Cupido en la red
La mitad de los solteros espa?oles buscan una relaci¨®n por Internet, donde es f¨¢cil confundir sexo con amor. Los expertos aconsejan salir cuanto antes de la cita digital al mundo real
"Agotamiento¡± es la palabra. Tras ires y venires por portales de b¨²squeda de pareja, la gente se confiesa agotada. Y no es que no salgan historias de amor y relaciones s¨®lidas de esos lugares de Dios, todos conocemos a alguien con suerte. Pero a¨²n no es la norma. A pesar de que portales como Meetic, con una base de datos de 11 millones de usuarios en Espa?a, aseguran que cada d¨ªa se forman 42 parejas gracias a sus ma?as, los usuarios no lo tienen tan claro. Los que quer¨ªan conocer gente est¨¢n contentos; los que quer¨ªan alegrar su vida sexual, tambi¨¦n. Los que buscaban desesperadamente a su media naranja, despu¨¦s de un tiempo de solaz esparcimiento, est¨¢n cansados.
Todos reconocen que hay que estar en Internet. ¡°Es ah¨ª donde est¨¢ el mercado, los que buscan pareja se encuentran sentados frente al ordenador esperando el flechazo¡±, dice Mariela Michelena, psicoanalista y autora del libro Me cuesta tanto olvidarte (La Esfera de los Libros). Oficialmente, y citamos cifras del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, la mitad de los solteros espa?oles est¨¢n en Inter??net buscando pareja. Lo mismo ocurre en EE UU, donde, seg¨²n una encuesta de la Universidad de Rochester, el online dating es el segundo modo m¨¢s frecuente de emparejarse. El primero sigue siendo el amigo de un amigo que te presentan un d¨ªa cualquiera.
En Espa?a hay m¨¢s de 15 millones de solteros mayores de 20 a?os (datos del INE de 2012). Unos buscan pareja, otros no. Pero el asunto del apareamiento es tan peliagudo que los intelectuales de La Sorbona lo han declarado objeto de estudio. Uno de ellos, el soci¨®logo Jean-Claude Kaufmann, ha dedicado 30 a?os a investigar la pareja humana. ¡°Internet ha cambiado bruscamente las reglas del juego, y necesitamos saber c¨®mo funciona. Es urgente¡±. En su libro Love online afirma que siempre tuvimos ayuda para encontrar pareja ¨Clos padres, la familia, los amigos¨C, ¡°ahora nos las tenemos que arreglar solos. Tenemos m¨¢s libertad y autonom¨ªa en nuestra vida rom¨¢ntica, pero los objetivos no son los mismos para todos: la monogamia y el matrimonio ya no son las aspiraciones fundamentales. El sexo, reconfigurado como una actividad de ocio que implique la m¨¢xima cantidad de placer al m¨ªnimo coste de compromiso, es para muchos una meta m¨¢s deseable¡±. Estos portales han acelerado la confusi¨®n entre el sexo y el amor, sostiene el soci¨®logo: ¡°El problema es que queremos los dos sin darnos cuenta de que no son lo mismo¡±.
Uno de los m¨¢s cr¨ªticos es Alain Badiou, fil¨®sofo franc¨¦s y hegeliano que sostiene que los sitios de b¨²squeda de pareja en Internet est¨¢n destruyendo ¡°nuestro ideal m¨¢s rom¨¢ntico, eso que llam¨¢bamos amor¡±. En su libro In praise of love explica que el principal problema es que venden la idea de que el amor online ¡°est¨¢ herm¨¦ticamente sellado a la decepci¨®n¡±. Y para ilustrar su teor¨ªa cita los esl¨®ganes publicitarios de un conocido portal: Have love without risk (encuentra el amor sin riesgos), One can be in love without falling in love (uno se puede enamorar sin estar perdidamente enamorado), You can be perfectly in love without having to suffer (se puede estar perfectamente enamorado sin tener que sufrir). Para Badiou, estas promesas son similares a las que te ofrecer¨ªa una agencia de seguros de coche, y el amor ¨Cdice¨C ¡°es riesgo y aventura, no confort y seguridad¡±.
