Estudios l¨²dicos

"Si quieres que tu hijo sea sabio, dec¨ªa Einstein, cu¨¦ntale historias; y si quieres que sea m¨¢s sabio todav¨ªa, cu¨¦ntale m¨¢s historias¡±. Para regalar a los ni?os una larga infancia, y modelar personas con una inteligencia emocional e intelectual superior a la media, cada vez m¨¢s pedagogos reivindican aprender divirti¨¦ndose. Eso s¨ª, seg¨²n cada edad (o desarrollo neurol¨®gico) se dictan elementos y entornos l¨²dicos diferentes. Hasta los seis o siete a?os, lo ideal es un espacio con muebles a escala del ni?o para que se sienta seguro y arropado, pero rebosante, m¨¢s que de color, de est¨ªmulos visuales, auditivos y t¨¢ctiles con los que pueda interactuar e incentivar su potencial. ¡°La idea es favorecer el juego, porque es la llave del aprendizaje¡±, apunta Christopher Clouder, presidente de la Federaci¨®n de Escuelas Waldorf. Entre los siete y los catorce a?os, seg¨²n el psicopedagogo italiano Francesco Tonucci, es preferible ¡°un espacio abierto a la diversidad, a la vida y a las relaciones con los otros¡±. Hay que valorar lo que el ni?o siente. ¡°Para enriquecerse emocionalmente, apunta la psic¨®loga Manuela Zurita, el ni?o necesita compartir (no competir)¡±. De ah¨ª, la apuesta por una mesa colectiva (que puede ser la del comedor) en la que poder estudiar con amigos y padres, para que el trabajo se vuelva compatible con la vida. La exigencia de privacidad asoma en la pubertad. Entonces, un adolescente reclama un feudo para analizar y construir el mundo. Un rinc¨®n de lectura puede ser su nueva ¨¢gora.