Viacrucis de impunidad

Pasan los d¨ªas, contin¨²a la reflexi¨®n del vicepresidente de la CEOE, Arturo Fern¨¢ndez, y seguimos sin saber si va a dimitir de su puesto en la patronal, debido a las denuncias de que su grupo empresarial pagaba a los empleados en parte con dinero negro. Mientras en otras sociedades m¨¢s conscientes los cargos p¨²blicos y semip¨²blicos dimiten porque se les sorprende copiando una tesis doctoral, en Espa?a no se abandona el puesto ni siquiera por indicios de ilegalidad. CEOE percibe cantidades de dinero p¨²blico y alguien objeto de sospecha no puede ni debe manejar caudales de los ciudadanos. La teor¨ªa es f¨¢cil, est¨¢ clara en todos sus extremos, pero en Espa?a la pr¨¢ctica desprecia humillantemente a la teor¨ªa. Aunque algunas organizaciones de la CEOE, como Confebask, instaron educadamente a Fern¨¢ndez a dimitir y defender su suerte jur¨ªdica sin manchar a la patronal y a pesar del precedente de D¨ªaz Ferr¨¢n, el vicepresidente se acogi¨® a la muletilla de la reflexi¨®n para hurtar, al menos de inmediato, la dimisi¨®n debida.

En Espa?a, el sorprendido in fraganti, ll¨¢mese B¨¢rcenas, Mato o Fern¨¢ndez el empresario, usa mucho de suertes como el volat¨ªn, el marear la perdiz y el enfangar el terreno. Se invoca la inocencia (como si esta no tuviese un car¨¢cter estrictamente jur¨ªdico, pero no pol¨ªtico), se niega la veracidad de los documentos o se recurre a la hip¨®tesis del compl¨®. Incluso se practica la distracci¨®n espesa, como publicar declaraciones de la renta. Lo mismo podr¨ªan publicarse los misales de los implicados, porque ni unos ni otras aclaran nada. Fern¨¢ndez, lejos de confirmar o negar la presunta ilegalidad, enreda con la reflexi¨®n, con el ¡°quiz¨¢ dimita el lunes¡± (por hoy) pero ¡°ya est¨¢ escampando¡±, de forma que ¡°reflexi¨®n no significa dimisi¨®n¡±.

Sin negar las denuncias, con la sola ver¨®nica de la reflexi¨®n, Fern¨¢ndez mantiene sus contratos de hosteler¨ªa y catering con organismos oficiales, por donde fluye el dinero p¨²blico; con el agravante de que los pr¨®ceres del PP (Esperanza Aguirre todav¨ªa lo es) no tienen empacho en unir su suerte a la suya y defender p¨²blicamente una sospecha de ilegalidad (¡°?Hay que pagar muchas n¨®minas!¡±). Este es el viacrucis de la impunidad que sufren los espa?oles.