Las pensiones no est¨¢n en peligro
Quienes sostienen que el sistema p¨²blico quebrar¨¢ por la presi¨®n de la demograf¨ªa olvidan que el crecimiento de la productividad pueda mantener en 2050 al doble de pensionistas
Una postura generalizada en los c¨ªrculos pol¨ªticos, medi¨¢ticos y financieros del pa¨ªs es que el sistema p¨²blico de pensiones se encuentra ante un gran reto determinado por la transici¨®n demogr¨¢fica. Se argumenta que la transici¨®n demogr¨¢fica, con un crecimiento muy acentuado de la poblaci¨®n anciana, hace dif¨ªcil sostener el sistema de pensiones p¨²blicas. As¨ª, este rotativo apuntaba en un reciente editorial, Pensiones consensuadas (EL PA?S, 30 de diciembre de 2012), que ¡°el sistema actual de pensiones es insostenible por (¡) la presi¨®n de la demograf¨ªa, que empuja la poblaci¨®n hacia edades m¨¢s altas¡±.
Y tambi¨¦n en este diario se han publicado varios art¨ªculos, que todos ellos subrayaban que, de no cambiar el sistema de financiaci¨®n de las pensiones p¨²blicas y/o la extensi¨®n de sus beneficios, el gasto p¨²blico en pensiones, debido a la transici¨®n demogr¨¢fica, alcanzar¨¢ unos niveles en 2050 que ser¨¢n insostenibles.
Tal preocupaci¨®n se basa en el supuesto de que, al haber m¨¢s ancianos y menos j¨®venes, estos ¨²ltimos no podr¨¢n sostener las pensiones de los primeros. En otras ocasiones, este mismo argumento se presenta de otra forma que pone el acento en que el n¨²mero de beneficiarios de las pensiones ser¨¢ cada vez m¨¢s grande que el n¨²mero de cotizantes al sistema de pensiones, con lo cual se llegar¨¢ a una situaci¨®n en que no habr¨¢ suficientes cotizantes para tantos beneficiarios. Tales argumentos parecen l¨®gicos y razonables y su frecuente repetici¨®n en los medios explica que haya adquirido una gran credibilidad. Por regla general, se a?aden a estos argumentos otros igualmente preocupantes. No solo el n¨²mero de beneficiarios ha aumentado y contin¨²a aumentando considerablemente, sino que el n¨²mero de a?os de vida por pensionista tambi¨¦n ha estado aumentando, con lo cual el gasto p¨²blico en pensiones se est¨¢ disparando, predici¨¦ndose unos niveles de gasto p¨²blico que las har¨¢ insostenibles.
El porcentaje de poblaci¨®n activa tambi¨¦n habr¨¢ aumentado dentro de cuarenta a?os
En estos argumentos, sin embargo, no se tienen en cuenta varios hechos. Uno de ellos, de especial importancia, es el del aumento de la productividad, es decir, que un trabajador dentro de 40 a?os producir¨¢ mucho m¨¢s que un trabajador ahora. Para comprender la importancia de este hecho, el lector tiene que conocer que hace 40 a?os el 18% de los espa?oles adultos trabajaba en la agricultura. Hoy solo el 2% lo hace, y este 2% produce mucho m¨¢s de lo que produc¨ªa hace 40 a?os el 18% de la poblaci¨®n que trabajaba en agricultura. Un trabajador agr¨ªcola ahora produce m¨¢s alimentos de los que antes produc¨ªan nueve trabajadores, y ello como consecuencia del enorme crecimiento de la productividad. Se habr¨ªa percibido como una observaci¨®n innecesariamente alarmista si hace 40 a?os economistas famosos hubieran escrito en rotativos de gran difusi¨®n que, como consecuencia de que los trabajadores estaban abandonando el campo, habr¨ªa menos producci¨®n de alimentos, con lo cual, al cabo de 40 a?os, la gente de Espa?a morir¨ªa de hambre.
Pues bien, sustituyan alimentos por pensiones y vean el posible error que significa alarmar a la ciudadan¨ªa argumentando que dentro de 40 a?os no habr¨¢ suficientes trabajadores para sostener las pensiones. Los datos supuestamente alarmantes aparecen cuando se indica que el n¨²mero de cotizantes por beneficiario est¨¢ disminuyendo, reduci¨¦ndose (seg¨²n varias estimaciones) por ejemplo a la mitad en el a?o 2050. Ahora bien, es f¨¢cilmente demostrable que esta disminuci¨®n que se considera tan preocupante, en realidad no lo es, ya que es m¨¢s que probable que un trabajador producir¨¢ casi el doble en 2050 que ahora, con lo cual podr¨ªa mantener casi al doble de pensionistas. Es m¨¢s, el porcentaje de la poblaci¨®n activa habr¨¢ aumentado, pues hoy es de los m¨¢s bajos de la Uni¨®n Europea de los 15, ?d¨®nde est¨¢, pues, el problema?
