Org¨ªa fetichista de Oscar

Era el sue?o de todo ladr¨®n de joyas que se precie de serlo. La puerta de un camerino en los s¨®tanos del edificio que acoge las instalaciones de Canal?+, a las afueras de Madrid, se abri¨® dejando al descubierto el tesoro de los ¨²ltimos 20 a?os del cine espa?ol en Hollywood. Rutilante a la luz de un fluorescente, resultaba imposible apartar la mirada del vestido de color rosa p¨¢lido con encaje negro que llev¨® Pen¨¦lope Cruz en Vicky Cristina Barcelona. Una prenda que le vali¨® el Oscar a la mejor actriz de reparto bajo las ¨®rdenes de Woody Allen. Tan sedosa, tan liviana¡­ Colgada de un perchero junto a los trajes con los que otros premiados recogieron la estatuilla dorada, guiones, dibujos, m¨¢scaras, artilugios varios e incluso uno de los codiciados trofeos. Los integrantes del equipo de producci¨®n de la casa, que hab¨ªan recopilado durante semanas estos fetiches, confiaron (quiz¨¢ con excesiva bondad) en dejar al periodista a solas con el bot¨ªn.

El tesoro permanec¨ªa en aquel s¨®tano esperando viajar hasta la sede madrile?a de Casa de Am¨¦rica, donde pueden contemplarse ahora con todo detalle en una exposici¨®n que conmemora los 20 a?os consecutivos de retransmisiones de la gala de los Oscar en Canal?+. Dos decenios en los que hemos visto a Pen¨¦lope conquistar el Oscar, por supuesto, y gritar aquel ¡°?Pedrooooo!¡± que precedi¨® al discurso de agradecimiento de Pedro Almod¨®var (ganador de otra estatuilla al guion original de Hable con ella) por el premio a Todo sobre mi madre. Tambi¨¦n han lucido palmito por la alfombra roja en todos estos a?os la troupe actoral que escolt¨® a Fernando Trueba en su camino al Oscar por Belle ¨¦poque, Javier Bardem (con candidaturas varias y galard¨®n al mejor actor por No es pa¨ªs para viejos), los compositores Alberto Iglesias (candidato por las bandas sonoras originales de El jardinero fiel, Cometas en el cielo y El topo) y Javier Navarrete (aspirante por la banda sonora original de El laberinto del Fauno)¡­ Hemos visto susurrar a Jorge Drexler el estribillo de Al otro lado del r¨ªo, de la pel¨ªcula Diarios de motocicleta, mientras recog¨ªa el trofeo y doblaba el brazo a los productores de la ceremonia, que no le hab¨ªan dejado interpretar su propia composici¨®n por considerarle ¡°poco conocido¡± para el p¨²blico estadounidense¡­ Tambi¨¦n cantaron victoria los maquilladores David Mart¨ª y Montse Rib¨¦ por su trabajo en El laberinto del Fauno, donde se premi¨® asimismo la direcci¨®n art¨ªstica de Pilar Revuelta y Eugenio Caballero. Fueron candidatos los documentalistas Carles Bosch y Josep Maria Dom¨¨nech por Balseros; Trueba y Mariscal por Chico & Rita; los entonces cortometrajistas Nacho Vigalondo (7:35 de la ma?ana), Juan Carlos Fresnadillo (Esposados), Borja Cobeaga (?ramos pocos), Javier Fesser (Binta y la gran idea) y Javier Recio (La dama y la muerte); el maquillador Manuel Garc¨ªa por sus m¨¦ritos en Mar adentro, y los directores Montxo Armend¨¢riz (Secretos del coraz¨®n) y Jos¨¦ Luis Garci (El abuelo). Sin olvidar el Oscar de Alejandro Amen¨¢bar por Mar adentro o el de Gerardo Herrero como productor de El secreto de sus ojos. Hitos que reviven al husmear los fetiches de dos decenios de cine espa?ol en Hollywood.

Pero el lujo de manosear estas peque?as joyas emblem¨¢ticas que estaban a punto de viajar a la exposici¨®n de Casa de Am¨¦rica inspira tambi¨¦n una mirada hacia la apabullante huella que este pa¨ªs ha estampado en el mundo durante los ¨²ltimos 20 a?os a trav¨¦s de su talento cinematogr¨¢fico, acechado hoy entre crisis varias, recortes masivos y la subida del IVA al 21% decretada por el Gobierno del Partido Popular. ¡°No se sabe c¨®mo van a financiarse las pel¨ªcu?las en este pa¨ªs y cada vez va a ser m¨¢s importante la financiaci¨®n internacional¡±, reflexiona Alejandro Amen¨¢bar, quien dice estar preparando una vuelta al suspense en la l¨ªnea de sus primeras cintas, ¡°m¨¢s sencilla en cuanto a producci¨®n que ?gora¡±.

Conquistar un Oscar supuso para Amen¨¢bar atesorar ¡°un verdadero icono¡±, pero admite que no fue m¨¢s importante en su carrera que los premios Goya que cosech¨® su primer largometraje, Tesis, pues gracias a ellos pudo rodar acto seguido su siguiente pel¨ªcula ¡°en los t¨¦rminos y condiciones que quer¨ªa¡±. En el caso de David Mart¨ª, que junto a su pareja, Montse Rib¨¦, conforma un t¨¢ndem de ¡°maquilladores especiales¡± afincados en Barcelona, ganar el Oscar tuvo al principio un efecto perverso, ¡°por el que la gente piensa que ya eres m¨¢s caro y dejan de llamarte¡±. Ellos tardaron tres a?os en quitarse ese estigma, por otra parte incierto, pero tambi¨¦n reconocen que desde su ¨¦xito en Hollywood ning¨²n cliente ha vuelto a dudar sobre si el resultado de sus creaciones ser¨¢ el esperado.

Con David Mart¨ª tuvimos la suerte de conocer de primera mano a las cabezas del Fauno y el P¨¢lido que llevaba el actor que dio vida a sendas criaturas en El laberinto del Fauno. Las trajo ¨¦l mismo a la sesi¨®n de fotos, guardadas en aparatosas cajas de madera que destap¨® para mayor gloria de la org¨ªa fetichista. Tambi¨¦n hubo oportunidad de anudarse al cuello la corbata que llev¨® Jorge Drexler mientras cantaba Al otro lado del r¨ªo y de releer el guion original de Hable con ella, plagado de anotaciones manuscritas de su autor, Pedro Almod¨®var. El ¨¦xtasis lleg¨® al sostener el Oscar de Amen¨¢bar por Mar adentro. Y lo m¨¢s complicado fue vencer la tentaci¨®n de escapar empu?ando el pesado trofeo. La persecuci¨®n habr¨ªa quedado de lo m¨¢s cinematogr¨¢fica, pero en tal caso ni usted podr¨ªa estar ahora leyendo estas l¨ªneas ni tendr¨ªa ocasi¨®n de dar un discurso de agradecimiento como el que a buen seguro proclamar¨¢, cual estrella del paseo de la Fama, si visita la exposici¨®n en Casa de Am¨¦rica y se fotograf¨ªa con esta estatuilla que corona el tesoro de los ¨²ltimos 20 a?os del cine espa?ol en Hollywood.