Los ojos de M¨¦xico
Retratos de la vida cotidiana, reflexiones sobre la identidad, historias de h¨¦roes, ladrones y villanos... Todo cabe en un g¨¦nero audiovisual con mirada latinoamericana. El cine documental eclosiona en el pa¨ªs azteca
La jerga chilanga se expresa seseante y locuaz en la terraza de La Cantina, evocando un M¨¦xico a la vez lejano y presente. Tambi¨¦n el clima de la primavera madrile?a recuerda al frescor de las noches del DF. Pero no hay nada m¨¢s que permita avistar al gigantesco animal urbano del que provienen los cineastas Carlos F. Rossini (1976) y Emiliano Altuna (1978). Ni siquiera en el patio de este bar de distintivo mariachi aleda?o a la Cineteca del Matadero, donde ambos presentan su pol¨¦mica pel¨ªcula El Alcalde (codirigida por el periodista Diego Enrique Osorno y estrenada el viernes 10 de mayo en el marco del Festival International de Documentales Documenta 2013). Nada de tacos y micheladas: vino, cusc¨²s y ensalada para celebrar el aterrizaje del mejor cine de no ficci¨®n en la capital espa?ola.
Queremos que quien vea la pel¨ªcula reflexione y se pregunte: ?Qu¨¦ M¨¦xico queremos?" Carlos F. Rossini
El Alcalde es un retrato de Mauricio Fern¨¢ndez Garza, el regidor de San Pedro Garza Garc¨ªa (municipio aleda?o a Monterey), una isla de prosperidad y seguridad en una de las zonas con m¨¢s homicidios y secuestros del pa¨ªs. Se trata de un hombre recio, de voz grave y ce?o fruncido que de joven quer¨ªa hacerse guerrillero para matar caciques pero que -como buen millonario- acab¨® matando elefantes en ?frica antes de convertirse en un pol¨ªtico justiciero tan carism¨¢tico como arbitrario. Un l¨ªder que se jacta de pasar por encima de la ley para combatir el crimen en su pueblo. ¡°Los criminales que me quer¨ªan fulminar cayeron fulminados. No s¨¦ por qu¨¦ ser¨¢¡±, cuenta exultante en el documental, atestiguando que en M¨¦xico los pol¨ªticos conviven con los narcos y que, entre unos y otros, matan a sus enemigos, los entierran y los ocultan. Los directores contaron con la plena confianza del alcalde que les dej¨® filmar su intimidad durante dos a?os. ¡°Nosotros dejamos que el poder se exprese y eso genera pol¨¦mica y debate. Nuestra pel¨ªcula es ir¨®nica y perversa: es una provocaci¨®n al espectador¡±, comenta Rossini. ¡°Aunque no compartimos su visi¨®n, no quisimos refutarle. Es cada espectador quien tiene que ser su espejo y contradecirle¡±, a?ade Altuna, ¡°Queremos que quien vea la pel¨ªcula reflexione y se pregunte: ?Qu¨¦ M¨¦xico queremos? ?Queremos gobernantes o justicieros?¡±
El art¨ªfice de la historia es Diego Enrique Osorno (1980), reportero convertido en documentalista y autor de la cr¨®nica Un alcalde que no es normal, incluida en el volumen Antolog¨ªa de cr¨®nica Latinoamericana actual (2012). La pel¨ªcula ha ganado premios internacionales y ha sido seleccionada en el Festival Ambulante cuya directora, la mexicana Elena Fortes (1981), tambi¨¦n ha desembarcado en la madrile?a Casa de Am¨¦rica con la muestra El documental mexicano, Carta abierta a Elena Fortes, integrada por cinco t¨ªtulos de reciente producci¨®n. "Filmar documentales es una de las mejores formas de hacer frente a las mentiras de los medios", asegura la mexicana, ¡°en 2006 se produc¨ªan solo ocho pel¨ªculas anuales, pero en 2012 se filmaron 34, el doble que el a?o anterior¡±. Seg¨²n la directora, esta eclosi¨®n documental en M¨¦xico se debe a una combinaci¨®n de factores: el mayor acceso a la tecnolog¨ªa y a la financiaci¨®n y el surgimiento de nuevas plataformas de exhibici¨®n como los festivales de Guadalajara, DocsDF, Morelia y el citado Ambulante, que ha exhibido t¨ªtulos tan aplaudidos como El lugar m¨¢s peque?o (2011) de Tatiana Huezo, sobre la vida de los sobrevivientes de un pueblo tras el conflicto salvadore?o (1980-1992). Diego Enrique Osorno, coincide con el discurso reivindicativo de Fortes: ¡°El documental y la cr¨®nica viven momentos de auge y sobrevivir¨¢n a la tormenta de mierda y mentira por la que M¨¦xico pasa desde hace rato¡±.
