Imprudente Feij¨®o

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, reconoci¨® ayer haber errado al entablar una relaci¨®n con el narco Marcial Dorado, cuando este era uno de los jefes del contrabando en Galicia y Feij¨®o ten¨ªa un alto cargo en la Xunta. ¡°Me equivoqu¨¦. No fui prudente¡±, dijo en el Parlamento, adem¨¢s de admitir que la Xunta ha mantenido contratos con las empresas de Marcial Dorado. Asegura que ¨¦l no adjudic¨® contratos, pero las empresas del contrabandista s¨ª recibieron ¡°ayudas y subvenciones¡± p¨²blicas, sobre todo durante el Gobierno bipartito de socialistas y nacionalistas (2005-2009), afirmaciones para lo que no aport¨® m¨¢s datos y que urge clarificar.

La falta de prudencia es una cualidad poco recomendable en las personas, menos a¨²n en un pol¨ªtico que se mostr¨® muy exigente con los signos externos de la honorabilidad, a prop¨®sito de las fotos de un adversario, Anxo Quintana, del BNG, con un empresario que luego recibi¨® parte de un concurso de energ¨ªa e¨®lica de la Conseller¨ªa de Industria. Quien se escandaliz¨® con esas fotos debe estar en condiciones de demostrar la pr¨¢ctica de una moral pol¨ªtica intachable. Las fotos de Feij¨®o con Dorado lo desmienten. Asegura el presidente de la Xunta que no sab¨ªa qui¨¦n era cuando entabl¨® relaci¨®n con ¨¦l, pero solo en este peri¨®dico se publicaron decenas de informaciones y reportajes sobre Dorado hasta mediados de los noventa, la ¨¦poca en que dice haber iniciado la relaci¨®n con ¨¦l. Es posible que Feij¨®o no leyera este peri¨®dico, pero resulta inveros¨ªmil que no prestara atenci¨®n a otros medios y se declare un completo ignorante al respecto. El tacto de codos entre autoridades locales del PP y los contrabandistas gallegos de los a?os ochenta y noventa no era ning¨²n secreto, aunque entonces se desconoc¨ªan los viajes de Dorado con Feij¨®o (Portugal, Tenerife, Baleares, Picos de Europa) y la amistad mantenida hasta fecha indeterminada. Feij¨®o se remite a un fallecido (Manuel Fraga) como fuente de autoridad de que la c¨²pula de su partido estaba al corriente.

Al presidente gallego le honra haber dado la cara en el Parlamento de su comunidad, en vez de esconderse o aplazar sine die las explicaciones por conductas sospechosas, como hacen otros dirigentes del PP. Pero su futuro pol¨ªtico contin¨²a en entredicho, porque la sociedad, ya escaldada por malos ejemplos dados desde la clase pol¨ªtica, no necesita confiarse a quien demuestra poca prudencia.