante del periodista.
PREGUNTA: ?Cu¨¢ntas veces ha encontrado en sus pel¨ªculas ese misterio del arte que usted mismo ha definido como sentir emociones por algo que ves en pantalla y que no puedes intelectualizar? ?Le ha ocurrido en muchas ocasiones?
"Algunos r¨ªen por cortes¨ªa, a otros la carcajada les sale del eest¨®mago"
RESPUESTA: Yo respondo emocionalmente a cosas que otros no entienden. Cuando oyes algo gracioso, algunos r¨ªen por cortes¨ªa [Hoffman suelta un jajaj¨¢ muy falso], y a otros la carcajada les sale del est¨®mago [su risa es ahora m¨¢s cristalina]. Para m¨ª las cosas deben salir de ah¨ª. Recuerdo la primera vez que vi ¨®pera, no soy una autoridad en la materia. Ten¨ªa veintipico a?os y a¨²n estudiaba. Alguien me regal¨® una entrada para ver Carmen, con Jessye Norman, en el Lincoln Center. No entend¨ª ni una palabra. Pero es la primera vez que llor¨¦ sin saber por qu¨¦. Bueno, pas¨® porque algo ocurri¨® en mi s¨®tano emocional. Y hay que respetarlo porque eso es lo que te hace humano. Creo que es un buen ejemplo de c¨®mo algo te puede llevar a emocionarte sin que lo entiendas. Cuando estaba en la sala de montaje junto al montador de esta pel¨ªcula, descubr¨ª que El cuarteto conten¨ªa esos momentos, que ocurr¨ªa sin que yo previamente lo hubiera planeado. Sencillamente pasa. Mire, como sabe, todos los secundarios del filme son aut¨¦nticos m¨²sicos y cantantes ya retirados. En una secuencia, una soprano puso una foto suya real con sus nietos. El detalle me gust¨®. Ped¨ª poner fotograf¨ªas aut¨¦nticas de ellos en mitad de su carrera como atrezo en el sal¨®n principal de la residencia. Pero no funcionaba: no se ve¨ªa. ?Y en las paredes? Tampoco, porque no hemos rodado en tantas habitaciones. ?Y en los t¨ªtulos de cr¨¦dito? De repente, ves el final, y esas im¨¢genes te emocionan repentinamente. Te golpean. Piensas en lo r¨¢?pido que pasa la vida. Eso s¨ª, esos ?momentos de emoci¨®n no puedes forzarlos. Deben surgir.
P: Y por eso es un misterio.
R: Efectivamente, es m¨¢gico, es suprahumano. Y me fascina cuando ocurre.
P: Pero es que eso lo ha provocado y lo provoca usted incontable n¨²mero de veces en el cine.
R: Me averg¨¹enzo¡
P: ?Por qu¨¦?
¡°Iniciar una pel¨ªcula es como un viaje, m¨¢s vale que sepas el destino¡±
R: Necesitar¨ªa otros 10 a?os de terapia antes de poderte explicar algo [estalla en risas t¨ªmidas]. Me incomoda. Nunca he logrado pegar lo que soy y sea lo que sea lo que hago. No siento¡ lo que soy. En fin, no me estoy explicando bien.
P: ?Sigue siendo un actor puntilloso en su trabajo? Su reputaci¨®n siempre le ha precedido.
R: Algunas veces. Aprendes a cambiar. Llevo casi medio siglo de carrera ¨Cdios, tengo 75 a?os¨C, y ya s¨¦ algo. Tootsie fue una pel¨ªcula fundamental en mi cambio como actor, porque de repente me vi en una comedia. Yo recib¨ª clase de los m¨¢s grandes profesores de la interpretaci¨®n del siglo XX: Lee Strasberg, Stella Adler¡ Eran gigantes. Ibas al templo a recibir ense?anzas. Si en una pel¨ªcula te contrataban para ser un tomate, te preocupabas por qu¨¦ tipo de tomate eras. Los pintores saben lo que digo, porque no pintan un tomate cualquiera. Son muy espec¨ªficos: verdes, maduros, de verano, de invernadero¡ Aprend¨ª a ser minucioso con esos detalles. Y caigo en Tootsie, que refleja ese mundo de pruebas para los actores en el que te piden que digas una frase, y cuando empiezas a reflexionar sobre la motivaci¨®n del personaje te dicen: ¡°Fenomenal, ya te llamaremos, el siguiente¡±. Y la pel¨ªcula se rod¨® as¨ª, r¨¢pido. Yo ven¨ªa del templo, intent¨¦ incorporar las lecciones en ese ritmo fren¨¦tico, y aquello estall¨®. La lecci¨®n de interpretaci¨®n m¨¢s importante que he recibido me la dio una amiga actriz: ¡°Hay que investigar, saber de d¨®nde viene tu personaje, qu¨¦ le pasa, c¨®mo le pasa, investigar a¨²n m¨¢s, y cuando te pongas delante de la c¨¢mara, olv¨ªdalo [Hoffman palmotea las manos y suelta un soplido]. No hagas planes, solo s¨¦¡±. Supongo que escribir es algo as¨ª.
