Militancia alica¨ªda
Los resultados electores no sirven para explicar los problemas de la militancia. PP y PSOE, en las ¨²ltimas elecciones obtuvieron m¨¢s de 17.800.000 votos, pero ello ¨²nicamente demuestra la opci¨®n que toman los ciudadanos cuando son convocados a las urnas¡ no la capacidad de los partidos de movilizarlos en el d¨ªa a d¨ªa y es cierto, como comentan analistas citados en el reportaje, que hay un auge de organizaciones civiles, nuevas formas y entramados de movilizaci¨®n pol¨ªtica, m¨¢s horizontales, m¨¢s compartidas, menos institucionales; por tanto, surge un eje de contradicci¨®n claro entre nueva y vieja pol¨ªtica que se une (o sustituye) a los cl¨¢sicos de derecha-izquierda, religioso-laico... Pero a¨²n est¨¢ por ver d¨®nde nos llevar¨¢ todo ello, lo que parece evidente es que no se trata de una crisis pasajera, como sostiene Joan Subirats.
Sin aventurar por mi parte hip¨®tesis sobre la situaci¨®n de la militancia en otros partidos ¨Cno es nada descartable que el mismo fen¨®meno descrito se produzca en otros no mencionados-, el art¨ªculo aclara expresamente que la situaci¨®n descrita en PP y PSOE no puede extenderse a todos. Y cita, como contraejemplo, a IU. Un rastreo global en los t¨¦rminos que se hace con PP y PSOE habr¨ªa resultado enciclop¨¦dico. Sin embargo, el gen¨¦rico titular, como apunta el lector, induce a confusi¨®n sobre el alcance de este des¨¢nimo militante certeramente expuesto en los casos en que se centra el reportaje.
Por otra parte, he recibio varias cartas de militantes de agrupaciones locales socialistas que discrepan de la situaci¨®n expuesta. A t¨ªtulo de ejemplo, cito tres. Un militante socialista de Entrev¨ªas-Pozo, Seraf¨ªn Rubio, me ha remitido una larga carta en desacuerdo con el panorama descrito y en la que afirma que la militancia activa de Entrev¨ªas-Pozo no est¨¢ alica¨ªda, siempre hemos sido parte del barrio y ahora, en los tiempos que corremos, tambi¨¦n, estamos con nuestros vecinos y vecinas, nos encontramos en una campa?a de recogida de alimentos que entregaremos al Banco de Alimentos, acabamos de realizar un acto sobre el desmantelamiento de la sanidad p¨²blica, participamos en todas las manifestaciones, concentraciones o actos que se vienen convocando en los ¨²ltimos meses, contra la reforma laboral, por unos servicios p¨²blicos de calidad, etc. Y cita el funcionamiento de la democracia interna y las actividades culturales y c¨ªvicas que desarrollan. En este mismo sentido he recibido otra, de Miguel Guti¨¦rrez, desde La Torre de Esteban Hambr¨¢n (Toledo). "Desconozco lo que supone militar en una agrupaci¨®n grande como algunas de las que aparecen en el art¨ªculo de la ciudad de Madrid, pero mi realidad y la de mis compa?eros de agrupaci¨®n dista mucho de la que se describe en el art¨ªculo. Nosotros s¨ª tenemos claro para que servimos. En nuestro pueblo de mil ochocientos habitantes, funcionamos como una asociaci¨®n m¨¢s y al margen de elaborar las listas electorales y llevar a cabo las tareas que se nos encomiendan en el ayuntamiento, realizamos multitud de actividades para nuestro pueblo: concursos, gymkanas, recogidas de alimentos y ropa¡". Con similares argumentos, un militante socialista de C¨¢ceres reivindica la actividad social del partido en la localidad (por ejemplo, apertura de un sala de lectura para suplir el cierre en verano de las existentes). Y concluye: "A pesar de que no son buenos tiempos para la pol¨ªtica y no son tampoco los mejores para mi partido, el PSOE es un partido vivo gracias a sus militantes,y la ilusi¨®n de mucha gente (sobre todo muchos j¨®venes de JSE) que creen que esta sociedad puede cambiarse y ser mucho m¨¢s justa, si todos aportamos nuestro granito de arena".
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