Los portales de citas est¨¢n destruyendo nuestro ideal m¨¢s rom¨¢ntico" Alain Badiou (fil¨®sofo)
Desde su consulta en Madrid, Mariela Michelena est¨¢ en condiciones de asegurar rotundamente que s¨ª se consigue pareja en Internet. ¡°Pero no a la primera. Ligar es un trabajo como cualquier otro¡±. Ella detecta dos problemas: la multitarea ¨C¡°chatear con cuatro a la vez no va a resultar, no se puede estar involucrado sentimentalmente en muchas historias¡±¨C y la sobreoferta ¨C ¡°siempre existe la ilusi¨®n de que hay otro mejor. En realidad es un falso exceso de oferta, no todo el mundo est¨¢ dispuesto a formar pareja de la manera en que a uno le gustar¨ªa¡±.
Pero ni siquiera los cr¨ªticos m¨¢s radicales recomiendan renunciar a Internet. Una revisi¨®n de varios estudios, cuyos autores aseguran no tener ning¨²n v¨ªnculo financiero con las empresas que ofrecen estos servicios, resume como conclusi¨®n final: ¡°Lo m¨¢s inteligente es usar los sitios online para salir a la realidad offline¡±. El autor principal, Eli Finkel, concede que esta modalidad de apareamiento es muy ¨²til para personas que tienen ¡°oportunidades limitadas de conocer gente disponible¡±, y que tiene la ventaja de poner en contacto a personas que est¨¢n buscando una relaci¨®n. Sin embargo, este acad¨¦mico de la Universidad de Northwestern cree que es ¡°realmente dif¨ªcil predecir que va a saltar la chispa con alguien a partir de datos como la altura, el peso, la edad o la profesi¨®n¡±. Tampoco se cree los tests de compatibilidad que ofrecen parejas potencialmente compatibles. ¡°Los algoritmos matem¨¢ticos que emplean se basan en las similitudes entre dos personas, pero los resultados de las investigaciones no dicen que parecerse mucho a la pareja favorezca una relaci¨®n larga. M¨¢s bien lo contrario¡±.
Su recomendaci¨®n es escoger candidato y salir cuanto antes al mundo real: ¡°Use los perfiles para encontrar gente que le parezca atractiva e interesante¡±. ¡°Intente conocer relativamente r¨¢pido a esa persona en un sitio p¨²blico para comprobar si salta la chispa o no, hasta hoy no hay sustituto para el cara a cara¡±. ¡°Si no funciona, repita el procedimiento¡±. Palabra de experto.
Una historia de amor (y de ingenier¨ªa de datos)
Despu¨¦s de tres a?os en Match.com y Jdate (un portal para citas entre jud¨ªos), Amy Webb (treinta y algo) estaba cansada de encuentros fallidos. Entonces lleg¨® a la conclusi¨®n de que su perfil estaba atrayendo al hombre incorrecto. Como CEO de una agencia de estrategia digital pens¨® que ten¨ªa que sacar ventaja de sus conocimientos y puso en marcha una verdadera estrategia de ingenier¨ªa de datos. Cre¨® 10 perfiles masculinos y se dedic¨® a interactuar con las mujeres que se atrev¨ªan a pedir citas con estos hombres alfa. Lo hizo con 96 mujeres y catalog¨® su comportamiento, ¡°simplemente quer¨ªa aprender de la competencia¡±. Esto fue lo que descubri¨® sobre las chicas populares:
- Usaban un lenguaje aspiracional, algo as¨ª como: ¡°Me gustar¨ªa viajar¡¡± o ¡°Mi gran ambici¨®n es¡¡±. Sus descripciones eran cortas y gen¨¦ricas y ment¨ªan sobre algunas caracter¨ªsticas f¨ªsicas.
- ?Sus perfiles estaban redactados en un tono informal y espont¨¢neo. Amy entendi¨® que el suyo era muy estirado y profesional, casi un cu?rr¨ªculo, y dej¨® su perfil en 500 palabras que dec¨ªan lo justo.
- Mostraban de tres a cinco fotos en su galer¨ªa. Cuando publicaban m¨¢s de cinco, el inter¨¦s empezaba a decaer, seg¨²n el an¨¢lisis de datos.
- ?Solo mencionaban sus hobbies si no eran muy raros. Por ejemplo, Amy era cintur¨®n negro de aikido y esto solo le trajo problemas y bromas.
- Casi nunca citaban su trabajo, especialmente si ten¨ªan una carrera profesional sorprendente. Seg¨²n las investigaciones de Amy, los hombres no se sent¨ªan atra¨ªdos por posibles competidoras.
Con estos y otros datos se cre¨® un superperfil y consigui¨® m¨¢s de 60 flechazos a la primera. Su experimento se ha publicado en el libro ¡®Data, a love story: how I gamed online dating to meet my match¡¯.
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