Hugh Laurie se quita la m¨¢scara
Tras terminar el rodaje de ¡®House¡¯, agotado, el famoso actor brit¨¢nico se encontr¨® con tiempo para hacer lo que le viniera en gana. Y se convirti¨® en ¡®bluesman¡¯ Ahora regresa con un nuevo disco de versiones
En lugar de doctor, marinero. As¨ª se presenta hoy Hugh Laurie, el popular Doctor House, ante el p¨²blico. Con su chaqueta azul de almirante y su gorra blanca de plato debajo del brazo. El atuendo adecuado. Estamos en un barco, mejor dicho en el Queen Mary, uno de esos grandes transatl¨¢nticos de otra era ahora atracado en el puerto de Long Beach (EE UU). Lo que quiz¨¢ no es tan adecuado dentro del c¨®digo marinero es su comportamiento, bailecillo de borracho, un trago de bourbon en la mano y la gorra por los aires en cuanto el p¨²blico rompe en aplausos. Pero este es el verdadero Hugh Laurie, alguien que como actor o como m¨²sico lo que quiere es divertirse, pasar un buen rato haciendo lo que le gusta. En cine o en el escenario.
Otros hablar¨¢n de su ¨¦xito, ocho temporadas al frente de esa serie, House, que puso a este brit¨¢nico en el mapa internacional. Tambi¨¦n les corresponder¨¢ a otros hablar de su dinero, su apellido grabado en el Libro Guinness de los r¨¦cords como el actor mejor pagado de la televisi¨®n con una serie dram¨¢tica (303.000 euros por episodio seg¨²n el libro, aunque se llegaron a mencionar en la prensa 530.500). O incluso de su atractivo a los 53 a?os, con el pelo canoso y esa incipiente calvicie, sus dientes de brit¨¢nico y convertido desde hace un par de a?os en el rostro de L¡¯Or¨¦al. De esas caras de Laurie hablar¨¢n otros porque ¨¦l solo quiere charlar de m¨²sica, arte y vida. De m¨¢scaras y hombres. De esa curiosidad que le mueve y de ese reloj que, como si fuera el cocodrilo de Peter Pan, siente en su interior haciendo tictac, tictac. Un sonido que deja de o¨ªr en cuanto se sienta al piano para abrir esta velada musical con St. James Infirmary, la canci¨®n de Louis Armstrong sobre un ¡°marinero que folla un mont¨®n¡±. Pura vida. Al centro y adentro, como parece decir con el vaso antes de echarse el trago de bourbon ¡°con todos los nutrientes para pasar la noche¡± y dejarse llevar durante las dos pr¨®ximas horas con la m¨²sica de su nuevo ¨¢lbum, Didn¡¯t it rain (Warner).
De tener cero ¨¢lbumes a uno fue un salto incre¨ªble. Pero que, pasada la novedad, quisieran un segundo me maravilla¡±
No han pasado ni 24 horas y nos despertamos ante el mismo oc¨¦ano, el Pac¨ªfico, pero en otra orilla, en la playa de Venice. Es de d¨ªa y las notas del blues dejan paso al griter¨ªo de los ni?os. Un sin techo vagabundea por los alrededores del hotel Shutterscon un cartel de ¡°p¨¦ete en mi cara por 5 d¨®lares (hombres 50)¡±. Laurie est¨¢ contemplativo y mucho m¨¢s sobrio, la adrenalina de la m¨²sica regada hoy con agua y con restos de su ¨²ltimo cigarrillo. ¡°Estuvo bien, ?verdad?¡±, pregunta con sus grandes ojos azules muy abiertos. ¡°Todav¨ªa nos estamos tanteando porque hay un nuevo bater¨ªa y adem¨¢s est¨¢ Elisabeth Lea al tromb¨®n. Y la cantante Gaby Moreno. Nuestras chicas¡±, comenta de la nueva alineaci¨®n de su equipo de juego, los Copper Bottom Band, su panda nocturna. Ya no es tan temprano, pero suena como si se estuviera levantando. O como si todav¨ªa no se lo creyera. ¡°Es que es un gran salto, ?no? Vale, de tener cero ¨¢lbumes a tener uno fue un salto incre¨ªble. Pero que, pasada la novedad, quisieran un segundo, me maravilla¡±, afirma disfrutando de su incredulidad. Es brit¨¢nico, educado en Eton y, por tanto, maestro de la falsa modestia. Lo que escuchas de Laurie, adem¨¢s de su marcado acento brit¨¢nico, ese que desaparece en House o cuando canta, es a alguien con una sinceridad que aplasta. Sus dudas, sus pausas, sus ¡°peros¡± bien marcados con los que intenta comentar los dos lados de esa moneda a la que ha dado muchas vueltas. Y, sin embargo, pocos son tan buenos en el arte de mantener su verdadero yo a recaudo.
