Reuni¨®n de tipos duros
?lex Gonz¨¢lez y Miguel ?ngel Silvestre se meten en la piel de dos ultraderechistas. Una historia de amor y violencia nacida de una novela de Carlos Bardem Visitamos un rodaje al l¨ªmite bajo la batuta de Santiago A. Zannou
Por fuera parece una nave industrial cualquiera, abandonada en medio de una calle polvorienta de un pueblo a 50 kil¨®metros de Madrid. Quiz¨¢ un espectro de la crisis, levantado junto a un arroyo seco. El edificio se encuentra rodeado por camiones del equipo de rodaje, carpas de pl¨¢stico y un par de ba?os port¨¢tiles. En la entrada hay un tipo con walkie-talkie sudando bajo el sol inclemente de junio. Un par de voluntarios del SAMUR se refugian en una sombra escu¨¢lida. Al otro lado de la puerta, cuesta unos segundos acostumbrar la vista a la oscuridad del set. Se percibe un ring en el centro de la estancia. Sacos de boxeo con el cuero curtido colgados aqu¨ª y all¨¢. M¨¢quinas de musculaci¨®n. Sobre unas escaleras alguien ha pintado: ¡°Gymnasio Peyro¡±. Un tipo negro y con la cabeza afeitada, cuyo cr¨¢neo brilla como una bola de billar, se mueve de un lado a otro con un pitillo entre los dedos, silba melod¨ªas inconexas, aplaude y agita los brazos, y da ¨®rdenes incomprensibles a una treintena de blancos: ¡°Fede, querido del alma, creo que necesitamos ah¨ª detr¨¢s de rasquis al chuster [sic]¡±. Bebe Coca-Cola Light. Y cuando todo parece quedar atado, se sienta detr¨¢s de unos monitores en una silla plegable de tela y madera en cuyo respaldo se ha impreso la palabra ¡°Zannou¡±, se coloca unos auricu?lares, da un sorbito de la lata y dice: ¡°?Acci¨®n!¡±.
Miguel ?ngel Silvestre: "Despu¨¦s de esto, rodar una comedia con Almod¨®var ha sido una terapia¡±
El actor nacido en Castell¨®n, al que le apabull¨® la inesperada fama de la serie Sin tetas no hay para¨ªso, emprendi¨® un camino de no retorno al interpretar a Luis, un fascista violento, rotundo y sin escr¨²pulos. Dice que despu¨¦s de esta pel¨ªcula, en cuyo rodaje lleg¨® a desmayarse de dolor, actuar en Los amantes pasajeros, la comedia de Almod¨®var, ha sido como una terapia.
Carlomonte es un p¨²gil retirado y alcoh¨®lico, un juguete roto del boxeo. Ronda los 50 a?os, supera los 100 kilos, tiene cara de indio y su voz surge de lo m¨¢s hondo de una caverna: ¡°Bueno, Rocky, sorpr¨¦ndeme. A ver qu¨¦ sabes hacer. ?Cierra los codos! Vale, vale, vale¡ Sombrear no sabes¡±. A los pies del cuadril¨¢tero, se dirige a un tipo fibroso llamado Juli¨¢n, de 27 a?os, rapado como un neonazi porque se trata de un neonazi. Liviano, r¨¢pido y venenoso como un alacr¨¢n. A¨²n no est¨¢ enamorado. Acaba de empezar a recorrer su camino a solas fuera de la manada fascista. En un cartel colgado de una de las paredes se lee: ¡°No se puede ense?ar nada a un hombre. Solo se puede ayudar a encontrar la respuesta dentro de s¨ª mismo¡±. Pero esta no es a¨²n la escena de las respuestas, sino la del ¡°no sirves para nada, chico, deja este deporte y l¨¢rgate a casa¡±. Un giro de guion can¨®nico dentro del g¨¦nero. ¡°Vale¡ sombrear no sabes. ?Eh! ?Ad¨®nde vas? El ring es para los boxeadores. A ti te basta con el suelo¡±.