El mismo error aparece cuando se alarma a la poblaci¨®n indicando que en 2007 nos gastamos el 8% del PIB en pensiones y dentro de 40 a?os nos gastaremos el 15%, lo cual se asume como que es insostenible en una sociedad que tiene recursos limitados (por cierto, Italia ya se gasta el 14% del PIB en pensiones p¨²blicas y el sistema no se ha colapsado). El error de todas estas tesis alarmistas es que se asume, de nuevo, que la productividad apenas variar¨¢.
Si la productividad creciera un 1,5% por a?o, que es el promedio de crecimiento en los ¨²ltimos 50 a?os, el PIB de Espa?a en 2060 ser¨ªa 2,20 veces mayor que en 2007 (en monedas constantes, es decir, que la capacidad adquisitiva real habr¨¢ m¨¢s que doblado la actual). En otras palabras, si en 2007 el PIB era, por ejemplo, 100, en 2060 ser¨ªa 220. Pues bien, si en pensiones nos gastamos en 2007 un 8% del PIB, es decir, 8 puntos del PIB ¡ªdejando para los no pensionistas 92 puntos¡ª, en 2060 nos gastaremos el 15% de 220, es decir, 33 puntos en pensiones, quedando para los no pensionistas 187 puntos, muchos m¨¢s que los 92 de 2007. En realidad, hace 50 a?os nos gast¨¢bamos el 3% del PIB en pensiones, y en 2007 nos gastamos el 8%. Hemos casi triplicado el gasto en pensiones y, sin embargo, los recursos para los no pensionistas tambi¨¦n han aumentado, pues el tama?o de la tarta es mucho mayor ahora que hace cinco d¨¦cadas.
Para consolidar la Seguridad Social hay que facilitar la participaci¨®n laboral de las mujeres
Que no haya problemas graves en las pensiones p¨²blicas no quiere decir que no deban hacerse reformas, pero estas no deber¨ªan ir en el sentido de reducirlas. Una medida aconsejable para aumentar los fondos a la Seguridad Social y mejorar las pensiones es facilitar la participaci¨®n de las mujeres en el mercado de trabajo. En Espa?a, el porcentaje de la poblaci¨®n que trabaja es bajo. Y en parte esto se debe a dos factores. Uno es el bajo porcentaje de la poblaci¨®n adulta que trabaja en el sector p¨²blico (en 2007 el 10%, uno de los m¨¢s bajos de la UE-15, cuyo promedio es del 15%). En contra de lo que se dice, el sector p¨²blico (y, muy en particular, en los servicios p¨²blicos del Estado del bienestar, tales como sanidad, escuelas de infancia, educaci¨®n y servicios sociales, entre otros) est¨¢ poco desarrollado y tiene escaso personal, y ello se traduce en el bajo porcentaje de la poblaci¨®n que trabaja en ¨¦l. Y el trabajo crea la necesidad de producir m¨¢s trabajo.
El otro factor (relacionado con el anterior) es la baja participaci¨®n de la mujer en el mercado de trabajo (52%). Si Espa?a tuviera el porcentaje de Suecia, habr¨ªa 2,8 millones m¨¢s de trabajadoras pagando impuestos y cotizaciones sociales. Para ello se deber¨ªa expandir el cuarto pilar del Estado del bienestar, de modo que se incluyera el derecho de acceso a las escuelas de infancia, adem¨¢s de los servicios domiciliarios a personas dependientes. Y, naturalmente, se deber¨ªa hacer al hombre corresponsable de las obligaciones familiares. Y sobre todo, invertir en infantes y j¨®venes, pues ellos son los futuros cotizantes que financiar¨¢n las pensiones del futuro.
Deber¨ªan tambi¨¦n corregirse las inequidades existentes en la financiaci¨®n de las pensiones. Es injusto que uno de los banqueros m¨¢s importantes de Espa?a pague a la Seguridad Social un porcentaje mucho menor que un empleado de su banco. Como tambi¨¦n es injusto que una persona trabajadora no cualificada (que vive 10 a?os menos que una persona de la decila superior de renta) tenga ahora que trabajar dos a?os m¨¢s para pagarle las pensiones a la persona que le sobrevivir¨¢ 10 a?os. En realidad, el incremento de la esperanza de vida se ha concentrado en los ¨²ltimos 40 a?os en las rentas superiores, habiendo sido menor en las rentas inferiores. Estos deber¨ªan ser los temas que centraran el debate actual sobre las pensiones: la creaci¨®n de empleo y sobre todo, buen empleo, y la correcci¨®n de las desigualdades en la financiaci¨®n de las pensiones.
Vicen? Navarro es Catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.