Pol¨ªticos escondidos
Varias cartas plantean que los periodistas no acudan a los actos pol¨ªticos cuando los l¨ªderes del partido convocante no permiten las preguntas de la prensa
Las maniobras por parte de pol¨ªticos para evitar las preguntas de los periodistas es un lamentable h¨¢bito instalado con una frecuencia preocupante en Espa?a. No se trata de un argucia in¨¦dita. Dos antecesoras m¨ªas lo denunciaron en 2004 y 2009. Pero el problema persiste y se agudiza con nuevas estratagemas. Ante las quejas de los periodistas, que reivindican el derecho a preguntar en las ruedas de prensa -y no lo hacen por ¨¢nimo gremial sino porque el derecho a la informaci¨®n es de los lectores-, algunos pol¨ªticos han buscado f¨®rmulas para seguir escondidos. En lugar de convocar una rueda de prensa y negarse a responder preguntas, convocan, por ejemplo, "declaraciones institucionales", lo que les permite ahorrarse el escrutinio inc¨®modo para aclarar lo que han dicho o tener que hablar de cuestiones que prefieren ignorar. Otra pr¨¢ctica es dejar sin respuesta aquellas preguntas que incomodan o dar la palabra con una intencionada selecci¨®n. Estos pol¨ªticos pretenden que los periodistas sean voceros c¨®modos de su mensaje y no admiten que cuestionen su relato.
Ha habido casos este a?o como el del secretario general del PSOE, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, en su comparecencia "institucional" sobre la cuentas del PP en enero o la rueda de prensa que la ministra de Sanidad, Ana Mato, convoc¨® sin preguntas con motivo de su visita en marzo a la sede de la ONU. La Embajada de Espa?a ante la ONU comunic¨® que la ministra "ten¨ªa prisa por tener que coger un avi¨®n de regreso a Espa?a y solo podr¨ªa hacer una breve declaraci¨®n". Los corresponsales de los medios espa?oles convocaron un plant¨®n desde las redes sociales, "sin preguntas no hay periodistas", que hizo recapacitar al ministerio.
Pero el caso que ha suscitado varios correos de lectores ha sido la ¨²ltima intervenci¨®n del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la Junta Nacional de su partido, un discurso que los periodistas tuvieron que seguir en una sala distinta a trav¨¦s de una pantalla de plasma, artefacto preferido por el presidente del Gobierno para mantener alejados y silentes a los periodistas. No hubo rueda de prensa. La cr¨®nica de este diario del 4 de abril subrayaba que compareci¨® de nuevo sin preguntas. La cr¨®nica, donde se enumeraban varios silencios del presidente, recordaba que "Rajoy no dijo una palabra sobre el otro gran asunto que inquieta al PP: el caso B¨¢rcenas. Pese a las crecientes cr¨ªticas por no aceptar preguntas de la prensa -lleva m¨¢s de tres meses sin hacerlo en Espa?a, hoy lo har¨¢ obligado por la visita de Ban Ki Moon, secretario general de Naciones Unidas- el presidente insisti¨® en una comparecencia sin preguntas transmitida a trav¨¦s de una pantalla. El partido pr¨¢cticamente no se re¨²ne y lleva cinco semanas sin dar ruedas de prensa". El d¨ªa anterior, en Par¨ªs, el presidente Hollande hab¨ªa hecho otro tanto, una comparecencia televisiva sin periodistas, para tratar el enojoso tema de las cuentas suizas de su exministro de Hacienda. Triste coincidencia que demuestra la intenci¨®n de situar a la prensa en una posici¨®n residual, invitada como m¨¢ximo a ser ornamento de sus ceremonias. Esta pr¨¢ctica hace que las ruedas de prensa con motivo de entrevistas con mandatarios extranjeros o reuniones europeas se conviertan en el apurado resquicio para interrogar al presidente espa?ol sobre los problemas dom¨¦sticos.