Cuando en 1950 Bu?uel estren¨® Los olvidados, sobre la vida de un grupo de ni?os indigentes de M¨¦xico DF, mucha gente le reproch¨® haber mostrado la peor cara del pa¨ªs: ¡°?Por qu¨¦ no hace usted una verdadera pel¨ªcula mexicana, en lugar de una pel¨ªcula miserable como ¨¦sa?¡±. Para bien o para mal el pa¨ªs azteca enamora e inquieta a partes iguales a cuantos se sumergen en ¨¦l, testigos de una cultura genuina que deleita con su ritmo contagioso y estremece con escenas de pobreza, desigualdad y violencia. Unas y otras han alimentado el alocado imaginario retratado por infinidad de artistas en libros y pel¨ªculas. Hoy el documental mexicano atesora premios internacionales que recompensan su atrevimiento a la hora de denunciar las injusticias y que no hacen sino ensanchar el protagonismo de ese territorio florido y espinudo que Neruda plasm¨® en sus memorias, un pa¨ªs ¡°violento de dibujo y de color, violento de erupci¨®n y de creaci¨®n¡±.
Delincuencia, impunidad, delitos sin resolver y territorios sin ley son los temas m¨¢s transitados en el g¨¦nero documental. Presunto culpable (2008) es uno de los ejemplos m¨¢s paradigm¨¢ticos de lo que se puede conseguir con una c¨¢mara en la mano. La vida del joven Jos¨¦ Antonio Z¨²?iga (1980) cambi¨® para siempre el lunes 14 de diciembre de 2005, cuando fue acusado de homicidio y encarcelado por un asesinato que no hab¨ªa cometido. El juez le conden¨® a 20 a?os en un proceso plagado de irregularidades. Los abogados y documentalistas Roberto Hern¨¢ndez y Layda Negrete consiguieron grabar el juicio de Z¨²?iga y difundirlo, gracias a lo cual el joven fue juzgado nuevamente y puesto en libertad. Su caso sirvi¨® para divulgar una injusticia a trav¨¦s de un soberbio filme, que fue temporalmente censurado por las autoridades, gan¨® m¨¢s de 15 galardones en festivales mexicanos e internacionales y marc¨® un hito en el g¨¦nero -uno m¨¢s- en un pa¨ªs en el que armarse de una c¨¢mara a veces es el camino m¨¢s eficaz para denunciar una injusticia y, de paso, contar una historia apasionante. ¡°Hay muchos, muchos, muchos temas por denunciar aqu¨ª en M¨¦xico. Solo hay que tener paciencia y darles seguimiento¡±, comenta la productora y abogada Layda Negrete.
