Agenda alentadora

Quienes esperaran del mensaje del estado de la Uni¨®n un tono m¨¢s conciliatorio que el empleado por Barack Obama en la inauguraci¨®n de su segundo mandato estar¨¢n decepcionados. El presidente de Estados Unidos desgran¨® ante las dos C¨¢maras una estimulante agenda de prioridades destinada fundamentalmente a reactivar la econom¨ªa, y solicit¨® su apoyo en tono abiertamente partidista, alejado de la petici¨®n de ¨¢rnica a la oposici¨®n republicana de alguna ocasi¨®n anterior. Su mayor reto ser¨¢ obtener los acuerdos m¨ªnimos que lo hagan posible en un Congreso paralizado.

El meollo del discurso volvi¨® a ser el rechazo de la Casa Blanca a reducir significativos programas sociales si a cambio no se suben los impuestos a los m¨¢s ricos. Obama, en su papel de campe¨®n de la clase media, ha venido a emplazar a sus adversarios a que acepten una nueva subida de impuestos a cambio de recortes del gasto p¨²blico, para intentar equilibrar la disparada deuda de EE UU y los agujeros fiscales en el horizonte: la naci¨®n m¨¢s poderosa de la Tierra, dijo, no puede gestionar su econom¨ªa de crisis en crisis. El rechazo de la receta por el portavoz republicano, el senador Marco Rubio, revisti¨® un tono sorprendentemente moderado, muy alejado de las patosas estridencias sobre el tema del derrotado candidato Romney.

Obama parece haber asumido que ganarse a la opini¨®n p¨²blica es la ¨²nica manera de forzar la mano del Congreso. Pero la realidad pol¨ªtica estadounidense es compleja, y el vigor expositivo presidencial o las simpat¨ªas ciudadanas por determinadas causas no ganan autom¨¢ticamente el favor del Legislativo. Nada asegura al presidente que sus prioridades vayan a pasar el filtro de la C¨¢mara de Representantes, en manos republicanas. Lo probable es que poco de lo propuesto traspase ese basti¨®n opositor, con la excepci¨®n de la reforma de la inmigraci¨®n, en buena medida porque el partido conservador ha ca¨ªdo en la cuenta de que el cambio es indispensable para alcanzar la Casa Blanca.

Por defendible que resulte en muchos aspectos, el programa presidencial tiene en otros, cruciales pero ambiguos, mucho de carta a los Reyes Magos. Se trate del control de armas de fuego en manos de los ciudadanos, de las medidas contra el cambio clim¨¢tico o de las variadas propuestas educativas contenidas en este mensaje de la Uni¨®n.