El futuro de tus hijos depende de la FAO en El Salvador
Formaci¨®n de la FAO enTeozinde, Chalatenango - El Salvador. Foto:@lularoal
Me vinieron a recoger a las 6 de la ma?ana y emprendimos el viaje hacia ¡°poniente¡±. ?bamos a visitar Chalatenango, una regi¨®n del El Salvador lim¨ªtrofe con Honduras. Fue uno de los bastiones del FMLN lo que provoc¨® un ¨¦xodo masivo. En un pa¨ªs que tiene 6 millones de habitantes, en un territorio equivalente al de la Comunidad Valenciana, esta regi¨®n despoblada es una absoluta excepci¨®n.
La FAO aqu¨ª centra su trabajo en favorecer medios de vida sostenibles. Esto que as¨ª contado suena fatal consiste simplemente en promover entre los habitantes de la zona una agricultura sostenible que les permita ser autosuficientes, lo que viene a ser el sue?o de cualquier neorural espa?ol.
Llegamos a Teozinde en Chalatenango y dejamos el pick-up. Tras una breve caminata llegamos a un pueblecito donde ya estaba todo preparado para dar la clase a unas 15 personas que compon¨ªan el grupo de familias demostradoras. Esas familias venidas de toda la regi¨®n son las responsables de recoger el conocimiento para luego transmitirlo a otras familias de la zona que a su vez lo transmiten a otras familias y as¨ª sucesivamente creando una red social f¨ªsica de uso y transmisi¨®n del conocimiento. Con este sistema se benefician ya a m¨¢s de 45.265 familias en todo el territorio salvadore?o.
La clase iba del pl¨¢tano, uno de los productos principales de subsistencia de estas familias. Qu¨¦ es una plaga, qu¨¦ es una enfermedad y como tratar las m¨¢s frecuentes de ellas pero, atentos, ?sin usar productos contaminantes! ?Cu¨¢l no fue mi sorpresa al encontrarme all¨ª perdida entre las monta?as de El Salvador asistiendo a una clase magistral de agricultura ecol¨®gica! Primero lucha integrada, luego siembra combinada usando las leguminosas para proveer de forma natural el aporte de nitr¨®geno* a la tierra y finalmente clase de c¨®mo hacer un abono natural. Emocionada escuchando a Yoalmo Ca?as y mientras recordaba los invernaderos de Almer¨ªa pensaba en lo mucho que tenemos que aprender en este mundo que llamamos desarrollado.
Tomamos unas pupusas, comimos papaya verde con sal y lim¨®n, visitamos unos macrot¨²neles (invernaderos), y volvimos a la capital.
Me enamor¨¦ de la FAO cuando conoc¨ª a Pepe Esquinas y visualice la importancia de esa instituci¨®n trav¨¦s de su trabajo en defensa de los intereses y la soberan¨ªa de los m¨¢s d¨¦biles. Sin embargo esta incursi¨®n al terreno me ha hecho ver una parte del trabajo de la FAO indispensable para las familias salvadore?as pero tambi¨¦n para m¨ª y para ustedes. La maltrecha agricultura mundial sometida la presi¨®n de las grandes multinacionales que comercializan pesticidas, herbicidas, fertilizantes o semillas encuentra en el trabajo de esta gente un enorme espacio de oxigenaci¨®n. Las pr¨¢cticas agr¨ªcolas que impulsa la FAO en El Salvador son las que nos salvar¨ªan de contaminar nuestros suelos y nuestras aguas, de acabar con la diversidad agr¨ªcola y la soberan¨ªa alimentaria y, en definitiva, de destrozar un mundo que ya pertenece a nuestros hijos.
Vivimos unos tiempos en los que la cooperaci¨®n y la solidaridad internacional se cuestionan desde los gobiernos y desde una gran parte de la opini¨®n p¨²blica, muy solidaria para lo cercano pero completamente desinteresada por lo que no le toca directamente. En este contexto, ejemplos como el de la FAO en El Salvador sirven para recordarnos que hay mucha gente luchando por cambiar el modelo mundial y que sumando sus peque?os logros surgir¨¢ nuestra gran victoria.
*corregido de la veris¨®n original
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