La huida
En Europa se est¨¢ dando de nuevo la antigua lucha encarnizada del protestantismo contra el catolicismo
Probablemente la renuncia de Ratzinger a seguir en el oficio de Papa se debe a que es un idealista alem¨¢n que no ha logrado asimilar el esp¨ªritu del Mediterr¨¢neo. Es la misma cuesti¨®n que late en el fondo de la crisis econ¨®mica de Europa donde se est¨¢ dando de nuevo la antigua lucha encarnizada del protestantismo contra catolicismo, del calvinismo contra vitalismo hedonista del sur. Pero la dimisi¨®n del Papa, la primera despu¨¦s de siete siglos en la historia de la Iglesia, debe ser tomada adem¨¢s como s¨ªmbolo de la ca¨ªda del imperio religioso del Vaticano. El papa Ratzinger, superdotado sofista, acostumbrado a realizar encajes de bolillos en el castillo de naipes de la teolog¨ªa, el ejemplo m¨¢s intrincado de ciencia ficci¨®n, no ha podido soportar el caos, que es la esencia del Mediterr¨¢neo, el grado m¨¢s alto del genio de Italia. Caos significa intriga, traici¨®n, sexo, pederastia, despilfarro, latrocinio. Caos tambi¨¦n significa inspiraci¨®n, duda creativa, misterio de los sentidos, placer de vivir, arte de morir. Parece que Ratzinger se ha hecho un l¨ªo mental con estas variables, entre los lobos y jabal¨ªes que le mord¨ªan el calca?ar y la paloma del Esp¨ªritu Santo, que, de repente, se ha transformado en cuervo. Finalmente este te¨®logo esteta, tal vez, se ha venido abajo ante el pr¨®ximo papel dram¨¢tico que le tocaba representar en p¨²blico. La muerte de un Papa es un espect¨¢culo de primer orden en el circo mundial. Un Papa debe morir de forma que los espectadores no se sientan defraudados. A los pocos d¨ªas de ser elegido, el pont¨ªfice Luciani abandon¨® este mundo despu¨¦s de tomar un t¨¦ muy bien cargado; en cambio Juan Pablo II desarroll¨® su larga agon¨ªa como un acto lit¨²rgico, con gestos y palabras inconexas de gran tragediante ante los fieles en medio de una parafernalia orgi¨¢stica. En realidad, Ratzinger se ha fugado. Ha huido de los lobos y jabal¨ªes que acechan en la curia del Vaticano, pero tambien ha tratado de ahorrarse la verg¨¹enza de tener que agonizar en p¨²blico y ser descuartizado por las c¨¢maras. En medio de la corrupci¨®n masiva y soleada del sur de Europa, donde el vicio bien llevado es una virtud, a este Papa le ha ca¨ªdo la propia ficci¨®n teol¨®gica encima y lo ha aplastado. El derrumbe del imperio acaba de empezar.
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