El nuevo rey de la alta costura en Par¨ªs
Riccardo Tisci ha revolucionado la moda con su er¨®tico trabajo en Givenchy No es de extra?ar que Anna Wintour haya contado con ¨¦l para la exposici¨®n sobre costura y punk del Museo Metropolitano de Nueva York El hombre del momento, que acaba de crear su primer perfume, Dahlia Noir, se descubre en una reveladora conversaci¨®n con la conservadora jefe de Les Arts D¨¦coratifs en Par¨ªs
"Preciosa¡±, ¡°Extraordinaria¡±, titulan los medios especializados en moda sus cr¨®nicas de la ¨²ltima colecci¨®n creada por Riccardo Tisci para la firma Givenchy. El domingo 3 de marzo de 2013, Tisci presenta en Par¨ªs el que ser¨¢ celebrado como uno de los mejores desfiles de la temporada, dentro de la cita ineludible de la Semana de la Moda.
Como fondo, el cantante brit¨¢nico Antony Hegarty derrama sus melod¨ªas, que por s¨ª solas imponen un tono hipnotizador a esta bella colecci¨®n de extra?as resonancias visuales. ¡°La fuerza de los gitanos se a¨²na con el romanticismo victoriano¡±, dice el programa del desfile. Una colecci¨®n muy personal, concebida en forma de autohomenaje, como una peque?a retrospectiva del tiempo que Tisci lleva en Givenchy. En un escenario desnudo, las modelos se pasean a ras de suelo, casi con lentitud, trazando un inmenso dibujo, invisible pero perfectamente circular. Cinturas ce?idas para una silueta ultrafemenina o cazadoras Perfecto de cuero negro combinadas con largas faldas transparentes, bordadas, que caen sobre unos botines blandos que parecen amoldarse a los tobillos. Motivos floridos o de cuadros, declinados en encajes y cueros que aportan toques acidulados al negro predominante. La sudadera, prenda fetiche de Tisci, ya no muestra la imagen de un rottweiler enloquecido, sino una versi¨®n remasterizada, entre Bambi y Barbie, de la que se desprende una especie de hechizo bohemio h¨¢bilmente sometido a tensi¨®n para ofrecernos adem¨¢s un espect¨¢culo sin igual.
El traspaso de poder ha funcionado. Riccardo Tisci ha sabido imponer su legitimidad con disciplina, perseverancia y trabajo. Hace ya ocho a?os que fue nombrado director art¨ªstico de la casa, en el puesto que hab¨ªan ocupado antes John Galliano, Alexander McQueen y Julien Macdonald. Con solo 30 a?os, este italiano nacido en Puglia, en el seno de una familia muy modesta, entr¨® de pronto en el c¨ªrculo de los grandes.
Tras obtener su diploma de dise?o en la famosa Central Saint Martins School de Londres, volvi¨® a Italia y trabaj¨® para Puma, luego para Antonio Berardi y despu¨¦s para Ruffo Research, antes de lanzar su propia marca; esta tuvo una vida breve, pero atrajo la atenci¨®n del m¨¢s importante grupo de marcas de lujo, Louis Vuitton-Mo?t Hennessy (LVMH), que le ofreci¨® las llaves de la casa fundada en 1952 por el muy franc¨¦s Hubert de Givenchy. Para satisfacer los deseos de su prestigiosa clientela, en la m¨¢s pura tradici¨®n de la alta costura parisiense, Givenchy siempre ha aplicado las normas del corte de manera formal, sin ostentaci¨®n, pero con gran delicadeza a la hora de escoger tejidos y colores. Hijo espiritual del maestro Crist¨®bal Balenciaga, Givenchy se retir¨® en 1995 y dej¨® atr¨¢s un legado intemporal, la imagen misma de un lujo elegante.
Tisci se remite a ese legado y se inspira abiertamente en ¨¦l, con respeto, pero a?adiendo su impronta, m¨¢s original y contempor¨¢nea. Responsable hoy de las dos colecciones anuales de alta costura, as¨ª como de las cuatro colecciones para hombre y mujer, Riccardo Tisci ha introducido en la casa un romanticismo sensual al tiempo que trabaja siluetas estructuradas en las que el grafismo y la pureza de los cortes se conjugan de manera maravillosa.
El mundo de la moda es peligroso. Hay gente inmensamente rica, pero que est¨¢ muy sola y vac¨ªa"
Distendido, en plena forma, nos recibe en el n¨²mero 5 de la avenida de George V, a dos pasos de la plaza del Alma, en el chal¨¦ en el que Hubert de Givenchy fund¨® su firma. C¨¢lido y sonriente, nos da la bienvenida en la primera planta, la planta noble, en un gran sal¨®n que contiene tres sof¨¢s de cuero negro y tubos met¨¢licos de Le Corbusier: un marco hecho de contrastes que subraya el car¨¢cter dual de su trabajo, entre tradici¨®n y modernidad.