Porque, como ¨¦l mismo explica con llaneza en esta ma?ana soleada despu¨¦s del primer concierto, ahora que empieza una gira por Europa con su nuevo ¨¢lbum, lo que le llev¨® a la interpretaci¨®n y no a la m¨²sica fue la cobard¨ªa. ¡°Mi teor¨ªa es que muchos actores lo son porque quieren ocultar algo. Y se ponen la m¨¢scara para ser algo m¨¢s de lo que son¡±, comenta. ¡°La m¨²sica es lo opuesto a la interpretaci¨®n. Se trata de despojarte de todo, quedarte expuesto. Y cuando era joven no ten¨ªa la seguridad necesaria. Quer¨ªa esconderme, pretender ser otra persona. Ocultarme tras la m¨¢scara. Hasta que cumpl¨ª los 50¡±, admite.
No est¨¢ en su repertorio, pero ahora ser¨ªa un buen momento para escuchar el Now or never que populariz¨® Elvis Presley. Porque lo que hizo Laurie a los 50 fue dar un salto hacia delante con la publicaci¨®n de su primer ¨¢lbum. Ahora o nunca. ¡°No quise llegar a los 60 y pensar: ¡®Deber¨ªa, podr¨ªa, tendr¨ªa que¡¯. Es un sentimiento horroroso. As¨ª que pens¨¦: ¡®Ahora o nunca¡±, recuerda del nacimiento del Let them talk con el que se recorri¨® el mundo. ¡°Todav¨ªa tengo grabado en la cabeza ese primer concierto, la experiencia m¨¢s terror¨ªfica de mi vida. Mucho m¨¢s que saltar en paraca¨ªdas. Pero tan excitante como solo las cosas buenas deben serlo¡±, recuerda, v¨ªvida, esa primera noche en Hamburgo (Alemania).
Cuando era joven no ten¨ªa la seguridad necesaria. Quer¨ªa esconderme, pretender ser otra persona. Hasta que cumpl¨ª los 50¡±
Es gracioso que hable de quitarse la m¨¢scara cuando el Laurie cantante parece m¨¢s alejado todav¨ªa del Laurie de verdad, cualquiera que sea, de lo que nunca lo estuvo el Laurie actor. Porque ?qu¨¦ hace un blanco brit¨¢nico de mediana edad cantando canciones del blues m¨¢s negro y sure?o que hay, ese que tanto admira y que en muchos casos est¨¢ interpretado por mujeres? ¡°Ah¨ª tienes un punto, porque eso fue lo que m¨¢s me llev¨® a querer hacer un segundo ¨¢lbum. Quer¨ªa que fuera m¨¢s rom¨¢ntico, que tuviera una mayor voz femenina. Porque para m¨ª la m¨²sica es especialmente femenina. Ah¨ª tienes a las grandes estrellas del principio del jazz, Bessie Smith, Ma Rainey, Mamie Smith, Mahalia Jackson. Hablo del jazz o de cualquier otra m¨²sica. Su origen est¨¢ en las madres cuando cantaban a sus hijos y nuestro recuerdo de ser arrullados. Despu¨¦s llegar¨¢ la voz masculina, el rock & roll y todo eso, pero en su origen siempre habr¨¢ una energ¨ªa femenina¡±, pontifica.
