El can¨®dromo
Mientras el FMI habla de la ¡°fatiga¡± ciudadana ante los recortes, Bruselas exige otra vuelta de tuerca
La imagen corresponde a alguien tan poco sospechoso de antieurope¨ªsmo como Felipe Gonz¨¢lez: el escenario europeo se parece cada vez m¨¢s a un can¨®dromo, el lugar donde se celebran las carreras de galgos. El galgo que corre (los Estados nacionales, en este caso Espa?a) trata de alcanzar a una liebre mec¨¢nica (la Uni¨®n Europea), que le lleva con la lengua fuera. Cuando el galgo est¨¢ a punto de coger a la liebre mec¨¢nica, quien conduce a esta (Berl¨ªn) pega otro tir¨®n y la liebre se aleja de nuevo obligando al galgo a un nuevo esfuerzo.
La met¨¢fora recuerda lo sucedido la pasada semana, cuando la Comisi¨®n Europea se reuni¨® para abordar la supervisi¨®n y correcci¨®n de los desequilibrios macroecon¨®micos de los pa¨ªses, y suspendi¨® a Espa?a en 6 de los 10 indicadores abordados. Tras asegurar algo tan ret¨®rico como que Espa?a va en el buen camino, conmin¨® al Gobierno a presentar un plan integral de reformas (l¨¦ase ¡°recortes¡± en la mayor parte de los casos), entre las que figuran una reforma laboral a¨²n m¨¢s agresiva (reducci¨®n de la indemnizaci¨®n por despido improcedente), pensiones, subida de impuestos, etc¨¦tera, a cambio de flexibilizar una senda de reducci¨®n del d¨¦ficit que todo el mundo, absolutamente todo el mundo, sabe que es imposible de cumplir, so pena de introducir a Espa?a en una depresi¨®n todav¨ªa m¨¢s profunda.
El Gobierno sostiene que el an¨¢lisis hecho por Bruselas acaba en 2011 (Zapatero), y no refleja la correcci¨®n que se ha producido el a?o pasado y que da como resultado la mejora en ocho indicadores. El problema es que los dos que empeoran son el paro (que superar¨¢ el 27% de la poblaci¨®n activa) y la deuda p¨²blica, que en un solo ejercicio ha crecido 15 puntos y que en 2015 llegar¨¢ a un 100% del PIB (otros 16 puntos m¨¢s).
Hay un cierto cambio en el punto de vista del Gobierno sobre nuestro papel en el can¨®dromo. El hartazgo se manifest¨® en el Congreso el pasado mi¨¦rcoles, donde pareci¨® estarse estableciendo un nuevo consenso entre las fuerzas pol¨ªticas. Esta vez sobre ¡°la limitaci¨®n europea¡± m¨¢s que sobre ¡°la soluci¨®n europea¡±. Hasta ahora, el pensamiento dominante indicaba que estar en Europa, pertenecer a Europa hac¨ªa a nuestro pa¨ªs m¨¢s democr¨¢tico y m¨¢s justo. En los ¨²ltimos sondeos se manifiesta que por primera vez desde que Espa?a ingres¨® en el club a mitad de la d¨¦cada de los ochenta, este no es observado por los ciudadanos como la soluci¨®n a sus dificultades, sino como un problema en s¨ª mismo. Desde que comenz¨® la crisis econ¨®mica, Espa?a es el pa¨ªs en el que m¨¢s se ha deteriorado la imagen de la UE, un malestar desconocido por su intensidad.
El FMI, uno de los tres miembros de la troika que vigila a los pa¨ªses europeos intervenidos, y que da una de cal y otra de arena en sus mensajes, mencionaba hace unos d¨ªas el peligro de ¡°fatiga¡± de los ciudadanos ante una austeridad tan larga, tan autoritaria y tan ¨²nica.
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