Vestido con vaquero oscuro y camisa de cuadros grandes, el rostro realzado por una barba incipiente, conversa con nosotros lleno de sencillez y buen humor, y habla sobre los obst¨¢culos y los mejores momentos de su trayectoria, la importancia de sus or¨ªgenes, sus sorprendentes man¨ªas y, c¨®mo no, de moda.
PREGUNTA: Tengo entendido que usted no duerme mucho.
RESPUESTA: Mi madre siempre dice que desde que nac¨ª apenas he dormido. Con cinco horas me basta. Eso s¨ª, es un sue?o muy profundo. Luego hago muchas cosas. Siempre he pensado que si duermes, est¨¢s perdiendo el tiempo.
P: ?Se considera obsesivo?
R: No, pero soy como un animal: necesito definir mi territorio. Soy muy ordenado, porque el orden me permite ver lo que hay dentro del desorden.
P: ?Se trata de marcar su territorio?
R: Puede ser. Y soy una persona muy limpia. Me encanta la limpieza. He recibido una educaci¨®n cat¨®lica, y siempre me dec¨ªan que hab¨ªa que lavarse las manos antes de comer. El desorden no me molesta, pero la suciedad s¨ª. En Francia es un problema. ?Puedo decirlo? Soy de Italia, que es un pa¨ªs de mani¨¢ticos de la limpieza. Mi madre y mis hermanas friegan el suelo dos veces al d¨ªa. Cuando era peque?o y ven¨ªa enfadado del colegio, mi madre sol¨ªa decirme: ¡°No te preocupes, ponte a limpiar¡±. Y me iba a ordenar mi cuarto, y es verdad que te relaja. Incluso ahora, cuando me enfado por algo, a pesar de tener personas que se encargan de la limpieza, tengo que irme a casa a poner orden. Hasta lo que dise?o est¨¢ organizado. Soy como un marine. Mi entrenador personal me dice que no deber¨ªa ser dise?ador, sino deportista. Tratar de superar mis propios l¨ªmites me relaja, incluso con mi cuerpo. Si s¨¦ que el 20 es el m¨¢ximo, necesito llegar al 21. Es una caracter¨ªstica de los leo.
P: ?Es usted competitivo?
R: S¨ª, pero conmigo mismo, no con otras personas. Nunca he sido envidioso. Estoy muy contento conmigo mismo. Cuando era m¨¢s joven lo pasaba mal, porque yo provengo de una familia pobre, pero no ten¨ªa envidia a los dem¨¢s, sino que pensaba: ¡°Ojal¨¢ tuviera dinero para hacer eso¡±.
P: Y ahora que tiene dinero para hacer cosas, ?eso ha cambiado?
R: Mi vida ha cambiado mucho, pero yo no. La felicidad est¨¢ dentro de uno mismo. No es el dinero, ni la fama, ni el ¨¦xito, ni la riqueza. Es la salud y el hecho de estar con los pies en la tierra: eso es lo que hace que la gente sea feliz. Y, gracias a Dios, soy muy afortunado en ese sentido.
P: ?Es algo que le han transmitido?
R: S¨ª, mi madre. El hecho de que me criara en el seno de una familia pobre y acabara teniendo ¨¦xito se debe a que el objetivo que me marqu¨¦ en la vida ¨Ccomo era el ¨²nico hombre de la familia¨C era ayudar a mis hermanas y a mi madre. Y lo maravilloso es que ni ellas ni yo hemos cambiado. Siempre hablamos de las mismas cosas, y no importa que aqu¨ª tenga dos ayudantes personales: cuando vuelvo a Italia y terminamos de comer, yo soy el que friega los platos, y el que va a comprar el pan al pueblo. Soy afortunado porque puedo elegir lo que quiero ser, y este mundo puede ser muy peligroso. Todo esto es muy bonito, y me pagan muy bien por expresarme, pero podr¨ªa desaparecer un d¨ªa. Y al final con lo que te tienes que quedar es el amor. Soy muy afortunado por todas las personas interesantes e inmensamente ricas a las que he conocido, pero algunas de ellas est¨¢n muy tristes, muy solas y muy vac¨ªas. Llevan una vida fant¨¢stica, pero est¨¢n en una jaula de cristal y de oro. Yo siempre he dicho que puedo perderlo todo menos el amor y a mi familia. Son las ¨²nicas dos cosas que no tienen precio.