¡°?Corten!¡±, grita el director. ¡°?Muy bien, Carlos! Te veo, te veo, te veo ?a tope! Vamos a cambiar de lado¡±. Y mientras el equipo cumple sus ¨®rdenes, Carlos Bardem, el actor que hace de Carlomonte y tambi¨¦n autor de la novela Alacr¨¢n enamorado, que ha dado origen a la pel¨ªcula, se acerca con su cuerpo rotundo hasta el realizador, Santiago A. Zannou; saluda con su mano enorme y dura, y presenta tambi¨¦n al protagonista: ¡°Ese que est¨¢ ah¨ª haciendo flexiones es ?lex Gonz¨¢lez¡±. En breve, ambos comenzar¨¢n a rodar otra toma en la misma l¨ªnea. Carlomonte le pedir¨¢ a Juli¨¢n que haga skipping, unos ejercicios agotadores moviendo unos neum¨¢ticos y saltando en ellos con los pies juntos. El alumno, despu¨¦s de dejarse la piel, pedir¨¢: ¡°?Ponme las manoplas, co?o, que no estoy cansado!¡±. Antes de empezar a rodar, ?lex Gonz¨¢lez coge una comba y comienza a brincar ¡°para llegar cansadillo¡± a la escena, seg¨²n dice, cuando de pronto se le engancha la cuerda en un pie. ¡°?Joder, qu¨¦ presi¨®n!¡±, medio sonr¨ªe Gonz¨¢lez. Entonces agita la comba y la convierte en un remolino sibilante. Bardem a?ade: ¡°La escena va de eso. Yo quiero que salte y explote¡±. Zannou vuelve a sentarse dando una palmada. Otro sorbo a la coca-cola. Otro pitillo. Y grita: ¡°?Hoy estamos a tope!¡±.
Nueve meses despu¨¦s, supimos que aquello no fue un rodaje, sino un campo de batalla. A unas semanas del estreno (previsto para el 12 de abril), ?lex Gonz¨¢lez trataba de explicarlo, con el pelo ya crecido y acabado en un tup¨¦, durante la sesi¨®n de fotograf¨ªas que recorren estas p¨¢ginas: ¡°Para todos, creo, ha sido una peli importante. Nos jug¨¢bamos mucho. Todos est¨¢bamos muy nerviosos y la verdad que¡ eh¡ ?C¨®mo contar esto?¡±. Miguel ?ngel Silvestre, que se ha metido en la piel del diablo, un neofascista hipermusculado, despiadado en sus palizas, con voz ronca y patillas gruesas, se r¨ªe a su lado: ¡°?Un paseo en barca, vamos!¡±. Gonz¨¢lez a?ade: ¡°F¨ªjate, lo veo ahora: el m¨¦todo de Santiago tiene que ver con tenernos a todos sin pisar en terreno firme. Durante un a?o y medio, desde el casting, no he pisado terreno firme. Nunca¡±. Poco a poco, a lo largo de la sesi¨®n, que dur¨® una ma?ana, fuimos reconstruyendo con retazos, respuestas esquivas y frases cogidas al vuelo el diario de un proceso de filmaci¨®n solo apto para tipos que no tiran la toalla y aguantan en pie hasta la campanada del ¨²ltimo asalto.
Carlos Bardem: ¡°En momentos de crisis se empieza a se?alar culpables, y esto lleva al odio¡±
Es el autor de la novela Alacr¨¢n enamorado, coguionista de la pel¨ªcula, e interpreta a un entrenador en horas bajas que gu¨ªa, con la disciplina del boxeo, a un neonazi lejos de la violencia. Le preocupa el auge de los movimientos de ultraderecha. "En momentos de crisis se empieza a se?alar culpables. Son las chispas para crear una hoguera de odio".
El germen de Alacr¨¢n ena???morado se remonta a 2007, durante la presentaci¨®n de la novela hom¨®nima de Carlos Bardem en la librer¨ªa madrile?a Ocho y Medio. ?lex Gonz¨¢lez, a quien conoc¨ªa de verlo a menudo en el gimnasio Barcel¨®, donde ambos practican boxeo, acudi¨® a la cita. Y el autor le dedic¨® el libro con estas palabras: ¡°Con mucho cari?o, m¨ªrate el personaje de Juli¨¢n. Ja, ja, ja¡±. Un tiempo despu¨¦s, cuando el proyecto de pel¨ªcula parece salir adelante, Bardem se encuentra en Los ?ngeles, y all¨ª tambi¨¦n est¨¢ Gonz¨¢lez rodando X-Men: los or¨ªgenes, en la que interpreta a Tornado. El maestro le pide al pupilo que se quite la camiseta en la calle y le graba con el m¨®vil sombreando, es decir, movi¨¦ndose a solas y lanzando los pu?os al aire, peleando consigo mismo. Se lo env¨ªa a Santiago A. Zannou, con quien ha estado escribiendo el guion. Zannou tambi¨¦n ha tenido que superar ciertos filtros y nota la presi¨®n en el cogote porque se juega mucho. Despu¨¦s de ganar el Goya a la mejor direcci¨®n novel en 2009 por El truco del manco, en aquella gala en la que su padre, de origen benin¨¦s, gritaba el segundo nombre de su hijo, Ahuanojinou o ¡°ni?o de la guerra¡±, con los pu?os en alto desde el palco, Zannou no ha rodado ning¨²n otro largo de ficci¨®n. Dirigi¨® El alma de la roja, un documental sobre la selecci¨®n espa?ola, y luego se dej¨® todos sus ahorros en otro documental, La puerta de no retorno, sobre el regreso de su padre a Ben¨ªn.