En marzo de este a?o, una cr¨®nica del diario recordaba las pr¨¢cticas de ocultaci¨®n de dirigentes del PP desde el caso B¨¢rcenas. "El presidente del Gobierno lleva casi dos meses sin convocar al comit¨¦ ejecutivo nacional -a pesar de que, seg¨²n los estatutos del partido, ese ¨®rgano deber¨ªa reunirse "ordinariamente" al menos una vez al mes- y los miembros de la c¨²pula evitan las comparecencias p¨²blicas en la sede nacional desde el pasado 25 de febrero. (¡) La c¨²pula del PP no celebra la habitual reuni¨®n de estrategia semanal del comit¨¦ de direcci¨®n (¡) desde hace tres semanas. Entonces, el 4 de marzo, todos se negaron a comparecer ante los periodistas. Ning¨²n dirigente se siente c¨®modo en el papel de portavoz del esc¨¢ndalo (¡) Por eso la direcci¨®n ha optado por no exponerse p¨²blicamente¡±.
Los partidos buscan atajos para no dar explicaciones p¨²blicas
A prop¨®sito de este ¨²ltimo episodio protagonizado por Rajoy, Javier Madinabeitia escribi¨®: "Se trata de algo muy alejado a lo que debe ser una rueda de prensa en un pa¨ªs democr¨¢tico. El presidente del Gobierno Mariano Rajoy ha vuelto a hacerlo para verg¨¹enza nuestra, ha emitido a trav¨¦s de un monitor de televisi¨®n un ?comunicado, propaganda, dogma de fe...? Cualquier cosa menos informaci¨®n. Los "periodistas" ?? de los medios de comunicaci¨®n m¨¢s importantes de Espa?a, entre ellos los de EL PA?S, asistieron y, con su presencia, avalaron un comportamiento que en cualquier otro pa¨ªs hubiera sido claramente reprobado". Tanto este lector, como Elena Masana ("Pienso que los periodistas, y especialmente los de EL PA?S, no deber¨ªan asistir a las falsas comparecencias de Rajoy. Son una estafa m¨¢s del Gobierno") y otros consideran que los periodistas no deber¨ªan acudir a estas convocatorias.
El 3 de abril, la Federaci¨®n de Asociaciones de Periodistas de Espa?a (FAPE) public¨® una nota de protesta en la que rechazaba una vez m¨¢s "la estrategia de algunos partidos de utilizar a los periodistas como comparsas al convocarlos para escuchar las intervenciones de sus l¨ªderes sin que tengan posibilidad alguna de hacer preguntas (¡) Los confinamientos de los periodistas suponen en realidad un confinamiento de la libertad de expresi¨®n y del derecho de informaci¨®n". La nota admit¨ªa que casi ha desaparecido el formato de ruedas de prensa sin preguntas, "pero los partidos han buscado otros atajos para hurtar su obligaci¨®n de dar explicaciones¡±. He consultado el caso con varios periodistas de este diario. De entrada, mayoritariamente, distinguen lo que ser¨ªa una rueda de prensa sin preguntas y la celebraci¨®n de reuniones de partido sin permitir la intervenci¨®n de los periodistas en ellas, facilitando su seguimiento remoto y parcial. El problema no es el formato de estas reuniones. El problema es que, posteriormente, no se convoque a la prensa para que ¨¦sta pueda preguntar. Con todo, consideran inevitable acudir, aunque no haya rueda de prensa, cuando se trata de citas significativas, no para contribuir a la escenograf¨ªa montada sino porque permite el contacto privado con fuentes de dif¨ªcil acceso en otras circunstancias, la elaboraci¨®n propia y dar un contenido alternativo a la simple repetici¨®n del mensaje emitido. El Libro de Estilo establece que los redactores "no deben hacer el vac¨ªo a un personaje o a una instituci¨®n s¨®lo porque hayan tenido problemas para informar acerca de determinada noticia. El derecho a la informaci¨®n es sobre todo del lector, no del periodista. Si se encuentran trabas, se superan; si ¨¦stas a?aden informaci¨®n, se cuentan". Pues debe contarse, denunciando claramente estas trabas cada vez que se produzcan, de forma n¨ªtida, bien visible, y destacando que no son un episodio aislado. Se trata de defender el acceso democr¨¢tico a la informaci¨®n en beneficio de todos.
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