P: ?Siente que Givenchy es su hogar? ?C¨®mo lleg¨® a ¨¦l?
R: S¨ª, siento que esta es mi casa. Dej¨¦ Londres despu¨¦s de terminar mis estudios en la Central Saint Martins, y me fui a Italia porque quer¨ªa quedarme con mi madre. Empec¨¦ a hacer ropa los fines de semana. Por el d¨ªa trabajaba y por la noche dise?aba. Y comenc¨¦ a vender esas prendas en tiendas en Londres y Tokio. La gente empez¨® a prestarme atenci¨®n y me llamaron de Puma y de Ruffo. Pero Ruffo entr¨® en quiebra antes del desfile. Despu¨¦s de tantos sacrificios, me encontr¨¦ ante dos puertas: una significaba tirar la toalla, y la otra, hacer lo que ten¨ªa que hacer. La gente que me quiere me anim¨®. As¨ª que me fui a India, y en dos meses hab¨ªa preparado una colecci¨®n. Volv¨ª a Italia y organic¨¦ un desfile alternativo porque no ten¨ªa un duro. Muchos me apoyaron sin cobrar nada. Y luego nada sali¨® como estaba previsto. De hecho, la polic¨ªa par¨® el desfile porque era ilegal.
P: Eso me gusta.
R: A m¨ª me encanta. Es muy ¡°yo¡±. Cuando pas¨®, tuve mucha publicidad porque Mil¨¢n es Mil¨¢n, y lo que estaba haciendo era una locura. El d¨ªa despu¨¦s de mi segundo desfile me llam¨® Marco Gobbetti, presidente de Givenchy, y me dijo que quer¨ªa que fuera a Par¨ªs.
P: ?Ayud¨® que ¨¦l fuera italiano?
R: S¨ª, pero al principio no me fiaba de ¨¦l. No me f¨ªo de los hombres con traje y corbata. Meses despu¨¦s me di cuenta de que era mi ¨¢ngel de la guarda, y sigo teniendo muy buena relaci¨®n con ¨¦l. Es como mi padre. Todo pas¨® muy r¨¢pido y no entend¨ªa por qu¨¦ me hab¨ªan elegido. Me dieron coche privado, un taller¡ todo. Me trataron como no me hab¨ªan tratado nunca. Al principio no sab¨ªa si me encantaba o si lo odiaba. Eso s¨ª, Givenchy estaba destruido cuando yo llegu¨¦. No hab¨ªa ni fotocopiadora.
P: ?No estaba nervioso?
R: Hab¨ªan tenido muchos dise?adores antes¡ S¨ª, estaba muy nervioso. Con mis primeras colecciones en Givenchy me despellejaron. La gente estaba aterrada y dijo que era demasiado vanguardista. Dos a?os despu¨¦s, esa misma gente me adoraba. Fue una locura, pero Gobbetti me protegi¨® y me dijo: ¡°?Sabes qu¨¦? Vamos a cerrar las puertas y t¨² sigue trabajando, que alg¨²n d¨ªa te entender¨¢n¡±. Eso me dio seguridad, y mi primer gran ¨¦xito ¨Cpor extra?o que pueda parecer¨C fue financiero. En la segunda temporada est¨¢bamos en 120 tiendas y algunas de las mejores del mundo. A los tres a?os de mi llegada, Givenchy tuvo por primera vez saldo positivo despu¨¦s de 25 con p¨¦rdidas.
Empec¨¦ a trabajar a los nueve a?os. Jam¨¢s imagin¨¦ que llegar¨ªa a donde estoy ahora"
P: ?Por qu¨¦ apost¨® por usted Givenchy?
R: Al principio me frustr¨¦ bastante porque no entend¨ªa por qu¨¦ me quer¨ªan. Hice una colecci¨®n de funeral con cruces enormes. La oscuridad no es algo que me asuste. Me encanta la vida y, como latino, me encanta bailar, la m¨²sica, el sexo y disfrutar. Mi colecci¨®n proven¨ªa de una oscuridad preciosa, no melanc¨®lica. No pod¨ªa entender por qu¨¦ ten¨ªa tantas deudas esa casa, porque para m¨ª era Audrey Hepburn. As¨ª que fui al taller y comprob¨¦ que ten¨ªan muchas cosas m¨¢s que ense?ar. No quer¨ªa estar por encima de Givenchy, porque ¨¦l es un maestro, pero la moda en 50 a?os cambia mucho. Al mismo tiempo, no quer¨ªa luchar contra el legado, porque me sent¨ªa agradecido por la oportunidad que me hab¨ªan dado. As¨ª que intent¨¦ encontrar algo que uniera mi estilo y el suyo. Me di cuenta de que eso era mi oscuridad. El color del vestido de noche de Audrey Hepburn era mi color. El toque ir¨®nico que ten¨ªa era el m¨ªo. Y aport¨¦ la sensualidad y el romanticismo.