¡°La peli no hab¨ªa funcionado muy bien¡±, dice Zannou a la puerta del estudio de fotograf¨ªa. As¨ª que necesitaba como fuera que el alacr¨¢n saliera a flote. En un primer cara a cara con el productor, ?lvaro Longoria, estuvo a punto de echarlo todo a perder. Quedaron a cenar en Barcelona. El director da una calada al pitillo y cuenta la historia, anunciando: ¡°Las noches pueden ser muy largas¡±. Aquella velada transcurri¨® a un nivel de revoluciones ¡°ultraalt¨ªsimo¡±. Zannou se levantaba y gesticulaba en medio de un restaurante elegante, para convencerlo de que era la persona id¨®nea para un largometraje que ¡°ten¨ªa que ser muy visceral¡±. ¡°En esas situaciones solo te tienes a ti, no hay un tr¨¢iler. Tomamos un vino, otro vino¡¡±. Despu¨¦s de cenar, solo encontraron abierto un bar donde serv¨ªan chupitos de absenta. ¡°Ten¨ªa un futbol¨ªn. Y hab¨ªa all¨ª unos chicos chulos y maleducados¡±. Zannou y Longoria pidieron entrar a jugar. ¡°Hicimos equipo desde el primer segundo. Y ganamos. Pero quer¨ªamos seguir hablando sobre el alacr¨¢n¡±. As¨ª que se sentaron. Los derrotados insist¨ªan con una revancha. Se acercaban a su mesa y golpeaban con una moneda sobre la tabla: ¡°Queremos otra, aqu¨ª te pongo el euro¡±. Cuando la insistencia comenzaba a resultar algo violenta, Zannou cogi¨® el euro, se lo meti¨® en la boca y se lo trag¨®. ¡°No hay euro, no hay partida¡±, les dijo. Salieron de la situaci¨®n airosos y entre risas, pero a Longoria le dio por pensar que quiz¨¢ no era la persona para liderar un proyecto de tres millones de euros. ¡°Pero esa mezcla es lo que tiene mi peli¡±, se reafirma Zannou. Lo ficharon. Y el euro se qued¨® al d¨ªa siguiente en Par¨ªs.
?lex Gonz¨¢lez: ¡°Siempre he sentido cierto pudor en llamarme actor a m¨ª mismo¡±
La presi¨®n a la que el director Santiago A. Zannou ha sometido a los int¨¦rpretes ha dado sus frutos. Despu¨¦s de dejarse la piel, ?lex Gonz¨¢lez, el protagonista, dice: ¡°Siempre he sentido cierto pudor en llamarme a m¨ª mismo actor. Iba a rellenar un formulario y si ped¨ªan la profesion, nunca pon¨ªa nada. Con esta peli, m¨¢s all¨¢ del resultado, hay algo que me nombro a m¨ª mismo. Me digo: ¡®S¨ª, soy actor¡±.
En el interior del estudio, mientras el fot¨®grafo Nico dispara con una Hasselblad sobre el rostro primigenio de Hovik Keuch?kerian, un ex campe¨®n espa?ol de los pesos pesados en la vida real que en Alacr¨¢n¡ interpreta al due?o del gimnasio, Bardem, Zannou, Silvestre y Gonz¨¢lez charlan de cine en el camerino. El primero pregunta si han visto una pel¨ªcula b¨¦lica china llamada Ciudad de vida y muerte. ¡°A su lado, el soldado Ryan parece que lo han grabado con un m¨®vil¡±. Bardem, en sus palabras, es ¡°un culo de mal asiento¡±. Estudi¨® Historia e hizo un m¨¢ster en Relaciones Internacionales. Trabaj¨® de azafato en Iberia. Se march¨® a Brasil con un amigo y montaron un bar llamado La Ruina, en una playa de Arma?ao dos B¨²zios, cerca de R¨ªo de Janeiro. El sue?o dur¨® cuatro a?os. Volvi¨® a Espa?a a principios de los noventa. A partir de ah¨ª, se le puede seguir su pista en numerosas pel¨ªculas espa?olas. Hijo de la actriz Pilar Bardem, sobrino del director Juan Antonio Bardem y hermano del oscarizado Javier Bardem, con un papel breve en esta pel¨ªcula, digamos que continu¨® con la tradici¨®n familiar. En esa ¨¦poca tambi¨¦n comenz¨® a escribir (en 1999, su novela Muertes ejemplares recibi¨® una menci¨®n especial del Premio Nadal) y se apunt¨® a un gimnasio. Ah¨ª se enganch¨® al boxeo.