P: Est¨¢ la famosa cita, ap¨®crifa o no, de Hemingway sobre c¨®mo deb¨ªan ser los cuentos, que deb¨ªan ser como icebergs: el lector solo debe ver una octava parte, la que sale del agua.
R: Porque es una verdad. Debes preparar duramente las preguntas, informarte, y te sueltan delante de un director con solo cinco minutos para entrevistarle¡ Y despu¨¦s escribir un art¨ªculo donde no se note nada eso. Cuando yo empec¨¦, en 1967 con El graduado, los periodistas ten¨ªais 50 minutos para charlar con un actor como yo. Como nos est¨¢ ocurriendo ahora. De ah¨ª se pas¨® a 30 minutos, a 10, a 5 escasos, y si es tele, a 3. Es una estupenda met¨¢fora de la cultura actual.
P: ?Al director Dustin Hoffman le hubiera sacado de quicio el actor Dustin Hoffman?
R: Absolutamente [se carcajea]. Por supuesto. El director Hoffman se hubiera vuelto loco. Y el actor Hoffman se desesperar¨ªa. Porque cuando act¨²as, tienes que repetir, repetir, repetir, pulir, y hay un momento en el que descubres que no vas a hacerlo mejor. Y a partir de ese momento caes r¨¢pidamente. Puede ser que no sea tu mejor interpretaci¨®n, aunque existe ese instante en que el resultado no te hace sentir como una mierda, o fr¨¢gil. Sin embargo, hablo de apreciaciones interiores, que juzgadas por otros pueden ser muy distintas. El director tiene que rodar. Intentar¨¢ que todo funcione, pero pilota un avi¨®n, y lo ¨²nico que le interesa es que aterrice lo mejor posible. Cuando empiezas una pel¨ªcula, es como iniciar un viaje. Y m¨¢s vale que conozcas el destino. El cuarteto va sobre gente mayor, jubilada, cansada; algunos son cantantes de ¨®pera, es cierto, y no suena muy atractivo. Pero el destino es contar la historia de cuatro amigos, algunos examantes, y que la chispa estalle entre el p¨²blico. Recuerda que la pel¨ªcula se proyecta en un cine, y por mucho que como creador te hayas planteado la mejor manera de filmar cada secuencia o de interpretarla si eres actor, ah¨ª, en el patio de butacas, tienes que luchar contra las ganas instintivas de mirar la hora y contra la pareja de al lado que susurra: ¡°?Me pasas m¨¢s palomitas? ?Te quedan palomitas?¡±. Eso tiene que ver con algo que le le¨ª a Billy Wilder, a quien venero, en una entrevista. Por cierto, que recort¨¦ la cita y la tengo al lado del ordenador donde trabajo. La veo todos los d¨ªas. Dijo: ¡°Si vas a intentar contar la verdad, s¨¦ divertido. O el p¨²blico te matar¨¢¡±. Te matar¨¢. Qu¨¦ verdad, qu¨¦ importante es el humor.
P: Si tanto ha disfrutado dirigiendo y, como sospecho, usted ya intu¨ªa que iba a disfrutarlo, ?por qu¨¦ ha tardado tanto en hacerlo?
R: Qui¨¦n sabe. Probablemente porque he tenido un grand¨ªsimo ¨¦xito como actor. O porque no he tenido tantas oportunidades. Qui¨¦n sabe. Tengo unos demonios interiores que me hacen dudar, que me ha costado d¨¦cadas domar, y esos demonios a veces no me dejaron avanzar.
