Siga la moda del peinado comunista perfecto
Corea del Norte coloca en las peluquer¨ªas el cat¨¢logo de los 18 cortes de pelo aprobados por el r¨¦gimen
El contraste es brutal. En la orilla norte del r¨ªo Yalu los rascacielos de la ciudad china de Dandong dibujan una espectacular muralla que se llena de color gracias a sus innumerables luminosos de ne¨®n, y la poblaci¨®n despliega un interesante abanico en el que ni siquiera las bajas temperaturas le restan, sobre todo a ellas, un ¨¢pice de su car¨¢cter atrevido. Sin embargo, los prism¨¢ticos ubicados en lo que queda del viejo Puente de la Amistad sirven de t¨²nel del tiempo y acercan la homog¨¦nea realidad que se vive en la otra orilla, la que ocupa la localidad norcoreana de Sinuiju: ellas aparecen vestidas siempre con falda o con el traje tradicional coreano, y ellos caminan ataviados con pantal¨®n de raya y sobrios abrigos de colores muertos. Sin duda, es dif¨ªcil distinguir a unos de otros.
Pero no todos los norcoreanos son iguales. De hecho, esta semana se ha sabido que pueden elegir entre un buen n¨²mero de peinados diferentes. Ellas, quiz¨¢ porque son consideradas m¨¢s coquetas o porque pueden dejarse el pelo largo, tienen 18 estilos diferentes a su alcance, aunque a las solteras se les vetan cuatro; ellos, que pueden dejar crecer el cabello hasta un m¨¢ximo de cinco cent¨ªmetros -siete si lucen canas-, solo pueden escoger entre diez cortes de pelo.
Y no, el que luce el rapero PSY en Gangnam Style no aparece por ninguna parte. De hecho, las fotograf¨ªas pueden provocar un empacho de tup¨¦s, y todas las opciones para ellos son muy masculinas, no vaya a ser que alguno caiga en la tentaci¨®n de imitar los looks de las afeminadas boy band que triunfan en la decadente hermana capitalista. Curiosamente, tambi¨¦n est¨¢ prohibido emular al Querido L¨ªder, Kim Jong-il, cuyo inconfundible estilo no aparece en la lista. Por lo visto, no hacen falta dobles de dictadores muertos.
Todos los cortes de pelo que cuentan con la aprobaci¨®n del Comandante Supremo est¨¢n perfectamente documentados en dos colecciones de fotograf¨ªas enmarcadas que, seg¨²n el portal de noticias de Hong Kong, Ifeng, adornan las paredes de las peluquer¨ªas de Corea del Norte. El r¨¦gimen las ha presentado como el cat¨¢logo de los perfectos peinados comunistas: no solo son c¨®modos, sino que tambi¨¦n tienen la capacidad de ¡°proteger contra los efectos corruptos del capitalismo¡±.
Es evidente que el joven Kim Jong-un,?tercer dictador de la dinast¨ªa que inaugur¨® su abuelo y fundador de la patria, Kim Il-sung, est¨¢ demasiado ocupado con el estilismo de la poblaci¨®n -un desertor cont¨® a The Economist c¨®mo hab¨ªa sido arrestado por llevar una visera con el logo NY- como para atender las cr¨ªticas de la comunidad internacional por su programa nuclear militar.
Y, al parecer, la atenci¨®n que le dedica es contagiosa. Los servicios secretos de Corea del Sur no tienen otra forma de descifrar lo que sucede en el interior de la herm¨¦tica hermana comunista que analizando los cambios de peinado de la principal presentadora de informativos de la cadena nacional, Ri Chun-hee, encargada de leer en antena, a voz en grito, los comunicados m¨¢s importantes del pa¨ªs. No en vano, diferentes analistas interpretaron como una inminente llegada de reformas pol¨ªticas los dos cambios de peinado que luci¨® en una misma semana de 2011. Desafortunadamente, no acertaron, y desde entonces no ha vuelto a tocarse la cabeza.
Pero es evidente que algo s¨ª que est¨¢ cambiando en Corea del Norte. Kim Jong-un, que todav¨ªa no ha cumplido la treintena, aparece mucho menos almidonado que su padre frente a las masas que lo adoran cual ¨ªdolo del rock. De hecho, a veces va incluso con la chaqueta sin abotonar. Y su mujer, con la que contrajo matrimonio en secreto en una fecha que nadie conoce, tambi¨¦n ha roto la ortodoxia norcoreana. Porque sigue a su marido a todas partes, viste ce?idos dise?os de corte occidental, y hasta se deja fotografiar con un bolso de Chanel. Claro que ella no es una norcoreana.
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