Reciclaje

El encanto de la feria es que es siempre lo mismo. Todo el mundo con el mismo traje que el a?o pasado, los mismos zapatos que el a?o pasado, el mismo terno que el a?o pasado... Los gaditanos no son m¨¢s fr¨ªvolos ni menos conscientes que otros espa?oles de la gravedad de la situaci¨®n, pero cuentan con la v¨¢lvula de escape de un humor fin¨ªsimo, que a menudo les amarga la sonrisa, pero hace m¨¢s soportables las penurias con las que, por ejemplo en Rota, desde donde tengo la suerte de escribir esta semana, se afronta una feria que muy bien podr¨ªa llamarse festival del reciclaje.

?Te gusta? Pues ya tiene 10 a?os, lo que pasa es que lo he sacado por aqu¨ª, le he subido un palmo los volantes, le he cortado las mangas... El talento, que en esta tierra florece tanto como el paro, hace milagros. Pero si aqu¨ª vale todo, los espa?oles privilegiados por antonomasia deber¨ªan acatar ciertos l¨ªmites. Los que marcan, al menos, la dignidad, la sensibilidad y la integridad moral de los ciudadanos que les pagan el sueldo.

Yo puedo comprender, y hasta aplaudir, que la Casa del Rey recorte sus gastos, pero me parece imperdonable que la princesa de Asturias recicle una tiara que Francisco Franco le regal¨® a su suegra. No voy a hacer comparaciones con otros pa¨ªses, otros dictadores, porque siendo sencill¨ªsimas, las har¨¢n de sobra ustedes solos. Tampoco creo que se trate de un fallo de comunicaci¨®n de la Corona. Es algo peor, y es lo de siempre. Letizia Ortiz no estudi¨® en el Instituto que Franco fue el responsable de la muerte de cientos de miles de espa?oles, pero ya tiene edad como para haberse informado por su cuenta. Si adem¨¢s est¨¢ enterada de que el ¨²nico respaldo directo que obtuvo Juan Carlos I fue su aprobaci¨®n por las Cortes franquistas, m¨¢s le habr¨ªa valido asistir a la coronaci¨®n de Guillermo de Holanda con una diadema de bisuter¨ªa.