Quitarse la m¨¢scara no significa salir del armario, y en Didn¡¯t it rain Laurie cuenta con la presencia de Gaby Moreno, con quien hace un giro hacia el otro sur ba?¨¢ndose en el Mar del Plata y marc¨¢ndose el tango Kiss of fire junto a la joven guatemalteca. Sin dejar de re¨ªrse como lo hizo anoche mientras intentaba (sin mucho ¨¦xito) bailar junto a Moreno, recuerda que la idea le lleg¨® precisamente en Buenos Aires. Le llevaron a ver un espect¨¢culo de tango ¡°probablemente para turistas¡±, pero se qued¨® prendado y quiso incorporar la m¨²sica a su repertorio. De ah¨ª que se decidiera por la versi¨®n de Louis Armstrong que luego populariz¨® Georgia ?Gibbs, ¡°una mezcla de espa?ol e ingl¨¦s, hombre, mujer, tango y swing¡± con la que poder rendir el homenaje. Le pregunto si lo pr¨®ximo ser¨¢ el flamenco. ?l se lo toma en serio. ¡°Eso s¨ª que es dif¨ªcil, aunque en Madrid sent¨ª la misma fascinaci¨®n cuando me llevaron a un tablao. Pero el flamenco es muy dif¨ªcil. No es de este mundo. No es para amateurs¡±.
Nunca oir¨¢s a Laurie decir que es un profesional. Se escudar¨¢ en todo. Sabe piano por las horas que se ha pasado ¡°haciendo cuanto te har¨ªa odiar el piano¡± aunque sin titulaci¨®n de por medio. ¡°Nunca me atrever¨ªa a decir que soy bueno. Que me siento seguro con lo que hago. Ni como m¨²sico, ni como actor. Mi sentimiento es el de un aprendiz¡±, a?ade volviendo a esa modestia suya. La idea de todas formas es clara, en el mundo hay mucha m¨²sica por escuchar y mucha gente por observar como para pensar que no tienes nada que descubrir. ¡°Suele ser el gran error de los actores. Que ya no observan a la gente. Se pasan tanto tiempo en su burbuja que se han olvidado de mirar, de ver¡±, se?ala. Lo dice por experiencia. En el momento m¨¢s ¨¢lgido de su fama, cuando se asfixi¨® con lo que conlleva el ¨¦xito, con una vida familiar repartida entre Londres, donde permanecieron su esposa y sus hijos, y un brutal rodaje en Los ?ngeles. Jornadas seguidas de una persecuci¨®n implacable de fans y paparazis. ¡°Fue mi culpa¡±, se disculpa como ning¨²n otro actor hace. ¡°Yo dej¨¦ que me afectara. Amo House. Me siento orgulloso. Pero su final fue un respiro. Un descanso. Libertad. Por ejemplo, levantarse a las 5.30. A esas horas es cuando se van a la cama los m¨²sicos. Y yo estoy m¨¢s hecho para eso¡±.
Fue culpa m¨ªa. Amo ¡®House¡¯, estoy orgulloso de la serie, pero dej¨¦ que me afectara. Su final fue un respiro¡±
Del futuro no habla. Como dice, solo le preocupa lo que har¨¢ esta tarde. Hay proyectos cinematogr¨¢ficos, s¨ª, como ese Tomorrowland donde ser¨¢ la n¨¦mesis de George Clooney. Y no descarta volver a la televisi¨®n. Lee guiones, pero no tiene prisa. Al menos para volver al trabajo, porque para volver a tocar esta tarde con los Copper Bottom Band es todo o¨ªdos. ¡°Aunque sea ensayar, jugar juntos con alg¨²n tema de Jerry Lee Lewis¡±, a?ade preparando sus dedos. ?Y la composici¨®n? ?No le pica el gusanillo? ?Dejar de versionar y escuchar su propia m¨²sica? ¡°S¨ª, quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa. Pero¡ ?son tantas las canciones geniales que la gente desconoce! Mira la playa. Mira la arena. ?Necesitamos m¨¢s granitos de arena? S¨ª, quiz¨¢, me gustar¨ªa, pero alg¨²n d¨ªa. Mientras, espero que la gente se vaya olvidando un poco de House y se quede la canci¨®n, la emoci¨®n, la historia, su melod¨ªa. Si no, no acabo de entender qu¨¦ sentido tiene que vengan a verme¡±.
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