La crisis siria se desborda hacia Turqu¨ªa
En el centro de la estrategia de Erdogan de combinar islam y democracia m¨¢s crecimiento e influencia regional estaba una ¨ªntima relaci¨®n con el r¨¦gimen de Bachar el Asad. Ahora la cat¨¢strofe llega a sus puertas
Durante este mes de junio, el malestar en Turqu¨ªa no solo han zarandeado la fama de todopoderoso del primer ministro Tayyip Erdogan sino que tambi¨¦n han desviado la atenci¨®n de un costoso y en ocasiones violento problema que se cierne sobre el pa¨ªs: el de su frontera meridional con Siria.
En el ¨²ltimo tramo de la d¨¦cada de 2000, Turqu¨ªa se pas¨® el tiempo esperando que el boom econ¨®mico, el prestigio de su combativo primer ministro Erdogan y la oleada de admiraci¨®n regional que despertaba la exitosa combinaci¨®n de islam y democracia le reportaran influencia y beneficios en Oriente Pr¨®ximo.
En el centro de esta estrategia estaba una ¨ªntima relaci¨®n con el r¨¦gimen sirio de Bachar el Asad, paradigma de la pol¨ªtica de ¡°cero problemas¡± turca. Los dos pa¨ªses firmaron acuerdos mod¨¦licos sobre exenci¨®n de visados para viajar, libre comercio e integraci¨®n de infraestructuras. En las cumbres, sus mandatarios se presentaban con la mitad de sus Gobiernos. Los Asad llegaron incluso a almorzar con los Erdogan en v¨ªsperas de sus vacaciones de 2008 en la riviera turca.
Ahora la cat¨¢strofe siria ha ca¨ªdo de lleno a la puerta de Turqu¨ªa: hay 450.000 refugiados y la ONU pronostica que ser¨¢n el doble al finalizar este a?o; atender a esa marea conlleva una factura ¡ªcreciente¡ª de mil millones de d¨®lares, de la que solo una d¨¦cima parte est¨¢ cubierta por los donantes extranjeros, y las tensiones en la frontera aumentan. A comienzos de mayo, las explosiones de coches-bomba en una localidad fronteriza turca, importante por ser centro de acogida de refugiados sirios y por alojar oficinas de la oposici¨®n del pa¨ªs vecino, causaron 52 muertos. Desde abril, las fuerzas a¨¦reas de Siria han bombardeado en dos ocasiones posiciones cercanas a un importante paso fronterizo turco, segando la vida de siete sirios, hiriendo a otras 100 personas y causando da?os en un almac¨¦n y una base de la oposici¨®n. En mayo, en otro paso fronterizo, los sirios se amotinaron cuando se les impidi¨® el paso, dispararon y mataron a un polic¨ªa turco, hirieron a otras once personas y quemaron edificios y veh¨ªculos.
El incremento de la inestabilidad regional desde 2010 tambi¨¦n ha perjudicado a la posici¨®n de Turqu¨ªa en Oriente Pr¨®ximo. La guerra en Libia afect¨® muy negativamente a los contratos que Turqu¨ªa hab¨ªa firmado en el pa¨ªs. Para los mercados regionales, la p¨¦rdida de las rutas que utilizaban los camiones en Siria ha venido a unirse a la inutilizaci¨®n de las rutas iraqu¨ªes. El respaldo de Ankara a los grupos de oposici¨®n armada sirios ha alimentado una percepci¨®n negativa: la de un pa¨ªs que no solo act¨²a como un aspirante a potencia hegem¨®nica sun¨ª sino que tambi¨¦n toma partido dentro del mundo ¨¢rabe no chi¨ª. Para los analistas ¨¢rabes e iran¨ªes, Ankara, con una actitud soberbia, est¨¢ intentando imponer un modelo de dominio regional de cu?o otomano.
Hay ahora 450.000 refugiados y la ONU pronostica que ser¨¢n el doble al finalizar este a?o
Est¨¢ claro que la culpa principal del embrollo en Oriente Pr¨®ximo no la tiene Turqu¨ªa, aunque algunas de su pol¨ªticas s¨ª han empeorado las cosas. Cuando sus esperanzas en la regi¨®n alcanzaban su punto culminante ¡ªacompa?adas verdaderamente de un incremento sustancial del comercio con una zona que absorbe un cuarto de las exportaciones turcas-, Turqu¨ªa desair¨® sistem¨¢ticamente a su mayor inversor y principal socio comercial: la UE, con la que desde 2005 negocia para poder formar parte de ella. En busca de popularidad interna y regional, Erdogan lanz¨® apasionados ataques contra Israel, pero de camino perdi¨® su valiosa imagen de ¨¢rbitro regional. Adem¨¢s, la intensidad con la que cambi¨® de pol¨ªtica para pedir en agosto de 2011 la destituci¨®n de Asad dej¨® a Turqu¨ªa en un callej¨®n sin salida.
