Falos o demonios, ?qu¨¦ prefieres en tu casa?

Son¡­?unos enormes falos pintados en las fachadas de la casas!

Y no hablo de l¨ªneas esquem¨¢ticas, de algo simb¨®lico o de una alegor¨ªa naif del miembro masculino. No. Son pedazos de penes con m¨¢s realismo que un cuadro de Antonio L¨®pez, que no dejan lugar a matices ni medias tintas.

?Un sex-shop aqu¨ª? ?una casa de meretrices en pleno Bhut¨¢n?, te preguntas mientras que casi te da una tort¨ªcolis del giro de cabeza.

La tradici¨®n proviene del monasterio Chimi Lhakgang, en el valle de Punakha, en el extremo occidental de But¨¢n. El santuario est¨¢ dedicado a un lama muy sabio y querido por el pueblo, pero con manifiesta y excesiva querencia hacia el alcohol y los chistes verdes. En sus pr¨¦dicas inclu¨ªa que la que se acostara con ¨¦l, alcanzar¨ªa la salvaci¨®n. En el altar de Chimi Lhakgang, adem¨¢s de agua bendita hay botellas de aguardiente y otras bebidas alcoh¨®licas. Tambi¨¦n muchas representaciones f¨¢licas en relieves, pinturas y estatuas. El sacerdote bendice a los fieles toc¨¢ndoles la cabeza con un pedazo de pene de madera y plata que ya lo quisiera Nacho Vidal.

Es conocido como el templo de los falos y a ¨¦l suelen acudir parejas inf¨¦rtiles para implorar al lama borrach¨ªn y lascivo que les ayude a tener hijos.

?Cada d¨ªa que paso aqu¨ª me sorprende m¨¢s lo pragm¨¢ticos que son los budistas! En vez de ver pecado por todas partes, como otros.