P :?Ha conocido a Hubert de Givenchy?
R: S¨ª, soy afortunado. Cuando llegu¨¦, con zapatillas, vaqueros y camiseta, todo el mundo me miraba diciendo: ¡°Pero ?qu¨¦ hace? Si es un dise?ador de alta costura¡±. Yo trataba de no llamar la atenci¨®n. Entend¨ªa que la gente se estaba haciendo muchas preguntas porque antes de m¨ª hab¨ªa habido mucha violencia, con John Galliano, Alexander McQueen¡ Hab¨ªa muchos traumas. Las mujeres en el taller se parec¨ªan a mi madre, as¨ª que me mostr¨¦ muy respetuoso y me puse a trabajar. Creo que la gente pens¨®: ¡°Vale, es un poco raro, pero est¨¢ trabajando mucho¡±. Y poco a poco empez¨® a ayudarme. Llevaba dos meses, traumatizado por todo, cuando me llam¨® Hubert. Dijo que le encantar¨ªa conocerme, que hab¨ªa o¨ªdo cosas muy buenas de m¨ª, y que si quer¨ªa pod¨ªa ir a su casa a desayunar. Ese d¨ªa fue uno de los m¨¢s estresantes de mi vida.
P: ?Qu¨¦ se puso?
R: Un traje, y eso que odio llevarlos. Me pareci¨® la persona m¨¢s maja del mundo. Vio que era sincero y que quer¨ªa lo mejor para la casa, que no hab¨ªa venido a destruirla, sino a intentar que tuviera ¨¦xito. Hablamos de todo: del coraz¨®n, de las flores, de Italia ¨Cporque le encanta Italia; tiene una casa en Venecia¨C¡ de muchas cosas. Al final de ese intenso desayuno (para m¨ª, no para ¨¦l, por supuesto), me dijo: ¡°Te voy a decir una cosa. No importa lo que hagas, pero s¨¦ t¨² mismo¡±. Me sorprendi¨® que ese caballero tan elegante me dijera eso. Mientras hablaba, pens¨¦: ¡°?Te imaginas que un d¨ªa yo tenga una casa as¨ª y venga un chico joven y tome las riendas?¡±. Me fui con mucho coraje y por eso no me importaban las cr¨ªticas. Sab¨ªa que quer¨ªa hacer algo para m¨ª mismo y para satisfacer a alguien que segu¨ªa vivo. Volvimos a hablar alguna vez y luego dej¨¦ de verlo¡ supongo que quiere estar tranquilo. Pero he o¨ªdo varias veces que respeta lo que estoy haciendo y que est¨¢ orgulloso de mi trabajo porque Givenchy ha recuperado la posici¨®n que merece. Ese ha sido el reto m¨¢s importante, me entristecer¨ªa que ¨¦l no estuviera contento. Supongo que al principio le choc¨® lo que yo hac¨ªa, pero supo apreciar que la casa volviera a estar a la altura de Balenciaga, Dior, Chanel¡ Siempre me acuerdo de enviarle flores por su cumplea?os. En el taller soy una persona respetada, me quieren mucho y me siento protegido.
P: ?Y qu¨¦ pasa con el nombre de Riccardo Tisci? ?Cree que habr¨ªa adoptado un enfoque distinto en la moda si hubiera seguido con su nombre?
R: S¨ª, estoy seguro, porque cuando tienes tu propia marca, haces las cosas para ti. Pero cuando lo haces para otra persona, tienes que respetar lo que esta representa. Creo que tendr¨ªa un estilo distinto, pero aun as¨ª me siento a gusto con lo que estoy haciendo porque puedo expresarme. Lo bueno fue que llegu¨¦ aqu¨ª cuando no hab¨ªa presupuesto y todo estaba destrozado. Lo constru¨ª todo. Actualmente, Givenchy es una de las casas con m¨¢s ¨¦xito de la industria. Y lo importante no es solo el dinero ¨Caunque est¨¢ claro que todo el mundo se alegra de que estemos ganando mucho dinero¨C, sino tambi¨¦n¡
P: El reconocimiento.
R: S¨ª, el hecho de que nos respeten. No se trata tanto de m¨ª, sino de la casa, porque est¨¢ teniendo mucho ¨¦xito y unas cr¨ªticas buen¨ªsimas. Eso es bueno para todos los que trabajan aqu¨ª. Aunque yo no doy mucha importancia a las cr¨ªticas. Simplemente son una opini¨®n y ya est¨¢.