Al cuerpo de Alacr¨¢n enamorado empez¨® a darle forma en 2003. ?poca de inmigraci¨®n en Espa?a. ?poca de brotes racistas. Hoy, la novela resulta tristemente premonitoria de la violencia xen¨®foba de Aurora Dorada en las calles de Grecia. El autor dice que suele escribir desde la may¨¦utica socr¨¢tica, haci¨¦ndose preguntas. ¡°?Por qu¨¦ hay gente que vive para la violencia y por qu¨¦ hay otros que la sufren?¡±, fueron sus primeros pasos. Luego llegaron ¡°unos hologramas muy claros: un skinhead y al lado una inmigrante¡±. El protagonista, Juli¨¢n, es ¡°un recipiente, un personaje que se llena de odio. Y cuando odias, no hay sitio para nada m¨¢s. He conocido a muchos julianes a los que el boxeo les mejora. Les da una disciplina. Porque te exige vaciarte, el odio te vuelve lento¡ Para boxear, igual que para vivir, si est¨¢s lleno de ira, lo m¨¢s probable es que te sienten de culo¡±. En la pel¨ªcula, Carlos Bardem es el entrenador acabado que ve en el pupilo (?lex Gonz¨¢lez) el luchador que ¨¦l pudo llegar a ser. Su hermano Javier Bardem interpreta a un intelectual siniestro que riega con violencia el cerebro diminuto de un grupo de j¨®venes facciosos. Judith Diakhate es la chica ¡°de color¡± de la que se enamora Juli¨¢n Alacr¨¢n L¨®pez. Y Miguel ?ngel Silvestre se convierte en la sombra oscura del protagonista. El neonazi que ve c¨®mo su ¡°hermano¡± abandona la jaur¨ªa y lo deja solo. Ah¨ª s¨ª que hay odio. Silvestre exuda violencia como un pozo de aguas negras. En un momento del metraje, mientras baja unas escaleras en medio de la noche, hablando alem¨¢n con intenciones macabras, El Duque, ese narcotraficante guaperas de la serie Sin tetas no hay para¨ªso con el que el actor logr¨® una fama mete¨®rica, deja de ser El Duque para siempre.
Santiago A. Zannou: ¡°Rodar conmigo es una batalla¡±
Impresiona su vitalidad y su verbo r¨¢pido. En 2009, este hijo de benin¨¦s y aragonesa gan¨® el Goya a la mejor direcci¨®n novel por El truco del manco. Luego rod¨® dos documentales y se gast¨® todos sus ahorros en el camino. As¨ª que en su vuelta a la ficci¨®n someti¨® a los protagonistas a un nivel de exigencia alt¨ªsimo: "Quer¨ªa meterles el veneno del alacr¨¢n en el cuerpo. Lo malo es que despu¨¦s necesitas un ant¨ªdoto. Rodar conmigo es una batalla".
En otro receso de la sesi¨®n fotogr¨¢fica encontramos a Zannou de pie y a Silvestre sentado en una silla. Parece una terapia. El director le habla al actor del Bar?a. Le dice que hay muchos que prefieren que el equipo caiga contra el Milan en la eliminatoria que se disputa al d¨ªa siguiente. En realidad le habla de otra cosa. De un sentimiento muy com¨²n en Espa?a, ese que, en lugar de alegrarse, critica que Javier Bardem participe en una pel¨ªcula espa?ola ocho a?os despu¨¦s (Mar adentro fue la ¨²ltima), o censura el hecho de que Silvestre se arriesgue con un papel ¡°de aut¨¦ntico cabronazo en el que no besa a ninguna chica¡±. Pero zanja: ¡°Es el personaje del que m¨¢s orgulloso estoy¡±.