P: En la pel¨ªcula hay una sutil reflexi¨®n sobre la permanencia y la futilidad del arte. En su caso, de la m¨²sica, que no se empieza a grabar hasta el siglo XX. O el teatro, con miles de estrellas cuyo trabajo solo se refleja en peri¨®dicos o memorias. ?Le da muchas vueltas a eso?
R: Es interesante que me pregunte por eso en esta ciudad. Hace dos noches estuve en un restaurante con tres estrellas Michelin, ay, no recuerdo el nombre, ese en que su hija es tambi¨¦n una cocinera incre¨ªble.
P: Cen¨® en Arzak.
R: ?Eso! Vino la comida, con toda esa gente trabajando en la cocina, en el backstage. Todo esa labor minuciosa, diaria, invisible¡ Y la hija [Elena] y su padre [Juan Mari] hacen arte. ARTE con may¨²sculas. Y lo sent¨ª muy cercano a mi labor, porque al final tambi¨¦n te preguntan: ¡°?Le ha gustado?¡±. De una manera muy humilde, ¨ªntima. En fin, all¨ª comentaba con mi esposa: ¡°?Te lo imaginas? Tanto trabajo, tanto tiempo pensando los platos, probablemente m¨¢s del que yo haya pasado puliendo el guion de El cuarteto, plante¨¢ndome en qui¨¦n dec¨ªa qu¨¦ y por qu¨¦, en buscar a los actores, en unir trabajos de diferentes equipos t¨¦cnicos, en localizar, en filmar, en montar, en decidir en qu¨¦ momentos poner la banda sonora¡ todas esas cosas, para hacer la pel¨ªcula, y ah¨ª est¨¢. Y nosotros aqu¨ª nos los comemos y ya est¨¢. Se ha ido¡±. Asombroso. Y adem¨¢s lo har¨¢n por razones m¨¢s puras que las m¨ªas, por amor a su arte. Y encima yo pido silencio para que vean mi obra, y en el restaurante est¨¢s hablando mientras comes. Deber¨ªas comportarte m¨¢s como si estuvieras en un museo. Es un arte m¨¢s¡ transitorio que el m¨ªo. Y es tan verdadero. Le¨ª hace a?os algo parecido dicho por el core¨®grafo Merce Cunningham: ¡°Trabajo duro en un ballet, y cuando lo bailamos, est¨¢ hecho. Est¨¢ hecho¡±. Ya ha pasado. Finito.
P: No s¨¦ si piensa mucho en eso adem¨¢s porque usted se llama Dustin por un actor, Dustin Farnum, del que nadie se acuerda hoy d¨ªa.
R: Por supuesto. Mis padres no ten¨ªan dinero y mi madre compart¨ªa habitaci¨®n en el hospital con otras cinco mujeres. Ellos hab¨ªan pensado un mont¨®n de nombres de chica, porque es lo que quer¨ªan [Hoffman tiene un hermano mayor], y nac¨ª yo provoc¨¢ndoles una gran decepci¨®n ¨Ccreo que ya la superaron¨C. Bueno, no ten¨ªan ning¨²n nombre pensado. Y la mujer de la cama de al lado ten¨ªa abierta una revista de cine en la que sal¨ªan los hermanos Dustin y William Farnum, ambos actores shakesperianos hasta que llegaron las pel¨ªculas y ?acabaron como vaqueros en westerns! Dustin ha sido un gran nombre.
P: ?Con la edad uno se vuelve m¨¢s religioso, m¨¢s espiritual?