P: Al principio, ese aspecto fue dif¨ªcil¡
R: S¨ª, pero no guardo rencor a toda esa gente que fue agresiva conmigo. Era su opini¨®n. Al fin y al cabo no es solo una persona la que dicta en el mundo lo que se debe llevar o no.
P: Al trabajar en el Museo de las Artes Decorativas de Par¨ªs, s¨¦ alguna que otra cosa sobre archivos. La mayor¨ªa de los dise?adores tienen miedo de ellos o ni siquiera quieren entrar a verlos.
Comparto muchas de las fijaciones de Mapplethorpe: religi¨®n, sexo, revoluci¨®n..."
R: Ya, es verdad. Pues a m¨ª me encanta. Por lo general, todas las temporadas entro en el archivo de Hubert, me doy una vuelta y hojeo libros y fotograf¨ªas. Pero para el oto?o-invierno 2013 por casualidad tuve que entrar en mi archivo, donde nunca hab¨ªa estado, y se atesoran mis ocho a?os en la casa. Me qued¨¦ asombrado por el paso del tiempo. Cuando llegu¨¦ aqu¨ª era joven.
P: Con 38 a?os, sigue siendo muy joven.
R: Ya, pero han pasado ocho a?os. Y me di cuenta de que hab¨ªa muchas cosas que quer¨ªa volver a hacer. Saqu¨¦ todas las formas que pensaba que me representaban, cog¨ª muchos patrones y los mezcl¨¦. Era una celebraci¨®n de mis ocho a?os en Givenchy. Y luego inclu¨ª algunas cosas de Hubert. Quiero interpretar el d¨ªa de hoy con mi propia creatividad, pero es muy bonito echar la vista atr¨¢s. Soy un so?ador.
P: ?Y con qu¨¦ sue?a?
R: Con todo. Soy una persona muy positiva. Y el archivo me hace so?ar, porque veo la vida que tienen esas prendas. Hay gente que las ha llevado. En cierto sentido, meterme en un archivo es como ir a la iglesia o cualquier cosa que sea una celebraci¨®n del tiempo, y eso es alucinante.
P: Es coanfitri¨®n de la exposici¨®n que el Museo Metropolitano de Nueva York dedica al punk. ?C¨®mo se ha gestado ese proyecto?
R: Cuando me llam¨® Anna, me qued¨¦ alucinado. ¡°Quiero hacer una exposici¨®n sobre el punk y me gustar¨ªa mucho que participaras¡±, dijo. Me sent¨ª muy halagado, pero estuve a punto de decir que no. Soy t¨ªmido, no soy brit¨¢nico, no soy punk, y nosotros no ten¨ªamos dinero para invertir. Pero Anna, que es muy simp¨¢tica, me dijo: ¡°No creo que se trate de eso. Yo creo que como persona eres muy punk, creo que eres el dise?ador m¨¢s punk que hay actualmente. Si es porque eres t¨ªmido, intenta vencer esa timidez si puedes¡±. Vamos, que me habl¨® como una madre le hablar¨ªa a su hijo. Y luego me dijo: ¡°Te quiero a ti, quiero tu creatividad¡±. Soy muy afortunado al ser tan joven y colaborar con una instituci¨®n tan importante.
P: ?Y ha echado un vistazo a las colecciones?
R: S¨ª, Andrew Bolton [comisario de la muestra] hizo una amplia selecci¨®n y luego yo le di algunas referencias. Anna me ha dado mucho margen para cambiar cosas, porque mi estilo es bastante fuerte, a veces tiene un elevado contenido pol¨ªtico y mis mensajes son intensos y subidos de tono. Ten¨ªa miedo de que no cuadrara con el proyecto, pero de momento todo va bien. Hay algunas cosas que no van a poder ser, claro est¨¢, pero Anna ha estado muy receptiva.
P: ?Le han sorprendido algunas de las piezas que ha visto?
R: M¨¢s que sorprenderme, me emocion¨¦ cuando vi obras de Helmut Lang, Comme des Gar?ons, Westwood o Versace. Yo empec¨¦ a trabajar cuando ten¨ªa nueve a?os porque mi familia no ten¨ªa recursos. So?aba todos los d¨ªas con llegar a algo. Pero jam¨¢s se me pas¨® por la cabeza que un d¨ªa llegar¨ªa a ser lo que soy hoy. Yo estaba so?ando mientras Versace elaboraba su colecci¨®n de punk. No ten¨ªa dinero para comprar revistas, pero mi hermana trabajaba en una peluquer¨ªa y los s¨¢bados las tra¨ªa a casa. Recortaba los art¨ªculos y fotos de Versace y me hac¨ªa mi propio librito. Curiosamente, acabo de terminar de reformar la casa que le compr¨¦ a mi familia, en la que viven todos, y encontr¨¦ esos libritos. Me acord¨¦ de todo el tiempo que sol¨ªa pasarme en mi habitaci¨®n so?ando con ser alguien.
