Torturas en Irak
Esclarecer lo sucedido con los detenidos en Base Espa?a es una obligaci¨®n, no una opci¨®n
El v¨ªdeo difundido por EL PA?S sobre las agresiones de tres soldados espa?oles a dos detenidos iraqu¨ªes, presenciadas por otros militares, constituye una mancha en el uniforme de un Ej¨¦rcito cuyo despliegue en misiones fuera de Espa?a ha dado poco que hablar en t¨¦rminos negativos y ha aportado una sensaci¨®n general de buen hacer. La vesania con que fueron pateados dos de los detenidos en Diwaniya, la base principal de las tropas espa?olas en Irak, exige un completo esclarecimiento de las circunstancias en que se produjo la terrible escena, cuyos autores deben ser severamente castigados.
Dentro de la desgraciada historia que supuso la invasi¨®n y ocupaci¨®n de Irak, las torturas inferidas por el Ej¨¦rcito norteamericano, desde Abu Ghraib a Guant¨¢namo o las c¨¢rceles secretas de la CIA, contaron con el amparo de la Administraci¨®n de su pa¨ªs tras las ¨®rdenes presidenciales de George W. Bush, posteriores a los ataques del 11-S, en la que se dieron instrucciones para la lucha contra el terrorismo. La diferencia es que el mando militar espa?ol s¨ª invoc¨® la Convenci¨®n de Ginebra IV y protocolos adicionales al impartir instrucciones sobre el trato a prisioneros. Por eso el v¨ªdeo conocido ahora a?ade inquietud respecto a los datos parciales que ya se sab¨ªan sobre la existencia de un centro de detenci¨®n en la base espa?ola en Irak.
Los ciudadanos tenemos todo el derecho a conocer qu¨¦ sucedi¨® con estos dos arrestados, as¨ª como con varias decenas m¨¢s que pasaron por las celdas de Base Espa?a. Las brutalidades cometidas por un pu?ado de soldados no cuestionan a los casi 5.000 militares espa?oles que pasaron por Irak en las diversas fases del despliegue y los 130.000 que han participado en las diferentes misiones en el exterior. Pero aclarar a fondo los episodios oscuros es una obligaci¨®n de Espa?a, no una opci¨®n.
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