Otro ejemplo famoso enmarcado en el g¨¦nero carcelario es Los ladrones viejos, las leyendas del artegio (2007), la famosa pel¨ªcula de Everardo Gonz¨¢lez (1971) responsable de t¨ªtulos tan distintos como La canci¨®n del pulque (2003) o esa profunda y silenciosa historia llamada Cuates de Australia (2011). Los ladrones viejos es otro cantar, se trata de un retrato de la ruidosa ciudad de M¨¦xico en los a?os setenta y del delincuente m¨¢s famoso del momento, El Carrizos. Un p¨ªcaro de tono suave y hasta entra?able que, seg¨²n cuenta, entend¨ªa el robo como un arte, que no da?aba a sus v¨ªctimas ni delataba a sus compa?eros, pero que tras el estreno puso en apuros al director al exigirle ¡°su parte¡± de las ganancias del filme. ¡°Quise ver la parte luminosa de ese personaje. Pero recib¨ª amenazas de secuestro y decid¨ª romper todo contacto con ¨¦l¡±, cuenta Everardo por tel¨¦fono. La pel¨ªcula rompi¨® moldes y consigui¨® el dif¨ªcil objetivo de llevar al p¨²blico mexicano a las salas de cine. Se dice que muchos llegaron a aplaudir cuando El Carrizos cuenta c¨®mo rob¨® las casas de los ex presidentes Luis Echeverr¨ªa y Jos¨¦ L¨®pez Portillo y culmina su elocuente relato citando el refr¨¢n: ¡°Quien roba a un ladr¨®n¡¡±.
Filmar documentales es una de las mejores formas de hacer frente a las mentiras de los medios" Elena Fortes
Aunque las historias de migraci¨®n son muy frecuentes en el g¨¦nero documental mexicano, pocas veces se consiguen resultados tan sobrecogedores como en Mi vida dentro (2008) de la mexicana Luc¨ªa Gaj¨¢ (1974), premiada en Morelia, Documenta de Madrid y el BAFICI de Buenos Aires entre otros. ¡°A pesar de ser de M¨¦xico, Rosa es muy inteligente, ?no est¨¢ de acuerdo?¡±. Las palabras de la fiscal estadounidense Allison Wetzel se refieren a Rosa Estela Olvera, una joven migrante mexicana en Austin (Texas) que se dedicaba a cuidar a un beb¨¦ de una familia norteamericana. En enero de 2003 el ni?o ¨Cpresumiblemente- introdujo en su boca varias toallas de papel mojadas y tres meses despu¨¦s muri¨® por da?os cerebrales. Aunque la mexicana hab¨ªa intentado socorrerle, fue acusada de pretender ahogarlo y condenada a 99 a?os por maltrato infantil. ¡°Gracias al documental, los abogados pudieron pedir un nuevo juicio, pero la Suprema Corte de Justicia lo ha rechazado hace 3 meses¡±, comenta la directora, ¡°de todos modos, yo seguir¨¦ filmando para denunciar injusticias y generar un cambio¡±.
No he recibido amenazas, pero si alguien me amenazara estar¨ªa feliz, porque ser¨ªa un s¨ªntoma de que lo estoy haciendo bien¡± Juan Carlos Rulfo
A veces para encontrar una historia interesante no hace falta buscar a grandes h¨¦roes o a grandes villanos. Los alba?iles de la ciudad (En el hoyo, 2006) o los miembros de una familia separada por la migraci¨®n (Los que se quedan, 2011) son los protagonistas de los documentales de Juan Carlos Rulfo (1964). Su ¨²ltimo ¨¦xito, De Panzazo (2012) -el equivalente de la expresi¨®n espa?ola: de chiripa-, es un retrato devastador del estado de la educaci¨®n p¨²blica en M¨¦xico: ¡°De cada 100 ni?os que inician la primaria solo 46 la concluyen y siete de cada 10 adolescentes no entienden lo que leen o no saben multiplicar¡±. Su pel¨ªcula, codirigida junto al periodista Carlos Loret de Mola, cost¨® tres a?os de trabajo, bati¨® r¨¦cords de taquilla (m¨¢s de 200.000 espectadores el primer fin de semana) y supuso un duro golpe a Elba Esther Gordillo, la influyente presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educaci¨®n (SNTE) que fue detenida el pasado febrero acusada de lavado de dinero y delincuencia organizada. ¡°No he recibido amenazas, pero si alguien me amenazara estar¨ªa feliz, porque ser¨ªa un s¨ªntoma de que lo estoy haciendo bien¡±, comenta el director.
