Un cuerpo de repuesto
El Museo de la Ciencia de Londres presenta a Rex, el primer ¡°hombre bi¨®nico¡±
El robot Rex, presentado por el Museo de la Ciencia de Londres como ¡°el primer hombre bi¨®nico¡±, tiene todav¨ªa un largo camino por delante para alcanzar a sus hom¨®logos de la ficci¨®n cient¨ªfica, pero puede constituir un vistoso escaparate para examinar el estado de la cuesti¨®n. Est¨¢ dotado de una cara con boca, nariz y ojos, y tambi¨¦n tiene piernas y algunos ¨®rganos internos, como un coraz¨®n que bombea sangre artificial; su p¨¢ncreas y sus dos pulmones son a¨²n poco m¨¢s que una maqueta, y su fisiolog¨ªa es tan solo una caricatura de la humana, pero Rex, con su chocante aspecto y sus limitaciones, pretende abrir un debate p¨²blico sobre una tecnolog¨ªa llamada a ayudar a muchas personas en el futuro.
La cibern¨¦tica ya puede exhibir algunos resultados, por modestos que sean. Las interfaces entre el cerebro humano y las m¨¢quinas son ya una realidad en las rutas de entrada a las ¨¢reas visuales del cerebro y tambi¨¦n a las ¨¢reas auditivas, con los implantes cocleares que ya han ayudado a miles de sordos en el mundo.
Tambi¨¦n hay notables avances en la implantaci¨®n de electrodos en la corteza cerebral motora, la que normalmente dirige el movimiento de los brazos, las piernas y el resto del cuerpo; al posibilitar que se muevan objetos con la mente, esta tecnolog¨ªa promete devolver algo de la movilidad perdida a los tetrapl¨¦jicos y a las personas paralizadas por enfermedades y accidentes. Todos estos sistemas requieren una ciencia de la computaci¨®n de vanguardia para permitir a los artilugios mec¨¢nicos interpretar unas se?ales nerviosas necesariamente imprecisas, o unos est¨ªmulos del mundo exterior siempre confusos. Los cient¨ªficos tienen que aprender c¨®mo funciona el cerebro para emular sus funciones naturales.
Aunque el objetivo primordial de la cibern¨¦tica es ayudar a las personas con discapacidades, las mismas t¨¦cnicas servir¨¢n tambi¨¦n para pasarse de la raya, mejorando las cualidades humanas normales, y este asunto provocar¨¢ grandes controversias ¨¦ticas. Contar con piezas de repuesto para un cuerpo castigado es algo que nos puede interesar a todos. Aunque solo sea por ese debate, bienvenido seas, Rex.
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