El arte de la regularidad

No se pueden hacer comparaciones con cifras redondas porque quedan partidos por jugar y los n¨²meros van a cambiar. Lo que s¨ª se sabe ya es que el Barcelona conquist¨® matem¨¢ticamente su 22? Liga justo en el instante en que el ¨¢rbitro pit¨® el empate entre el Espanyol y el Real Madrid, el s¨¢bado por la noche. Su rival local de toda la vida y su eterno enemigo fueron al final los que le facilitaron el trofeo. Hace ya tiempo, sin embargo, se sab¨ªa que esta vez el t¨ªtulo era para el Bar?a. Y seguramente esto ha quitado emoci¨®n a un campeonato que deber¨ªa estar vibrando hasta el ¨²ltimo suspiro.

Lo cierto es que el arranque fue espectacular. Cuando termin¨® la primera vuelta, el Barcelona hab¨ªa ganado todos sus partidos y solo empat¨® uno, precisamente con el Madrid. Los sabios que conocen los arcanos del f¨²tbol tendr¨¢n que explicar qu¨¦ pas¨® para que de esos dos rivales que parec¨ªan parejos, el Barcelona y el Madrid, uno hubiera empalidecido tanto para regalarle al otro una ventaja pr¨¢cticamente irrecuperable.

El Barcelona empez¨® la temporada con nuevo t¨¦cnico, y por ah¨ª se pod¨ªa haber elucubrado para barruntar que las cosas se torcer¨ªan. No ocurri¨® tal cosa al principio cuando arrasaron, pero s¨ª hubo una fuerte crisis m¨¢s adelante que levant¨® titulares y puso el af¨¢n de revancha de sus rivales en estado de incandescencia. El Madrid lo elimin¨® de la Copa y le gan¨® la Supercopa, y m¨¢s tarde el Bayern se cruz¨® en su trayecto en la Champions y le arre¨® siete coscorrones que condujeron a los te¨®ricos del balompi¨¦ a decretar que se acababa una era, y que cambiaba el paradigma.

Puro af¨¢n por levantar acta del futuro. Es l¨®gico pensar que a un equipo que lleva tanto arriba le tocar¨¢ caer. Pero el paradigma que encarnan es muy s¨®lido: regularidad, trabajo en equipo para tener el bal¨®n y la genialidad de algunos. Tito Vilanova, el entrenador, tuvo que irse en enero a tratarse en Nueva York de su enfermedad y eso pudo distorsionar el ritmo de apisonadora que llevaba el Bar?a en esos d¨ªas. Han conquistado grandes r¨¦cords como los de Messi. Y los datos de posesi¨®n del bal¨®n son elocuentes: 70%, en casa; 68%, fuera. Es su estilo. Habr¨¢, pues, que felicitarlos, y dejar de lado a Mourinho con sus muecas de impotencia.