P: ?Y ahora que lo ha conseguido?
R: Por eso estaba tan obsesionado con Versace. Cuando llegu¨¦ al Metropolitano para la presentaci¨®n, vi un vestido de Givenchy junto al vestido de imperdibles de Versace que llev¨® Elizabeth Hurley y me saltaron las l¨¢grimas. Hasta Anna Wintour estaba emocionada. Pens¨¦: ¡°Madre m¨ªa, si realmente crees en algo, s¨ª que puede ser¡±. Fue quiz¨¢ el momento m¨¢s alucinante de todo este proyecto.
P: ?Y qu¨¦ piensa del arte con respecto a la moda? ?Son dos ¨¢mbitos aislados?
Una musa para Riccardo
La relaci¨®n de amistad entre la modelo Mariacarla Boscono, de 32 a?os, y Riccardo Tisci se remonta a una vida previa para ambos. Aquella en la que ¨¦l no era el dise?ador m¨¢s buscado de Par¨ªs y ella no era su musa. Se conocieron en una fiesta, y ella fue ya en 1999 la estrella de su desfile de graduaci¨®n en la Central Saint Martins. Titulado 8:30, La procesi¨®n, en referencia a Federico Fellini y a las ocho hermanas (todas mayores que ¨¦l) del dise?ador. Desde entonces, la tambi¨¦n italiana Boscono podr¨ªa ser la novena, ya que le ha acompa?ado en casi todos sus desfiles y campa?as publicitarias.
Como todo queda en familia, hasta el hijo reci¨¦n nacido de la modelo aparece en la publicidad de la l¨ªnea de pr¨ºt-¨¤-porter de Givenchy esta primavera. Y estaba embarazada de tres meses cuando particip¨® en la campa?a de Dahlia Noir, el primer perfume de Riccardo Tisci para la casa. En la sesi¨®n fotogr¨¢fica, de Mert Alas y Marcus Piggott, Boscono conoci¨® al otro creador del proyecto. Nicolas Degennes es el director art¨ªstico de maquillaje y colorido de la firma francesa. "Su manera tan perfeccionista de trabajar, su curiosidad y b¨²squeda constante me conquistaron", explica Mariacarla Boscono sobre Degennes. Consciente de su aspecto camale¨®nico, confiesa que su trabajo en la tercera campa?a de la marca que protagoniza esta temporada ¨Cuna l¨ªnea de laca de u?as y un nuevo labial llamados Le Rouge¨C parte de la libertad que Tisci le ofrece en cada uno de sus encuentros. "No creo en esos anuncios que apuestan por el look natural. No estoy en contra, pero despu¨¦s de 17 a?os de trabajo he aprendido que esto, al fin y al cabo, consiste en vender sue?os".
Degennes lleg¨® a la firma en 1999 y desde entonces se ha dedicado a recorrer el globo en busca de los expertos que le ayudaran a convertir la cosm¨¦tica en una alternativa igual de experimental, lujosa y relevante para una casa dedicada tradicionalmente a la costura. ¡°El camino que hemos iniciado sigue en paralelo los pasos de la marca en su l¨ªnea de ropa¡±, explica, ¡°el objetivo es que la cosm¨¦tica se sit¨²e al mismo nivel y se comprenda desde la misma perspectiva global¡±.
R: Es muy pretencioso que los dise?adores digamos que somos artistas. El arte es el arte. Nosotros creamos y provocamos sentimientos. Pero la mayor¨ªa tenemos un negocio de dise?o de moda, que est¨¢ muy bien, pero no es arte. Aunque tambi¨¦n es verdad que hoy d¨ªa el arte est¨¢ prostituido. Algunos artistas se han vuelto una especie de f¨¢brica.
P: Mantiene relaciones de amistad con artistas como Marina Abramovic o Antony Hegarty. ?Qu¨¦ aportan las colaboraciones con ellos?
R: Antony cant¨® en mi ¨²ltimo desfile porque somos muy amigos. La moda puede colaborar con el arte, pero solo si es de forma honesta. No me gusta cuando hay dinero de por medio, cuando es un negocio. Yo he hecho muchos proyectos relacionados con el arte; de hecho, Givenchy empez¨® a cobrar importancia en el mundo del arte antes que en la moda. Hay mucha gente del mundo del arte que me respeta, y yo respeto a muchos artistas. Me encanta todo lo que est¨¦ relacionado con sentimientos intensos y que venga del coraz¨®n: la m¨²sica, la escritura, el arte¡ La moda no es que no me guste, sino que en mi vida privada me gustan m¨¢s otras cosas.
