Esp¨ªas espiados
La nueva ley sobre los detectives privados debe garantizar el car¨¢cter confidencial de su actividad
Dos esc¨¢ndalos recientes han movido al Gobierno a aprobar, el viernes pasado, un proyecto de ley que someter¨¢ a los detectives privados al control policial de su actividad. Dicho proyecto exigir¨¢ a esos profesionales facilitar al Ministerio del Interior los contratos que firmen con sus clientes y aquel podr¨¢, adem¨¢s, acceder a los informes que se realicen en el transcurso de la investigaci¨®n. El plan gubernamental ha levantado las suspicacias del sector, por considerar que el Gobierno ejercer¨¢ un excesivo control de su actividad y reducir¨¢ la confidencialidad de sus gestiones. Interior ha modificado sustancialmente su primer proyecto para adaptarse a las exigencias de la Agencia de Protecci¨®n de Datos, accediendo, por ejemplo, a los contratos exentos de esos datos de car¨¢cter personal que podr¨ªan disuadir al potencial cliente de acudir a un detective privado.
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Los dos esc¨¢ndalos que han animado al Gobierno en este asunto son la llamada Operaci¨®n Pitiusa, una amplia trama de informantes en la Administraci¨®n que vend¨ªan datos a los detectives y en la que ya hay m¨¢s de 150 imputados, y el caso de M¨¦todo 3, la agencia que someti¨® a escuchas ilegales a pol¨ªticos catalanes, entre ellos la presidenta del PP en Catalu?a, Alicia S¨¢nchez-Camacho. En ambos casos hay indicios claros de un espionaje ilegal ya penalizado en el marco normativo. Es, por tanto, discutible la necesidad de una nueva ley para atajar los abusos, m¨¢xime cuando ya existe la colaboraci¨®n en este ¨¢mbito entre lo p¨²blico y lo privado. Es de esperar, no obstante, que los nuevos requisitos reduzcan dichos abusos y que el tr¨¢mite parlamentario refuerce el car¨¢cter confidencial de esta actividad privada. De otro modo, se dar¨ªa la raz¨®n a quienes temen que el proyecto solo logre ampliar la informaci¨®n del Gobierno desprotegiendo el derecho a la privacidad de los ciudadanos y da?ando de paso al sector profesional implicado.
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