Submarino disfuncional

Mal hay que dise?ar un submarino para equivocarse en el peso en 75 toneladas (quiz¨¢ el error sea de 100 toneladas, todav¨ªa no est¨¢ claro); muy mal hay que desarrollar un proyecto para que ese exceso de peso condicione la flotabilidad de la nave, cuya gracia, como su propio nombre indica, est¨¢ en que pueda sumergirse y emerger a voluntad y con rapidez. El S-80 dise?ado por Navantia, llamado (ahora sabemos que con sorna) Isaac Peral, se parece mucho a aquel submarino disfuncional de Gila, que los marineros tuvieron que hundir para descubrir despu¨¦s que era un barco. La historia parece un episodio chusco de la pol¨¦mica sobre la ciencia espa?ola que tanto preocup¨® a Men¨¦ndez Pelayo. Tras romper contratos con el grupo tecnol¨®gico franc¨¦s DCN, Navantia, crecida en pundonor y trap¨ªo, se atrevi¨® a construir su propio submarino, el citado S-80. A lo peor el Se?or no nos ha llamado por el camino de la tecnolog¨ªa, a pesar de todas las invocaciones al I+D+i; el caso es que el S-80 es una nave obesa y con graves problemas en su propulsi¨®n hipermoderna.

Pepe Gotera y Otilio han rechazado hacer las chapuzas necesarias para rectificar el desaguisado. En estos momentos, el dilema es o se construye el submarino made in Spain con 75 toneladas de sobrepeso y un sistema de propulsi¨®n del mont¨®n, de esos que obligan a emerger cada pocas horas, o se corrigen los dise?os, se aplaza la entrega a la Marina y se pagan los costes del arreglo que encarecer¨¢n el presupuesto. Cabe una tercera soluci¨®n, en el esp¨ªritu de Gila: que cuando haya de sumergirse se hunda a pedradas y que cuando toque emerger lo haga con flotadores de patito.

Los asuntos de dinero son muy serios. Alg¨²n alto cargo de defensa y alg¨²n directivo de Navantia deber¨ªan estar explicando p¨²blicamente la naturaleza del problema, c¨®mo se solucionar¨¢ y qui¨¦nes son los responsables del esperpento submarino. Es clamar en el desierto, porque los Gobiernos ¡ªel proyecto S-80 tiene una larga vida¡ª son reacios a explicar las cosas; pero hay que recordar que los ¨¦xitos y los fracasos tienen responsables. Dijo ufano el presidente Rajoy que ¡°ya nadie duda de Espa?a¡±. Nadie, excepto los espa?oles y los que tengan que navegar en el S-80.