Mantener el rumbo
El barco europeo cruza un punto cr¨ªtico, pero lo peor ya ha sido esquivado
Tras las elecciones parlamentarias italianas, vuelve a resonar en algunas partes un argumento ya conocido: el resultado electoral no es fruto de problemas internos del pa¨ªs, sino de una pol¨ªtica de austeridad unilateral impuesta desde fuera. Y es este ¡°rumbo de austeridad¡± el que ha sido ahora castigado en las urnas. El crecimiento puede conseguirse de forma r¨¢pida y c¨®moda mediante programas de gasto p¨²blico financiados a base de deuda, seg¨²n este argumento.
Pero esta visi¨®n de la realidad es doblemente falsa. En primer lugar, a pesar de los rigores de la crisis en todos los pa¨ªses de la zona euro especialmente afectados han sido elegidos hasta ahora gobiernos que siguen un rumbo firme de estabilidad en sus pa¨ªses. Este hecho tanto se da en Espa?a y Portugal como en Irlanda y Grecia. Tambi¨¦n el nuevo gobierno de Chipre ha anunciado reformas estructurales. E incluso en Italia, el mismo Silvio Berlusconi apoy¨® las reformas de Mario Monti, aunque tarde y a medias.
En segundo lugar, el antagonismo ¡°austeridad o crecimiento¡± puede utilizarse como caballo de batalla pol¨ªtico pero no sirve para describir alternativas reales. Quien afirme que el ahorro y el crecimiento son principios radicalmente opuestos supone al mismo tiempo que el creci?miento solo puede conseguirse acumulando nuevas deudas. Sin embargo, todos sabemos desde hace tiempo que el gasto p¨²blico mediante endeudamiento solo puede, en el mejor de los casos, producir efectos coyunturales de corto plazo pero no un crecimiento duradero. M¨¢s a¨²n: si la deuda p¨²blica se va acumulando, tarde o temprano llega el momento de la verdad, en el que los mercados, en su condici¨®n de acreedores, pierden la confianza en la sostenibili?dad de la deuda. Y no hay nada peor para un Estado que estar a merced de los mercados finan?cieros.
La modernizaci¨®n del mercado laboral y el fomento de la movilidad son reformas prioritarias
Para Europa 2013 podr¨ªa convertirse en el peor a?o de la crisis. Las reformas ya empiezan a dar los primeros frutos: ha crecido la confianza de los mercados financieros y se van redu?ciendo los d¨¦ficits presupuestarios y los desequilibrios dentro de la zona euro. Sin embargo, todav¨ªa se necesita tiempo para que estos s¨ªntomas de crecimiento lleguen a la econom¨ªa real. La Zona Euro todav¨ªa est¨¢ sumida en la recesi¨®n. El paro juvenil se ha situado en algunos pa¨ªses en cotas insostenibles.
En realidad nos encontramos en Europa ante la siguiente alternativa: o bien continuamos con nuestra pol¨ªtica basada en la combinaci¨®n equilibrada de los tres aspectos, solidaridad, creci?miento a partir de una mayor competitividad y consolidaci¨®n financiera, o bien volvemos a caer en la antigua y fracasada pol¨ªtica de endeudamiento.
Esto ¨²ltimo ser¨ªa fatal, ya que no puede negarse la relaci¨®n existente entre una pol¨ªtica finan?ciera s¨®lida, el crecimiento y el empleo. All¨ª donde no se respetaron suficientemente las normas de la solidez reina hoy en d¨ªa el desempleo m¨¢s elevado, porque precisamente nadie invierte ah¨ª. Por eso, quien vuelve a caer ahora en antiguos modelos de endeudamiento no act¨²a de mejor manera sino que cimienta para los a?os y decenios venideros el desempleo en masa en Europa.
No existe ning¨²n atajo, ninguna v¨ªa f¨¢cil hacia una mayor competitividad y el remedio es una medicina de amargo sabor. Esta experiencia tambi¨¦n tuvimos que atravesarla en Alemania. En tales situaciones resulta decisivo impulsar una serie de reformas que se complementen entre ellas. Necesitan tiempo pero surten efecto.
No obstante, es igualmente importante que las personas est¨¦n convencidas de los efectos de esta medicina. Por eso, la lucha contra el paro y muy especialmente el fomento del empleo juvenil deben centrar la agenda europea. Estar en el paro es una tragedia para la persona des?empleada y tambi¨¦n para toda la econom¨ªa nacional. Ning¨²n pa¨ªs puede permitirse desaprove?char la productividad y la inspiraci¨®n de sus habitantes.
Alemania tiene un presupuesto equilibrado para 2014 e intenta mejorar la competitividad
Las reformas para la modernizaci¨®n del mercado laboral y para el fomento de la movilidad laboral siguen siendo prioritarias. Y tambi¨¦n resultan esenciales m¨¢s inversiones en educaci¨®n e investigaci¨®n. Alemania puede prestar su ayuda en este terreno mediante una estrecha cooperaci¨®n en el ¨¢mbito de la formaci¨®n profesional. Tal como ocurre en Alemania, en Europa deber¨ªa apoyarse mejor a las empresas que quieran crear nuevos puestos de trabajo facilit¨¢ndoles el acceso al cr¨¦dito. En este sentido, bancos de fomento como el Banco Europeo de Inversiones desempe?an un papel fundamental.
En toda Europa tenemos que estar dispuestos a y ser capaces de introducir reformas de manera duradera. Esto por supuesto tambi¨¦n vale para Alemania. Nosotros pasamos la crisis mejor que algunos de nuestros socios europeos y tenemos hoy una situaci¨®n tan buena como no la ten¨ªamos desde hac¨ªa tiempo porque en su momento realizamos reformas muy profundas y tambi¨¦n dolorosas y porque iniciamos la pol¨ªtica de consolidaci¨®n ya a principios de 2010. Por eso tampoco nos vimos inmersos en el impacto emocional de la crisis.
Ahora bien, ser¨ªa un grave error creer que Alemania est¨¢ inmunizada para siempre contra las crisis y que en nuestro pa¨ªs no es necesario realizar m¨¢s reformas. Todos deber¨ªamos acordarnos de que hace algo m¨¢s de diez a?os Alemania todav¨ªa era considerada como ¡°el hombre enfermo de Europa¡±. Por eso el Gobierno federal insiste en la necesidad de unas finanzas p¨²blicas saneadas, incluido un presupuesto federal equilibrado en 2014, y mantiene su l¨ªnea de reformas para mejorar la competitividad. No en ¨²ltimo t¨¦rmino tambi¨¦n fortalecemos la demanda, con lo cual aumentamos las exportaciones de nuestros socios europeos a Alemania, y ofrecemos a j¨®venes europeos cualificados perspectivas reales en el mercado de trabajo alem¨¢n. Sabemos que a la larga tampoco la econom¨ªa alemana ir¨¢ bien si a nuestros socios europeos a la larga les va mal.
El barco europeo cruza actualmente un punto cr¨ªtico. Los acantilados m¨¢s peligrosos ya han sido esquivados pero todav¨ªa no se ha llegado a puerto. No debemos volver a perder la confianza recuperada. Tenemos que reunir la fuerza pol¨ªtica necesaria para continuar el rumbo de la pol¨ªtica de estabilidad. Mantener el rumbo ser¨¢ la clave del ¨¦xito.
Guido Westerwelle es ministro alem¨¢n de Asuntos Exteriores.
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