R: S¨ª, tal vez porque¡ [calla casi medio minuto para reflexionar]. Estamos hablando del misterio, y ese misterio es cada vez m¨¢s parte de m¨ª. Mi familia no era muy religiosa, pero s¨ª jud¨ªa, y procedemos de inmigrantes askenaz¨ªes. Me gustaba basarme en la tierra, en los hechos, en lo palmario, aunque la idea de que haya un misterio m¨¢s all¨¢ de todo conocimiento ha estado ah¨ª siempre por la educaci¨®n, adoctrinado por la religi¨®n. Aun as¨ª, estaba muy ah¨ª al fondo. As¨ª que en mi caso ha sido el descubrimiento paulatino de que hay misterios para los que no tenemos palabras. Cuando era joven, volvemos a mis 20 a?os, le¨ª a autores jud¨ªos de Europa Central y del Este para mantener vivas mis ra¨ªces, aunque entiendo muy muy pocas palabras de y¨ªdish. Ellos hablaban de elecciones. Recuerdo un debate que vio mi mujer cuando estudiaba Derecho en el que alguien preguntaba: ¡°?Crees en Dios?¡±. ¡°S¨ª¡±, le respond¨ªan. ¡°?Por qu¨¦?¡±. ¡°Porque cuando salgo de noche veo las estrellas, s¨¦ que eso no es por accidente. Y si est¨¢n ah¨ª es porque alguien est¨¢ detr¨¢s. No es un accidente¡±. ¡°Entonces¡±, sigue la conversaci¨®n, ¡°?crees en un dios benevolente?¡±. ¡°S¨ª, a pesar de todas las barbaridades que ocurren y las guerras¡±. ¡°Pero no ser¨¢s tan arrogante para creer que somos ¨²nicos en el universo, que no existir¨¢n otros planetas habitados con otros seres que creer¨¢n en otros dioses¡±. Y le respondieron, y cada vez que lo pienso m¨¢s me asombra, as¨ª: ¡°Bueno, es como en Broadway, las obras se estrenan con un reparto original y, seg¨²n pasan las funciones, la obra contin¨²a con otro reparto y otro. Y yo creo que en la Tierra tenemos el reparto original¡±. ?Te imaginas [Hoffman palmotea feliz]? El reparto original de los dioses. ?Qu¨¦ frase!
P: No puedo levantarme sin confirmar si es cierto que cuando rodaba La cortina de humo, usted, Robert de Niro y Barry Levinson fueron a una fiesta de gala en la Casa Blanca, y cuando el presidente Clinton les pregunt¨® de qu¨¦ iba la pel¨ªcu?la, De Niro se call¨®, mir¨® a Levinson, que le mir¨® a usted, y usted se arranc¨® a bailar claqu¨¦.
R: Completamente cierto. Era una gala para recaudar fondos ben¨¦ficos y coincid¨ªa con la filmaci¨®n en Washington. Fuimos m¨¢s gente que nosotros tres, hab¨ªa otros compa?eros de reparto como Anne Heche. Y all¨ª est¨¢bamos, en un sal¨®n con bonitas pinturas, esperando al presidente. De repente, apareci¨® Clinton y, de sopet¨®n, nos pregunt¨® de qu¨¦ iba la pel¨ªcula [La cortina de humo cuenta, en tono c¨®mico, c¨®mo antes de unas elecciones un asesor pol¨ªtico y un productor de Hollywood fabrican una guerra ficticia para tapar un esc¨¢ndalo sexual presidencial]. Uno miraba a otro, el otro a m¨ª y tuve que ponerme a bailar claqu¨¦. Pero no hubo muchas m¨¢s preguntas porque Clinton descubri¨® a Heche y ya no le quit¨® el ojo toda la noche. A pesar de esto que le he contado, admiro much¨ªsimo la poderosa oratoria y la inteligencia de Clinton.
Hoffman y compa?¨ªa
Dustin Hoffman, Robert Duvall y Gene Hackman. Tres int¨¦rpretes de leyenda, el tercero ya retirado para dedicarse a la escritura, amigos del alma que se conocieron antes de ser famosos, incluso antes de ser actores. Hoffman y Hackman estudiaron interpretaci¨®n juntos durante dos a?os en The Pasadena Playhouse, antes de que Hackman se fuera a Nueva York, y Hoffman (siete a?os m¨¢s joven) detr¨¢s de ¨¦l.
Hoffman entr¨® en The ?Neighborhood Playhouse School of the Theatre y as¨ª conoci¨® a quien ser¨ªa su compa?ero de piso, Robert Duvall. Los tres trabajaron como dependientes en Macy¡¯s, en oficinas de correos y conduciendo furgonetas. Aunque Duvall fue el primero que se gan¨® de forma estable la vida como actor en pel¨ªculas como Matar un ruise?or o Bullit, la fama les sonri¨® antes, en 1967, a Hackman con Bonnie & Clyde y a Hoffman con El graduado (en la imagen). As¨ª nacieron tres mitos.
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