Favorito de Ecuador

La arrolladora reelecci¨®n en primera vuelta de Rafael Correa como presidente de Ecuador, con mas de 30 puntos de ventaja sobre su inmediato rival, muestra que el poder no ha desgastado a este economista de izquierdas, formado en Estados Unidos y elegido por primera vez hace seis a?os. Al laminar a una oposici¨®n fragmentada, el l¨ªder ecuatoriano se asegura una d¨¦cada en el poder, el mandato m¨¢s largo en la historia de un pa¨ªs caracterizado por la inestabilidad y la progresiva irrelevancia de los partidos tradicionales.

Correa, que dedica su triunfo al regresado Hugo Ch¨¢vez, practica con inteligencia un populismo nacionalista de amplio eco. Durante sus seis a?os al tim¨®n ¡ªadem¨¢s de reescribir la Constituci¨®n para permitir su reelecci¨®n¡ª y al hilo, sobre todo, de la bonanza petrolera, ha mejorado sustancialmente aspectos b¨¢sicos de la vida de sus compatriotas, desde la sanidad y la educaci¨®n hasta las caducas infraestructuras del pa¨ªs andino. Esos programas sociales de gran cobertura han reducido la pobreza y creado numerosos puestos de trabajo, adem¨¢s de granjearle una s¨®lida base de apoyo popular todav¨ªa no trasladada a la mayor¨ªa parlamentaria. Esa mayor¨ªa es la que Correa busca ahora para su movimiento Alianza Pa¨ªs (el domingo se han celebrado tambi¨¦n elecciones legislativas) y acelerar as¨ª una agenda socialista que, por otra parte, no le impide negociar internacionalmente la explotaci¨®n de yacimientos mineros o licitar el desarrollo de una cuenca petrolera en tierras v¨ªrgenes.

Correa ha acompa?ado ese progreso social de un lado oscuro no solo econ¨®mico (hipertrofia del sector p¨²blico), sino tambi¨¦n pol¨ªtico. Algunas de sus manifestaciones fundamentales son el copo de las instituciones, sobre todo el poder judicial, con paniaguados presidenciales, el uso pr¨®digo del veto legislativo y, sobre todo, el contencioso con los medios no adictos.

El presidente, impulsor de un poderoso grupo medi¨¢tico a su servicio, nunca ha admitido de buen grado la cr¨ªtica a su actuaci¨®n, hasta el punto de perseguir de forma obsesiva a alg¨²n peri¨®dico opositor. Crecientemente autoritario, de su agenda inmediata forma parte alarmante una nueva ley que pretende regular la televisi¨®n y los peri¨®dicos en Ecuador al gusto de alguien que considera la libertad de expresi¨®n ¡°una funci¨®n del Estado¡±. Correa deber¨ªa resistir la tentaci¨®n de empa?ar su victoria acentuando el d¨¦ficit democr¨¢tico de su pa¨ªs.