P: S¨¦ que colecciona zapatillas.
R: S¨ª, tambi¨¦n arte. Cristal, rosarios¡
P: ?Es por el objeto o por el proceso en s¨ª de atesorar?
R: Es el significado, la acumulaci¨®n y el sentimiento que me produce. Tengo muchos rosarios. La religi¨®n cat¨®lica me atrae mucho; me transporta a mi infancia y a mis ra¨ªces. Y luego colecciono cristal porque ?adoro la pureza, y me encanta mirarlo. Est¨¦ticamente es algo que me calma mucho, como cuando uno observa el oc¨¦ano. Y las zapatillas me transmiten dinamismo. Tambi¨¦n me interesa mucho la fotograf¨ªa: Cindy Sherman, Robert Mapplethorpe, Marina Abramovic.
P: ?Qu¨¦ tienen en com¨²n?
R: La intensidad. Estoy obsesionado con Robert Mapplethorpe. Comparto muchas de sus fijaciones: religi¨®n, sexo, revoluci¨®n, pureza, blanco y negro, romanticismo, libertad¡ Creo que dentro de poco me convertir¨¦ en uno de sus coleccionistas m¨¢s importantes. Y ¨²ltimamente he empezado con los muebles. Me interesa mucho Gio Ponti, el estilo italiano de los a?os setenta. Antes mi piso estaba lleno de muebles que hab¨ªa hecho yo mismo. Parece una locura, pero soy bastante manitas y mi cama estaba fabricada con revistas. Y la estructura en la que guardaba las piezas de cristal eran unas cajas rudimentarias que estaban por toda la casa. Hace un a?o termin¨¦ una relaci¨®n y sent¨ª que necesitaba un cambio, as¨ª que vend¨ª todo lo que no era ni arte ni cosas a las que estaba muy apegado.
P: Lo limpi¨® todo.
R: S¨ª. Regal¨¦ muchas cosas, y otras las vend¨ª. He empezado a comprar para la nueva casa, y ahora estoy obsesionado con Gio Ponti.
P: ?Y hay alguna obsesi¨®n con una mujer? ?Hay alguna para la que dise?e siempre?
R: Hay muchas mujeres Givenchy. Es una mujer que no tiene miedo, fuerte, segura y rom¨¢ntica al mismo tiempo. B¨¢sicamente trato de reproducir c¨®mo eran mis hermanas y mi madre en mi infancia. Me sent¨ªa un poco solo, ya que mi padre muri¨® cuando yo era muy peque?o. Y mi madre y mis hermanas eran como unos guerreros que durante el d¨ªa luchaban contra la sociedad, pero luego llegaban a casa y se quitaban la armadura y eran muy rom¨¢nticas y femeninas. As¨ª que esa es la ¡°mujer Givenchy¡± que yo reproduzco. Te puedo decir muchos nombres: Mariacarla Boscono, Madonna, Marina Abramovic¡
P: ?Todas ellas son una misma faceta de la mujer¡?
R: S¨ª, son todas fuertes, muy seguras de s¨ª mismas, divertidas, muy felices en su vida, sensuales y oscuras.
P: ?Y sexuales?
R: S¨ª, sexuales, pero no por su est¨¦tica, sino por su actitud, porque la mujer Givenchy nunca cae en la vulgaridad. Incluso en la temporada en la que se ense?¨® todo, hasta la ropa interior, nunca era vulgar, sino rom¨¢ntico. A m¨ª no me gusta la vulgaridad.
P: ?Y los hombres?
R: Lo mismo. Mi mujer es una mujer que est¨¢ tan segura de su sensualidad, de su personalidad, de su cuerpo ¨Caunque no necesariamente tiene que tener un cuerpo perfecto¨C, y es tan consciente de su sexualidad, su feminidad, que puede juguetear con el armario del hombre. Y mi hombre est¨¢ tan seguro de su sexualidad, de su masculinidad, que puede juguetear con el armario de la mujer.
P: ?Est¨¢ describi¨¦ndose a s¨ª mismo?
R: S¨ª. Trato de destruir todos los tab¨²es que tenga, por peque?os que sean.
P:?Qu¨¦ tab¨²es tiene?
