Palabra de Bruselas
La econom¨ªa espa?ola seguir¨¢ sin crear empleo este a?o y sin contener el d¨¦ficit
El discurso optimista del presidente del Gobierno sobre la evoluci¨®n de la econom¨ªa espa?ola, expuesto y aplaudido en el Congreso, no ha tardado mucho en darse de bruces con la realidad de Bruselas. La Comisi¨®n Europea pide nuevos ajustes porque, en su razonada opini¨®n, en 2013 la recesi¨®n ser¨¢ tan dura como en 2012; la destrucci¨®n de empleo podr¨ªa llevar la tasa de paro al 27%; y el d¨¦ficit p¨²blico, a falta de nuevos ajustes, se mantendr¨¢ en el entorno del 7% tanto este a?o como el pr¨®ximo. No es veros¨ªmil llegar a una fase ascendente de crecimiento en 2014 despu¨¦s de una ¡°suave pendiente¡± recesiva este a?o; y, aunque la Comisi¨®n nada dice en las previsiones que hoy da a conocer, todav¨ªa hay que confirmar la hip¨®tesis de que en 2012 el d¨¦ficit ha bajado del 7% del PIB.
El Gobierno trabaja con un calendario pol¨ªtico-econ¨®mico de conveniencia que, probablemente, tiene poco que ver con la realidad. En los c¨¢lculos de Rajoy y La Moncloa, 2013 ser¨ªa el a?o en el que se toca fondo, por emplear la descripci¨®n al uso; en 2014 y 2015 quedar¨ªa tiempo para generar empleo y llegar as¨ª a las elecciones. Pero no estamos ante un c¨¢lculo, sino ante una enso?aci¨®n. Durante 2013 seguir¨¢ destruy¨¦ndose empleo (entidades financieras, Iberia) y despu¨¦s del terrible choque de m¨¢s de 10 trimestres de recesi¨®n, lo m¨¢s probable es que en 2014, aunque la econom¨ªa haya tocado fondo, no se despegue mucho de ¨¦l. Los economistas m¨¢s prudentes estiman que la recuperaci¨®n, es decir, un crecimiento con empleo neto, no llegar¨¢ hasta 2016.
Bruselas tiene claro que el ajuste debe continuar, al menos como norma regulativa. Pero las dificultades presupuestarias y sociales son muy dif¨ªciles. Para prolongar las restricciones, el Gobierno tendr¨ªa que mantener la subida de impuestos prevista para un a?o (IRPF), subir m¨¢s el IVA, elevar la imposici¨®n indirecta en alcohol y combustibles y poner en marcha un nuevo plan de recortes del gasto que tocar¨¢ ya nervios sociales muy dolorosos. Desempleo y pensiones, por ejemplo. La ¨²nica ventaja es que las autoridades europeas parecen dispuestas a aplicar con flexibilidad los programas de ajuste, es decir, ampliar los plazos y conceder ventajas de pol¨ªtica monetaria.
La condici¨®n principal para sobrevivir a otro ejercicio econ¨®mico p¨¦simo es no perder la cabeza, como se hizo en los primeros meses de 2012, y planear un programa financiero cre¨ªble que restablezca definitivamente la estabilidad a finales de a?o. En tal plan deben aparecer una reforma fiscal bien articulada ¡ªque no cargue exclusivamente el peso del ajuste sobre el IRPF o lastre penosamente el IVA, sino que se extienda a un cambio radical en el impuesto de sociedades¡ª y una nueva estrategia contra el fraude; y detenerse a analizar los costes en inversi¨®n y empleo que supone cada programa de gasto que se suprime. Al menos, que los errores de 2012 no vuelvan a cometerse este a?o.
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