Todo por ella
El est¨ªmulo a nuestro obediente empobrecimiento ser¨¢ que Europa nos considere, al fin, un pa¨ªs serio
Seremos m¨¢s pobres. El Gobierno sigue las directrices de la troika europea para que as¨ª ocurra. Por nuestro bien, nos haremos m¨¢s viejos trabajando; por nuestro bien y por el del pa¨ªs, acudiremos al trabajo aun estando enfermos para que no se nos descuente nada de nuestro salario a partir del tercer d¨ªa; se suceder¨¢n los ERE; Iberia pondr¨¢ en la calle a m¨¢s de 3.000 personas, que se traducir¨¢n en 3.000 familias con un sueldo menos, lo que elevar¨¢ un porcentaje de paro que roza ya el 30%, cifra que nos estremece y que asombra a quien la escucha m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras; por nuestro bien, se diluir¨¢n hasta convertirse en nada las ayudas a la dependencia, que traer¨¢n como consecuencia la vuelta resignada de muchas mujeres al hogar; tambi¨¦n se seguir¨¢ recortando en educaci¨®n, aunque como dice el ministro Wert, no debemos centrarnos solo en el dinero cuando hablamos de escuela p¨²blica, y no le falta coherencia dado que este Gobierno se muestra proclive a favorecer a la concertada y a la privada, especialmente a la religiosa; esa tendencia ultracat¨®lica se dejar¨¢ ver tambi¨¦n en c¨®mo las ayudas sociales se reconvertir¨¢n en caridad cristiana, dejando astutamente en manos de ciertas congregaciones lo que antes fueran centros municipales o auton¨®micos, sobre todo, aquellos que se refieren a necesidades familiares e infantiles. La gesti¨®n de la sanidad p¨²blica, en manos de empresas privadas, perder¨¢ el prestigio que la defin¨ªa como una de las asistencias m¨¢s competentes de Europa. Qui¨¦n dice que no se tocar¨¢n nuestros ahorros.
El est¨ªmulo a nuestro obediente empobrecimiento ser¨¢ que Europa nos considere, al fin, un pa¨ªs serio. Pero hay otro premio a este sacrificio: nuestra humillaci¨®n servir¨¢ para que los alemanes reelijan a Merkel por habernos puesto en nuestro sitio. ?Es que no compensa?
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