Muy machos
El deporte en general, ese poderoso espejo de las masas, est¨¢ cubierto por un velo homof¨®bico
Aunque no me gusta el f¨²tbol, disfrut¨¦ con la victoria de La Roja en Francia porque nos hacen mucha falta las alegr¨ªas. Eso s¨ª, viendo los abrazos de los jugadores me qued¨¦ pensando en la sorprendente ausencia de homosexuales reconocidos entre ellos. ?Y luego nos jactamos de que nuestra sociedad es tan tolerante y de que la homofobia ya no existe! De acuerdo: entonces, ?d¨®nde est¨¢n los futbolistas gais? Seg¨²n diversos estudios internacionales, el porcentaje de homosexuales se mantiene m¨¢s o menos estable en todas las culturas y se mueve en una franja entre el 2% y el 7% de la poblaci¨®n. Un pu?ado de dimensiones perfectamente visibles, dir¨ªa yo. Repito, ?d¨®nde est¨¢n? Una amiga me cuenta que, har¨¢ unos cuatro a?os, escuch¨® en el programa radiof¨®nico Hablar por hablar a un hombre joven que sali¨® al aire sin identificarse, aunque supongo que lo habr¨ªa hecho antes, en el control, porque, si no, no le hubieran dado paso. Y dijo algo as¨ª: ¡°Soy futbolista, soy homosexual, juego en Primera Divisi¨®n y tengo que ocultar mi condici¨®n. Gano mucho dinero y soy muy desgraciado¡±. Suena arcaico y parece remitir a una realidad obsoleta y remota, pero debo decir que est¨¢ ocurriendo cada d¨ªa, que no sucede solo en Espa?a y que no se ci?e solo al f¨²tbol. El deporte en general, ese poderoso espejo de las masas, est¨¢ cubierto por un velo homof¨®bico. En los JJ OO de Pek¨ªn 2008, solo hubo 10 atletas declaradamente gais entre los 11.000 participantes. En los JJ OO de Londres 2012, 20 atletas entre 12.000. No se puede decir que la cosa progrese a velocidades supers¨®nicas. Y, mientras La Roja jugaba tan virilmente en Francia, Par¨ªs se llenaba de manifestantes contra las bodas gais (como Espa?a en 2005). Me pregunto cu¨¢ntas otras realidades damos por solucionadas, cu¨¢ntos otros prejuicios solventados, sin que sea verdad en absoluto.
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