Papariano
Era l¨®gico que abrazara a uno de los gobernantes que m¨¢s han hecho por empobrecer a un pa¨ªs entero
El papa Francisco hizo muy santamente al recibir tan pronto a Mariano Rajoy el Protoplasma. Como abanderado de los pobres e interesados en convertir a la Iglesia en su defensora, era l¨®gico que abrazara, presuroso, a uno de los gobernantes que m¨¢s han hecho por empobrecer a un pa¨ªs entero con ¨¦xito absoluto, poniendo a disposici¨®n vaticana una amplia gama de indigentes.
Dir¨¢n ustedes que, puesto a premiar con audiencias a los principales empobrecedores de Espa?a, el Vaticano habr¨ªa tenido que abrirse antes a los banqueros, a los vendedores de preferentes e incluso, si se me apura, a la Merkel y a los de la Comisi¨®n Europea, sin olvidar al gran divo Mario del Draghi ni a la pija picuda madame Lagarde. Compr¨¦ndanlo, ninguno de ellos reun¨ªa uno de los requisitos m¨¢s apreciados, ninguno de ellos va a cambiar la legislaci¨®n sobre la interrupci¨®n del embarazo, para que sus compatriotas retrocedan unos tres decenios. Y esas cosas son de agradecer, sobre todo por un Francisco que acaba de ratificar la condena de ex B-16 contra las monjas progresistas estadounidenses, a las que descalifican por feministas.
Quiz¨¢ don Mariano le susurr¨® al o¨ªdo que sus fuerzas de choque parlamentarias se dispon¨ªan tambi¨¦n a sancionar una ley de desahucio especial para que nada cambie y todo siga igual, es decir, para que aumenten los pobres sin techo, y el Papa pueda as¨ª extender a ellos su fraternal compasi¨®n. Eso explicar¨ªa que Francisco (no puedo evitarlo, cada vez que escribo su nombre se me aparece su tocayo, el cantante, atacando el himno de Valencia) aceptara con su bella sonrisa campechana la camiseta de La Roja, que digo yo que podr¨ªan haberla rebautizado La Encarnada, para no ofender a su santidad.
Solo nos falta que el Pont¨ªfice reciba al due?o de Pescanova. Y a la Pantoja.
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