Una tonadillera de desmayo
Hay quien se empe?a en agravar el calvario de Isabel Pantoja ante la inoperancia policial en su camino a los juzgados
Isabel Pantoja siempre ha dado de qu¨¦ hablar. Fiel a la leyenda que adorna a toda tonadillera que se precie, ha conocido la desdicha, la maternidad, el amor, el esc¨¢ndalo y, por supuesto, el desamor. Como en El show de Truman, su vida ha sido puntualmente retransmitida por los medios... Hasta que lleg¨® Juli¨¢n Mu?oz (y su dinero). Ah¨ª, m¨¢s all¨¢ de las fotos de la pareja en el Roc¨ªo, la opacidad se instal¨® en su existencia; especialmente cuando la justicia empez¨® a husmear en sus cuentas corrientes, en sus compras; ahora un apartamento en Marbella, ahora un chal¨¦.
El largo proceso judicial que ha tenido que afrontar la tonadillera junto a su expareja y exalcalde convicto de Marbella, Juli¨¢n Mu?oz, y contra su primera mujer, Maite Zald¨ªvar, y el hermano de esta, Jes¨²s, ha puesto al descubierto pendencias familiares que han hecho las delicias de la prensa rosa, pero tambi¨¦n ha evidenciado la capacidad adquisitiva de una cantante que no pareci¨® conformarse con los altos ingresos que le reportaba su arte.
Muy a su pesar, Isabel Pantoja se ha visto obligada a hacer pase¨ªllos a las puertas de los juzgados que, salvo sonadas excepciones, ella ha sido capaz de convertir en un escenario improvisado donde recibir los emocionados piropos de su p¨²blico, dispuesto a ensalzar la guapura de su idolatrada artista con el mismo entusiasmo que se suele dedicar a la Macarena cuando recorre las calles de Sevilla. Pero algo ha cambiado desde que la cantante empez¨® a tener problemas con la justicia y m¨¢s ahora, cuando el martes un tribunal la consider¨® culpable y la conden¨® a 24 meses de c¨¢rcel y una multa de 1,14 millones de euros.
De nada vale que los juristas aseguren que la sentencia no es firme y que a¨²n puede ser declarada inocente por el Supremo. Algunos ya la han sentenciado y se empe?an en agravar su calvario en esos pase¨ªllos. Puede que el desmayo del martes fuera una indisposici¨®n exagerada por la cantante, pero dados los antecedentes no se comprende que la polic¨ªa no tomara m¨¢s medidas ¡ªen este y en otros casos¡ª para evitar la humillaci¨®n y un altercado que podr¨ªa haber sido mucho m¨¢s grave.
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