J¨®venes excelentes: el caso de Diego
Al mejor f¨ªsico joven de Europa, Diego Mart¨ªnez Santos, se le deneg¨® una beca Ram¨®n y Cajal. Esta era la noticia que publicaba hace unos d¨ªas La voz de Galiciay que salt¨® pronto a otros medios de comunicaci¨®n, entre ellos EL PA?S. Adem¨¢s de indignaci¨®n general, el asunto gener¨® algunas malinterpretaciones.
Como codirector de tesis de Diego, me gustar¨ªa aclarar algunos aspectos. El mensaje no era que ¨¦l mereciese m¨¢s la ayuda que aquellos a quienes se le fue otorgada. S¨¦ que hay candidatos con muy alto nivel, y los miembros de los tribunales intentan ser justos. En mi opini¨®n, el programa Ram¨®n y Cajal ha sido muy valioso para la reincorporaci¨®n de cient¨ªficos en Espa?a. Las injusticias en el caso de Diego son de otro tipo.
En primer lugar, el informe de la comisi¨®n indicaba que el premiado ¡°ha alcanzado en su campo un nivel de relevancia internacional algo menor que el de investigadores de edades similares a la suya¡± y ¡°no ha demostrado todav¨ªa claramente capacidad de liderazgo cient¨ªfico¡±. L¨®gicamente, este juicio es err¨®neo. En segundo lugar, Diego y otros j¨®venes excelentes deber¨ªan haber obtenido esta beca pero no la han conseguido porque no se ha convocado un n¨²mero suficiente. Lo mismo va a suceder con las Juan de la Cierva. Los recortes en investigaci¨®n han agravado la ¡°fuga de cerebros¡±. No es un problema menor. No podemos permitir que estos j¨®venes desarrollen su brillante futuro en el extranjero en lugar de en nuestro pa¨ªs. Los perjudicados somos todos.¡ª Jos¨¦ ?ngel Hernando Morata. Profesor de la Universidade de Santiago de Compostela.
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