R: No muchos, solo los que me impusieron durante mi infancia por la educaci¨®n que recib¨ª. Por vivir en un pa¨ªs como Italia, que es cat¨®lico y hace que todo sea de puertas para adentro. Yo trato de expresar lo que siento de verdad y no tengo miedo de que me juzguen.
P: ?Se definir¨ªa como una persona valiente?
R: S¨ª. Me he vuelto as¨ª con el tiempo, porque me di cuenta de que no puedes encontrar la felicidad si no miras lo que hay en tu interior. Lo bueno que tengo es que escucho mucho a los dem¨¢s, y si veo algunos rasgos de mi personalidad que no est¨¢n bien, intento cambiarlos. Criarse sin padre y tener que empezar a trabajar a los nueve a?os no es f¨¢cil. Nunca he sido una persona triste ni agresiva gracias a mi madre. Es la mayor fuente de inspiraci¨®n en mi carrera, en la vida, como mujer y como¡ todo. Mi madre tiene 86 a?os y cuando mi amiga Lea T se cambi¨® de sexo, de hombre a mujer, ella le abri¨® las puertas. Es muy abierta de mente. Suelo decir que la cultura no da la inteligencia, sino que es la inteligencia la que da la cultura. Mi madre apenas sabe leer ni escribir, pero es la persona m¨¢s inteligente que he conocido. Aunque me he cruzado con gente muy cualificada, todav¨ªa no he conocido a nadie que me sorprendiera como mi madre. Criar a nueve hijos sola¡
P: Acaba de crear su primer perfume para Givenchy, Dahlia Noir. ?Es un tributo a ella?
R: S¨ª, totalmente. Empez¨® siendo un perfume de muchas cosas: ten¨ªa que tener algo que me recordara a mi madre, algo que fuera una celebraci¨®n de las mujeres y algo que transmitiera una sensaci¨®n de limpieza y pureza. Al principio se parec¨ªa a un perfume que sol¨ªa llevar mi madre, que se llama Iris, de Santa Maria Novella. Y luego a?ad¨ª muchos otros elementos: rosas¡ Y cuando la huelo, percibo todo lo que realmente quer¨ªa transmitir. Recuerdo muy bien el olor de la piel de mi madre, y quer¨ªa reproducir ese sentimiento.
P:?Ella le transmiti¨® la pasi¨®n por la m¨²sica?
R: ?La m¨²sica? Le encanta. Es una mujer a la que le encanta la vida. No hubo un solo momento en mi infancia en el que la viera triste o apagada, en el que dijera ¡°qu¨¦ mala suerte tenemos¡±. Todas las noches sol¨ªa dar gracias a Dios por lo que ten¨ªamos. Ella nos hac¨ªa creer que ten¨ªamos algo, pero en realidad no ten¨ªamos nada. Cuando los dem¨¢s ni?os se iban de viaje, mi madre me dec¨ªa: ¡°Esas cosas son para ni?os peque?os. Ven, vamos a hacer jardiner¨ªa¡±. Siempre me hizo sentir que era m¨¢s maduro que los dem¨¢s, nunca me hizo sentir inferior. Porque no ten¨ªamos dinero, y de hecho yo llevaba ropa de ni?a porque hered¨¦ la de mi hermana. Siempre que pienso en mi madre me la imagino sonriendo.
P: ?Est¨¢ muy orgullosa de usted?
R: Ni se lo imagina.
P: ?Y ese es un ¨¦xito importante?
R: El ¨¦xito m¨¢s importante para m¨ª es que ahora s¨¦ que mi madre y mis hermanas est¨¢n protegidas, que tienen una casa y no tienen que pensar en el alquiler. Ellas llevan una vida normal, trabajan en una f¨¢brica, en tiendas¡ Viven tambi¨¦n rodeadas de toda esta fama, porque hay gente que las para por la calle y les pregunta por Riccardo Tisci. Pero son puras y buen¨ªsimas. Creo que entre mi madre y yo hay mucho amor tambi¨¦n porque me parezco a mi padre, soy igual que ¨¦l, como dos gotas de agua. Nunca me han malcriado, pero soy el ojito derecho de mi madre.
P: Esa es una gran responsabilidad.
R: Sin duda. Eso es lo que me dio el coraje para irme a Londres con 17 a?os y hacer todo esto. No es porque no quiera decepcionar a mi madre, sino porque s¨¦ que todos hemos hecho tantos sacrificios en nuestra vida que se merece pasar estos ¨²ltimos 10 o 20 a?os sin preocuparse por las facturas¡
P: ?Cu¨¢l es su palabra favorita?
R: ¡°Libertad¡±. Es una de las pocas que no tienen precio, que nadie, independientemente de d¨®nde est¨¦ o de qui¨¦n sea, puede comprar.
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