Se dice que quienes mejor explicaron y retrataron la Guerra Civil espa?ola fueron extranjeros como Hemingway, Orwell, Malraux o Capa. En el caso de M¨¦xico quiz¨¢s no se podr¨ªa afirmar con tanta contundencia, pero la obra testimonial de los for¨¢neos es tan vasta e interesante que merece un cap¨ªtulo aparte. Desde el estallido de la revoluci¨®n mexicana en 1910, la cultura del pa¨ªs marc¨® a reporteros como John Reed y John Kenneth Turner, revolucionarios como Trotsky y Julio Antonio Mella (ambos asesinados en la capital), fot¨®grafos como Tina Modotti y Edward Weston y cineastas como Eisenstein y Bu?uel. Hoy los extranjeros siguen hablando del territorio azteca a trav¨¦s de espl¨¦ndidos documentales. Y los motivos de tal atracci¨®n siguen siendo los mismos: exotismo, folclore, problemas sociales y violencia.
El documental y la cr¨®nica sobrevivir¨¢n a la tormenta de mierda y mentira por la que M¨¦xico pasa desde hace rato¡± Diego Enrique Osorno
En los ¨²ltimos tres a?os han destacado tres producciones realizadas por directores extranjeros que han triunfado en varios festivales internacionales. La primera es El sicario, una producci¨®n franco-estadounidense dirigida en 2010 por el cineasta italiano Gianfranco Rosi (1957), en la que un hombre corpulento de tez mate, cuello de toro y dedos como morcillas cuenta su trayectoria como asesino retirado de un c¨¢rtel del narcotr¨¢fico de Ciudad Ju¨¢rez (Chihuahua). En 2011 se estren¨® La maleta mexicana,de la inglesa nacionalizada mexicana Trisha Ziff, un filme en el que se narra la historia de los 4.500 negativos tomados durante la Guerra Civil espa?ola por los m¨ªticos fot¨®grafos Robert Capa, Gerda Taro y David ¡±Chim¡± Seymour, rescatados del olvido 70 a?os despu¨¦s en una maleta perdida en Ciudad de M¨¦xico. A partir de esa premisa, la pel¨ªcula habla de la solidaridad mexicana durante la Guerra Civil espa?ola, el posterior exilio y el papel que juega la memoria en la historia de la humanidad. En septiembre de 2012 lleg¨® a las pantallas Hecho en M¨¦xico del brit¨¢nico Duncan Bridgeman, una pel¨ªcula folcl¨®rica de acogida desigual que pretende apartarse de la tan transitada violencia para reflexionar sobre la mexicanidad y las ra¨ªces del pa¨ªs a trav¨¦s de su m¨²sica.
Estos son solo algunos de los ejemplos m¨¢s conocidos que demuestran que el documental ha dejado de ser ese g¨¦nero lento, solemne y aburrido plagado de im¨¢genes de archivo narradas con una engolada voz en off. El cine de no ficci¨®n mexicano atrae la atenci¨®n de todo el mundo, no solo por la intensidad de los temas tratados, sino por la calidad narrativa y la v¨ªvida mirada de los autores, ya sean nativos o adoptados. Pablo Neruda lo expres¨® mejor que ning¨²n otro: ¡°No hay en Am¨¦rica, ni tal vez en el planeta, pa¨ªs de mayor profundidad humana que M¨¦xico y sus hombres. A trav¨¦s de sus aciertos luminosos, como a trav¨¦s de sus errores gigantescos, se ve la misma cadena de grandiosa generosidad, de vitalidad profunda, de inagotable historia, de germinaci¨®n inacabable¡±.
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