Monse?or, no vaya a Roma

El caso de los abusos sexuales cometidos por eclesi¨¢sticos ha marcado el pontificado de Benedicto XVI, porque ¨¦l se enfrent¨® con coraje al esc¨¢ndalo, abord¨® con energ¨ªa algunos casos concretos, pidi¨® perd¨®n y asumi¨® que el problema ven¨ªa de dentro de la Iglesia. Ahora el recuerdo de su actuaci¨®n puede volver, sobre todo si entre los electores del nuevo Papa, en total 117 cardenales, aparecen personas en cuyas di¨®cesis se produjeron casos de pederastia.

Hay varios en esas circunstancias. Uno de ellos es Se¨¢n Brady, primado de Irlanda, a cuya grey el propio Benedicto XVI pidi¨® perd¨®n en su d¨ªa. Pero el asunto m¨¢s pol¨¦mico es el de Roger Mahony, arzobispo de Los ?ngeles hasta 2011, de quien existen evidencias documentales sobre consultas y gestiones para librar de la polic¨ªa a 129 sacerdotes sospechosos de abusos. Una asociaci¨®n de cat¨®licos norteamericanos, Catholics United, ha rogado al cardenal que se quede en casa, alegando que su implicaci¨®n en el esc¨¢ndalo y la suspensi¨®n de todas sus funciones p¨²blicas por el actual arzobispo son razones suficientes como para hacerle desistir. Mahony, sin embargo, a trav¨¦s de su blog, ha dado a entender que est¨¢ dispuesto a ir a Roma.

Desde el punto de vista del derecho can¨®nico, cada elector del nuevo Papa no debe haber alcanzado los 80 a?os el pr¨®ximo 28 de febrero, la fecha anunciada por Benedicto XVI para hacer efectiva su renuncia. Esa es la raz¨®n que deja fuera del c¨®nclave al ucranio Lubomyr Husar, que cumplir¨¢ esa edad dos d¨ªas antes de que se produzca la vacante. Para los dem¨¢s, tomar parte en la votaci¨®n solo depende de su voluntad o del grado de permeabilidad a los consejos que puedan recibir antes de acudir. Una vez dentro del Vaticano, nadie podr¨ªa presionarles en ning¨²n sentido.

Las votaciones para elegir al Papa se desarrollan siempre en secreto. Lo cual no impidi¨® saber, por ejemplo, que el italiano Carlo Maria Martini y el argentino Jorge Mario Bergoglio fueron los m¨¢s cercanos en votos a Ratzinger en 2005. Esta vez, el recuerdo de la crisis mencionada podr¨ªa ser un elemento de inquietud entre los muros de la Capilla Sixtina.