Ofensiva antifraude
La investigaci¨®n de nombres y datos de la defraudaci¨®n fiscal debe proseguir con firmeza
La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n tiene por delante un duro trabajo para seguir descubriendo a ciudadanos que entierran los fondos hurtados al erario p¨²blico en para¨ªsos fiscales. El fil¨®n investigativo se debe a la colaboraci¨®n de un antiguo t¨¦cnico de sistemas del HSBC, Herv¨¦ Falciani, con los aparatos judiciales franc¨¦s y espa?ol, que ha permitido tirar de los hilos. Tras la primera relaci¨®n de 1.500 nombres de espa?oles entregada hace tres a?os, en la que se pudo identificar a 659 presuntos defraudadores, la fiscal¨ªa espa?ola dispone ahora de otras 2.500 cuentas entregadas por Francia en fecha reciente.
La ofensiva contra el fraude merece todo el apoyo. Espa?a y otros pa¨ªses europeos sufren un grave problema de deuda soberana. El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, espera de los jefes de Estado y de Gobierno que discutan soluciones en la pr¨®xima cumbre. Un bill¨®n de euros al a?o se escapa por los agujeros del fraude tributario, seg¨²n estimaciones de la UE, lo cual es inaceptable para sociedades sometidas a fuertes recortes en los gastos y a incrementos generalizados de impuestos y tarifas.
La internacionalizaci¨®n del problema explica tambi¨¦n la protecci¨®n que Espa?a ha dado a Falciani, que sac¨® informaci¨®n encriptada de 130.000 clientes de la filial suiza de su banco. Y eso no se resume en una serie de nombres, sino que implica disponer de claves inform¨¢ticas que revelan los procedimientos utilizados para ocultar los fondos de los presuntos defraudadores, posiblemente extrapolables a otras entidades. Al margen de cu¨¢les fueran las motivaciones concretas de Falciani para hacerlo, todo parece indicar que la Administraci¨®n de Estados Unidos, preocupada por el descuido de los bancos suizos en se?alar casos de blanqueo de dinero il¨ªcito, est¨¢ detr¨¢s de la protecci¨®n que se ha concedido en Espa?a al topo, quien teme por su vida y est¨¢ pendiente de la posible extradici¨®n a Suiza, un hecho que no deber¨ªa producirse porque su colaboraci¨®n es esencial.
Editoriales anteriores
Para hacer cre¨ªble la ret¨®rica de la comunidad internacional contra las decenas de jurisdicciones que ocultan los dineros de an¨®nimos depositantes, hay que salir de la impotencia y presionar con firmeza a los que facilitan la ocultaci¨®n. En la propia UE, la ofensiva sobre Luxemburgo le ha obligado a anunciar una suavizaci¨®n del secreto bancario para 2015, aunque Austria todav¨ªa se resiste. El proyecto de intercambio autom¨¢tico de informaci¨®n entre los pa¨ªses comunitarios y la mejora del control de los datos, impulsado por la Comisi¨®n Europea, plantea el problema de Reino Unido ¡ªbajo cuya jurisdicci¨®n funcionan varios para¨ªsos fiscales¡ª y cuestiona la relaci¨®n con Suiza.
Ni este pa¨ªs ni los territorios offshore tienen directamente la culpa de que la econom¨ªa de gran parte de Europa est¨¦ exhausta, pero s¨ª de ocultar a propietarios o beneficiarios de bienes que se niegan a pagar la tributaci¨®n que les corresponde. Y eso no se puede consentir.
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