En la actualidad, Ankara est¨¢ cambiando de rumbo en algunos aspectos. Al iniciarse la guerra en Siria, Turqu¨ªa se apresur¨® a calmar la inquietud popular aceptando que sus socios de la OTAN le proporcionaran misiles Patriot. Despu¨¦s de a?os de marear la perdiz en sus relaciones con la UE, ahora Erdogan visita con m¨¢s frecuencia sus Estados miembros, impulsando suavemente unas negociaciones de acceso empantanadas desde 2007. Ha dado a entender que ve una ¡°oportunidad¡± de avanzar hacia un acuerdo sobre el dividido Chipre y sus ministros han alabado la posibilidad de que se construya un gasoducto entre Israel, Chipre y Turqu¨ªa. En v¨ªsperas de su viaje a Washington del 16 de mayo, y bajo presiones estadounidenses, Erdogan tambi¨¦n remend¨® parcialmente su relaci¨®n con Israel, aceptando sus disculpas por el asesinato en 2010 de ocho ciudadanos turcos y turco-estadounidenses que intentaban llevar ayuda a los palestinos de Gaza.
Sin embargo, mucho queda por hacer para solucionar el desbordamiento hacia las fronteras turcas de la crisis siria. Los principales donantes occidentales deber¨ªan ser mucho m¨¢s generosos con Turqu¨ªa y colaborar eficazmente con sus organizaciones humanitarias. Pero Ankara tambi¨¦n tiene que racionalizar los tr¨¢mites para permitir el trabajo de acreditadas ONG internacionales. Poco puede quejarse Turqu¨ªa de falta de apoyo occidental, porque, dos a?os despu¨¦s de iniciarse la crisis, solo ha permitido actuar legalmente a tres organizaciones.
Tambi¨¦n resulta dif¨ªcil llegar a los muchos necesitados que hay dentro de Siria cuando las potencias extranjeras no est¨¢n dispuestas o no pueden crear una zona de seguridad. Damasco se niega a permitir la provisi¨®n de mercanc¨ªas que no haya controlado y ha puesto muchas dificultades burocr¨¢ticas a las organizaciones humanitarias. Las zonas controladas por la oposici¨®n tampoco son seguras para los extranjeros, ya que el r¨¦gimen sirio ataca objetivos civiles.
La pretensi¨®n de convertir el credo sun¨ª en un elemento pol¨ªtico esencial es un factor de tensi¨®n
Hay iniciativas innovadoras de env¨ªo de ayuda al ¡°punto cero¡± de la frontera turco-siria que merecen atenci¨®n y que habr¨ªa que ampliar. Los expertos en atenci¨®n humanitaria destacados en la regi¨®n informan de que en cierta medida los sirios se est¨¢n especializando en documentar y filmar situaciones que demuestran que la ayuda llega a las manos adecuadas. Sin embargo, el sistema sigue siendo limitado e insuficiente para por los menos tres millones de sirios que habitan zonas controladas por los rebeldes.
Otro de los problemas de Turqu¨ªa es la insistencia de su Gobierno en la religi¨®n. No cabe duda de que Turqu¨ªa es un importante Estado sun¨ª y tambi¨¦n progresista, pero la pretensi¨®n de convertir ese credo en un elemento pol¨ªtico esencial es ahora un factor de tensi¨®n y polarizaci¨®n, para la regi¨®n y para el diez por ciento de alev¨ªes heterodoxos que incluye la poblaci¨®n turca. El miedo que suscita la amenaza isl¨¢mica tambi¨¦n ha sido un importante catalizador para que los turcos laicos se lanzaran a las calles durante los incidentes de junio. Turqu¨ªa ya tiene una larga experiencia de rivalidad regional con Ir¨¢n, pero deber¨ªa esforzarse por evitar una innecesaria agudizaci¨®n de tensiones, que podr¨ªa derivar en enfrentamientos por poderes en Siria o Irak. Los nuevos campos de refugiados deber¨ªan estar bastante alejados de la frontera para no dar la impresi¨®n de que se utilizan como bases en la retaguardia.
Siria es ya un Estado fallido y Turqu¨ªa, al margen de los errores que haya cometido durante los recientes disturbios, es una pujante y pr¨®spera democracia que necesita defender todo lo que podr¨ªa perder. Puede que el conflicto sirio entre en una escalada todav¨ªa mayor y hasta ahora la crisis ha demostrado que Turqu¨ªa no tiene capacidad para imponer una soluci¨®n, ni diplom¨¢tica ni militar. Aunque el mundo haga m¨¢s por armar a la oposici¨®n de Siria, no parece probable que de ese modo se derroque a Asad. Por eso, Ankara har¨ªa bien en abandonar las ilusiones que alberga sobre una r¨¢pida resoluci¨®n de la cat¨¢strofe siria y pasar a defender sus intereses vitales con una ret¨®rica m¨¢s sosegada, seguir reconstruyendo sus deshilachadas relaciones con sus aliados occidentales tradicionales y adoptar una estrategia realista para el medio plazo, que la sit¨²e equilibradamente en su posici¨®n natural entre el este y el oeste.
Hugh Pope es director del proyecto Turqu¨ªa / Chipre del International Crisis Group. Ha escrito, entre otros libros, Turkey Unveiled: A History of Modern Turkey.
Traducci¨®n de Jes¨²s Cu¨¦llar Menezo
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