Venezuela en la trinchera
Gobernar despu¨¦s de Ch¨¢vez, sin su carisma, sin su autoridad, sin sus dotes de mando ser¨¢ complicado
Salvo imponderables, la actual correlaci¨®n de fuerzas en Venezuela indica que el bur¨®crata Nicol¨¢s Maduro ganar¨¢ las elecciones del 14 de abril con el voto p¨®stumo de Hugo Ch¨¢vez, que gobernar¨¢ despu¨¦s de muerto. El heredero designado por el difunto caudillo es un actor secundario en la pol¨ªtica nacional cuyos principales m¨¦ritos residen en la irrestricta obediencia a un jefe que en vida no toler¨® intromisiones en su hoja de ruta hacia la utop¨ªa bolivariana. Ahora mismo nada permite suponer que el voto oficialista vaya a desplomarse, permitiendo la victoria de opositor Henrique Capriles.
Los m¨¢s de tres meses de Maduro al mando de Venezuela, y la presencia todav¨ªa abrumadora del gallo de la boina colorada en el sentimiento de los venezolanos que son mayor¨ªa en el padr¨®n electoral le proporcionan una inercia casi imparable. En el tiempo que resta hasta la convocatoria a urnas es pr¨¢cticamente imposible eliminar de los corazones chavistas el peso del ¨ªdolo ausente. Algunos psic¨®logos anticipan que la memoria del fallecido puede incluso reforzarse temporalmente entre los suyos por la congoja que les caus¨® su muerte. Traducido en votos, ganar¨ªan por una mayor¨ªa m¨¢s amplia.
Asumiendo pues la previsible victoria de Maduro, su presidencia no ser¨¢ f¨¢cil. Gobernar despu¨¦s de Ch¨¢vez, sin su carisma, sin su autoridad, sin sus dotes de mando ser¨¢ complicado. El candidato designado por el caudillo no es un in¨²til, pero s¨ª parece insignificante ante la figura del venerado mentor. Te¨®ricamente, el libreto que seguir¨¢ el candidato oficial es sencillo y ya conocido: insistir en las pol¨ªticas sociales y discursos tremendistas y maniqueos del hombre que consigui¨® ilusionar y atraer a sectores populares que no acudieron a las urnas hasta su irrupci¨®n en pol¨ªtica, en 1989.
El principal obst¨¢culo de Maduro no es la oposici¨®n, que no representa un peligro a corto plazo ya que dif¨ªcilmente lograr¨¢ en dos semanas de campa?a lo que no pudo en catorce: seducir a las barriadas mestizas y mulatas capturadas por la personalidad del mestizo Ch¨¢vez y su paternalismo de Estado. Los principales problemas de Maduro est¨¢n en casa. Carente del magnetismo del fallecido, que manten¨ªa todas las corrientes y ambiciones personales amalgamadas en torno a su figura, puede afrontar durante su mandato tensiones disgregadoras y la aparici¨®n de caciques que pueden convertir el chavismo en un saco de gatos. No ocurrir¨¢ al principio de su mandato, pero acabar¨¢ sucediendo.
Hugo Ch¨¢vez lo ten¨ªa claro: en sus ¨²ltimos discursos pidi¨® encarecidamente a sus seguidores, casi suplicando, que se mantuvieran unidos. Lo est¨¢n ahora, pero es imposible adivinar las circunstancias pol¨ªticas del 2018, a?o de las pr¨®ximas elecciones generales. ?Mantendr¨¢ el chavismo su hegemon¨ªa? ?Habr¨¢ jubilado la oposici¨®n dirigentes y facciones todav¨ªa `contaminadas¡¯ por su participaci¨®n en el desprestigiado bipartidismo? Hasta conocerse la respuesta, Venezuela regres¨® a la trinchera, al efectismo y al cruce de invectivas propias de sociedades pol¨ªticamente subdesarrolladas: Maduro no descart¨® en una comparecencia televisiva que la negra mano del imperialismo hubiera participado en la formaci¨®n de tumor que tumb¨® a Hugo Ch¨¢vez, ni descart¨® que el C¨®nclave que design¨® Papa a un cardenal argentino hubiera sido iluminado por el Esp¨ªritu Santo, en deuda con la devoci¨®n cristiana de hombre de Barinas.
Capriles tampoco es manco: el gobierno minti¨® sobre las fechas de la muerte de Ch¨¢vez en una escenificaci¨®n milim¨¦trica. De ser cierta su imputaci¨®n, los padres, hijos y hermanos de Ch¨¢vez, junto al cuerpo de m¨¦dicos, enfermeras y personal sanitario del hospital militar, posiblemente m¨¢s de cien personas, hubieran debido ensayar una farsa magistral. Durante esos d¨ªas, a la familia no se le escap¨® ni una l¨¢grima que desvelase la trama, ni una mueca de dolor, ni un llanto contenido, absolutamente nada. Tampoco ha aparecido hasta ahora la enfermera que trabaja en el hospital y es prima de una amiga que tiene un cu?ado en los almacenes que est¨¢n al lado de la tienda de mi hermano y que cont¨® que Ch¨¢vez llevaba muerto dos semanas¡Y suma y sigue.
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