La preparaci¨®n fue dura. Tiempo antes de empezar a filmar, el director invit¨® a ?lex, Miguel ?ngel y a Elio Toffana, los tres j¨®venes salvajes de la cinta, a pasar cuatro d¨ªas en su casa de 30 metros cuadrados. ¡°As¨ª est¨¢is conmigo y me veis¡±, les dijo. Puso unos colchones en el suelo y les dio unas mantas, ¡°como a los boy scouts¡±. Los despertaba con la canci¨®n Maradona, de Rodrigo, o con Invincible, de Muse. Desayunaban juntos, entrenaban juntos, les pon¨ªa v¨ªdeos. ¡°Guardiolita me llamaban. Ten¨ªamos que generar confianza, porque despu¨¦s, en la pel¨ªcula, creas algo muy potente y visceral. Les dec¨ªa: ¡®Va a ser un viaje emocional que lo vais a flipar¡¯. Quer¨ªa meterles el veneno del alacr¨¢n en el cuerpo¡±.
?lex Gonz¨¢lez recuerda aquellas jornadas: ¡°Est¨¢bamos extenuados, con un nivel de violencia en el cuerpo¡ Nos pasaba un poco como al personaje de Malcolm McDowell en La naranja mec¨¢nica. No pod¨ªamos con m¨¢s¡±. Zannou cuenta que antes de empezar ¡°el proceso¡±, decidi¨® ba?arse en su propia sangre, un ritual que suelen hacer algunas tribus en Ben¨ªn antes de la batalla. Era su primera pel¨ªcula con actores ¡°de tant¨ªsimo nombre¡±. Y le llamaban del banco preguntando por las deudas que le hab¨ªa dejado el documental sobre su padre. ¡°Necesitaba sentirme como un guerrero¡±, dice. En su casa, frente al espejo, se peg¨® un tajo en cada brazo y otro en el pecho. ¡°Cada director tiene sus viajes, y Santiago Zannou, que es visceral, tiene algunos bastante fuertes¡±, dice de s¨ª mismo. ¡°Rodar conmigo es una batalla¡±. El director logr¨® tumbar a los dos gigantes. Silvestre se desmay¨® de dolor por un desgarro en una pierna despu¨¦s de una carrera para dar una paliza a un inmigrante; dice que acab¨® somatizando tanta violencia contenida y que eso le hizo ¡°perder el control¡±. A Gonz¨¢lez le dieron dos lipotimias y le apareci¨® una erupci¨®n en la cara. Ambos guardan cicatrices en los nudillos. ¡°La visceralidad est¨¢ muy bien como resultado, pero el proceso tiene un problema: las hostias eran reales¡±, dice Gonz¨¢lez.
Hovik Keuchkerian: ¡°Soy el ¨²nico personaje con luz y en paz consigo mismo¡±
Este tipo de f¨ªsico contundente es el ¨²nico boxeador real de Alacr¨¢n¡ Campe¨®n de Espa?a de pesos pesados en 2004, entr¨® en una espiral de autodestrucci¨®n al colgar los guantes, hasta que se recicl¨® como monologuista en Paramount Comedy. Empez¨® de actor en la serie Hispania. Se define como "el ¨²nico personaje que tiene paz, que tiene luz. La peli me ha devuelto la pasi¨®n por entrenar".
Zannou se pas¨® las siete semanas de rodaje con niveles de tensi¨®n de 17-11. Lo cuenta como una locomotora: ¡°Les ped¨ªa que en la mirada estuviese la furia y la rabia. A veces me acercaba a hablar con ellos y eran los personajes. Eso te asusta. Estaban muy lejos de ellos como personas. El sistema era generar tensi¨®n todo el rato. Hubo much¨ªsimas explosiones. Lo bonito es que ocurrieron delante de la c¨¢mara. Sufr¨ªamos bajas de vez en cuando. Pero hac¨ªamos como los soldados: lo levant¨¢bamos entre todos. Parec¨ªamos Tom Berenger en la pel¨ªcula Platoon. Con 19 tiros en el cuerpo y segu¨ªan avanzando. Porque se puede seguir¡±. Y de eso al final va la pel¨ªcula. ¡°Por m¨¢s veces que te tiren, hay una fuerza que te hace levantarte¡±.
Una historia violenta para denunciar la violencia; los ¡°fascismos cotidianos¡±, en palabras de Bardem, tan f¨¢ciles de inocular en tiempos de crisis. ¡°Una f¨¢bula¡±, prefiere el director, sobre la superaci¨®n. Lo dice un tipo que ha sufrido en sus carnes esa mirada xen¨®foba. Y que sali¨® del barrio de Carabanchel, abandonando la burbuja del grupo, para jug¨¢rselo todo al cine.
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