Ahuyentando cerebros

Cuando se habla de fuga de cerebros es inevitable imaginar a gente con talento huyendo hacia otros lares donde sepan aprovechar (y pagar) su trabajo. El caso del f¨ªsico gallego Diego Mart¨ªnez Santos, rechazado en Espa?a mientras recib¨ªa el premio al mejor f¨ªsico joven del continente, complementa a la perfecci¨®n la dram¨¢tica fotograf¨ªa de la realidad de la investigaci¨®n espa?ola.

En Espa?a hay poco dinero para la ciencia. Los presupuestos se cercenan a?o tras a?o y los contratos se reducen. De ah¨ª que haya tantos cient¨ªficos que busquen acomodo fuera para poder seguir su labor y lograr una cierta estabilidad. Aun as¨ª, son muchos los que se aventuran a intentar regresar y lo hacen a trav¨¦s del programa estrella, el Ram¨®n y Cajal, instaurado en 2001 para incorporar a cient¨ªficos de alto nivel, para recuperar cerebros.

Hoy, la penuria es tal que mientras que al principio se convocaban hasta 780 plazas cada a?o para otros tantos cajales, en 2012 no hubo convocatoria y se dej¨® para este a?o la selecci¨®n de solo 175 candidatos.

Mart¨ªnez Santos crey¨® que una de esas 175 plazas tendr¨ªa que ser para ¨¦l, dado su curr¨ªculo. Tres a?os en el Laboratorio Europeo de F¨ªsica de Part¨ªculas (CERN) en Ginebra, ahora en un instituto similar, el Nikhef, en Holanda, y la nominaci¨®n a ese premio que finalmente fue suyo eran las mejores credenciales. La comisi¨®n que eval¨²a a los candidatos para los cajales ha dictaminado, sin embargo, que Mart¨ªnez Santos carece de ¡°liderazgo internacional¡±, lo que ha dejado perplejo al candidato y ha puesto en evidencia el criterio de la comisi¨®n.

La Secretar¨ªa de Estado de Investigaci¨®n del Ministerio de Econom¨ªa, gestora de los cajales, deber¨ªa ofrecer una explicaci¨®n, si bien su metedura de pata tiene la virtud de ser bien expl¨ªcita sobre la lamentable situaci¨®n de la ciencia en Espa?a, que tambi¨¦n esta semana ha dejado sin dinero una investigaci¨®n del Instituto de Qu¨ªmica M¨¦dica sobre el alzh¨¦imer. Mart¨ªnez Santos dice que intentar¨¢ una plaza en otra ocasi¨®n. Un buen amigo le dir¨ªa que su rechazo es solo el principio de las frustraciones que le esperan si lo consigue.