Cuando el matrimonio es un castigo... y el cine lo cuenta
Autora invitada: Laura Casielles (*)
M¨¢s de un a?o despu¨¦s de la muerte de Amina, las familias, los jueces y la sociedad siguen sin ponerse de acuerdo sobre los detalles de lo que ocurri¨® en aquellos d¨ªas de marzo. Pero algunos hechos parecen incontestables: Amina acus¨® a un hombre de haberla violado; por consejo judicial las familias de ambos concertaron su matrimonio; meses despu¨¦s, Amina se desplom¨® un d¨ªa en la carretera que une la aldea de su familia con la de su marido; los m¨¦dicos que confirmaron su muerte dictaminaron que la causa era haber ingerido enormes cantidades de matarratas. A partir de ah¨ª, las versiones difieren: la familia Filali afirma que se trat¨® de una violaci¨®n y que la casaron para salvar su honor, la del acusado defiende que los dos j¨®venes eran pareja y sus relaciones, consentidas. Sea cual sea la versi¨®n cierta, hay un lugar al que todas apuntan: la situaci¨®n de discriminaci¨®n y desamparo en la que se encontraba Amina, por ser mujer, frente al hombre con quien no quer¨ªa casarse, y que a d¨ªa de hoy no ha sido investigado por estos hechos.
En los meses siguientes a su muerte, se desvelaron otros casos similares, y se pusieron de relieve algunas de las injusticias y violencias a las que se enfrentan las mujeres marroqu¨ªes. La Mudawana, el C¨®digo de Familia que el r¨¦gimen de Mohamed VI presenta como uno de los m¨¢s avanzados de la regi¨®n, mostraba su env¨¦s m¨¢s oscuro. Los representantes del Estado, interpelados, negaron la mayor: Bassima Haqqaoui ¨Cministra de Familia y Asuntos Sociales y ¨²nica mujer del gobierno del partido islamista dem¨®crata PJD¨C insisti¨® en poner en duda que se hubiese tratado de una violaci¨®n; mientras que el Ministro de Justicia, Mustapha Ramid, se aferr¨® a que la ley se hab¨ªa cumplido a la perfecci¨®n, sin dar chance a preguntarse si tal ley era justa. Sin embargo, el Parlamento tuvo que acabar cediendo ante las presiones ciudadanas: en enero de este a?o se aprob¨® una reforma que tiene por objetivo abolir el art¨ªculo 475 y endurecer las penas a los violadores.
El documental 475 estaba para entonces cerrado y no pudo incluir esta reforma, pero, a¨²n as¨ª, ya apuntaba al debate que habr¨ªa de seguir: medidas como esta son evidentemente positivas, pero no suficientes. Lo que esta pel¨ªcula ¨Cque lleva por subt¨ªtulo Cuando el matrimonio se convierte en un castigo¨C deja ver es que el problema no se reduce a una disposici¨®n legal. El fondo del drama de Amina no es el art¨ªculo 475, sino toda una estructura social, de poder y de costumbres que hace a las mujeres vulnerables a la violencia y les imposibilita hacerle frente.
As¨ª que es como un acto de "activismo y de feminismo", como se refiere a su proyecto el joven director de la pel¨ªcula, Nadir Bouhmouch, un estudiante de cine que se embarc¨® en el rodaje durante sus vacaciones de verano.
"Decid¨ª rodarla porque me impresion¨® descubrir que semejante ley pudiera existir en Marruecos. Quer¨ªa saber m¨¢s y hacerla era una buena manera de averiguar la verdad por m¨ª mismo. Tambi¨¦n quer¨ªa que fuera sobre los derechos de las mujeres porque el movimiento 20 de Febrero no parec¨ªa estar tratando ese tema". Un tema que, seg¨²n comprobaron al empezar a indagar y a grabar, ten¨ªa muchos m¨¢s recovecos y complicaciones de los que hab¨ªa mostrado la versi¨®n oficial.
Al llegar a la aldea de los Filali, descubrieron otros cuatro casos de supuesta violaci¨®n de menores y consiguiente matrimonio "reparador": uno de ellos, el de Shoua, la segunda mujer del propio padre de Amina. "Aunque no nos lo esper¨¢bamos para nada, ella decidi¨® contarnos su historia", recuerda Bouhmouch. "Ah¨ª tomamos verdadera conciencia de la amplitud de este fen¨®meno en Marruecos. Estuvimos debatiendo toda la noche, hasta el amanecer, porque este descubrimiento nos obligaba a reconsiderar la historia por completo. Pusimos toda la pel¨ªcula en cuesti¨®n y finalmente decidimos seguir adelante".
El proyecto, sin embargo, hab¨ªa cambiado. Ahora ya no era solo un intento de restituir la verdad sobre Amina, sino de mostrar que hab¨ªa muchas Aminas. Mostrar esa realidad rural muy desfavorecida que se encontraron al ir a hablar con su familia, y que tan poco ten¨ªa que ver con el Rabat de los parlamentarios encorbatados que discut¨ªan su caso en televisi¨®n. Estudiar unas leyes que, como se?ala una experta en el documental, "no protegen a las mujeres, sino a sus familias; protegen el honor, y no a las chicas". Indagar en las bases sociales y culturales de la violencia contra las mujeres y en c¨®mo se relacionan con otras formas de opresi¨®n y de represi¨®n.
As¨ª, aunque se centra en el caso de Amina, el documental se refiere tambi¨¦n a otros, de muy distintas caracter¨ªsticas. Est¨¢ la historia de Fadua Larui, que se prendi¨® fuego en protesta cuando se le neg¨® una vivienda de protecci¨®n oficial por ser madre soltera. Est¨¢n todas las historias, complejas de desentra?ar, del Festival de las Bodas de Imilchil, un evento a caballo entre la leyenda y el mercado en el que se re¨²nen cada a?o las tribus n¨®madas de una zona monta?osa del sur para oficiar sus matrimonios entre sus j¨®venes, y sobre el que desde hace a?os apunta la sospecha de que algunos puedan ser de hecho muy j¨®venes, mucho m¨¢s de lo que permite la ley. Pero tambi¨¦n los casos que recuerdan que la discriminaci¨®n y la violencia no solo afectan a las mujeres de los contextos m¨¢s desfavorecidos, sino que la opresi¨®n patriarcal est¨¢ presente, de distintas maneras, en todas las capas e interacciones sociales. La propia asistente de direcci¨®n del documental, Houda Lamqaddam, ha contado p¨²blicamente que fue violada a los 17 a?os, dando inicio a una campa?a de visibilizaci¨®n basada en un objetivo que quiz¨¢ parece m¨¢s sencillo de lo que en realidad es: que las v¨ªctimas no se culpen a s¨ª mismas.
Por supuesto, hablar de estos temas tiene sus complicaciones. Esta es la segunda pel¨ªcula de Nadir Bouhmouch. La primera, My Makhzen and me (Mi Majz¨¦n y yo), era otro documental, en aquel caso sobre el movimiento ciudadano 20 de febrero, que en 2011 sac¨® a miles de ciudadanos marroqu¨ªes a las calles para protestar por los abusos y enga?os de un Gobierno ante el que no estaban dispuestos a seguir callando. Despu¨¦s de aquella experiencia, Bouhmouch ya sab¨ªa que grabar un filme contestatario en su pa¨ªs no iba a ser tarea f¨¢cil. As¨ª que, con un equipo reducido pero de confianza, opt¨® por moverse desde los m¨¢rgenes. "Para hacer una pel¨ªcula en Marruecos", explica, "es necesario conseguir una autorizaci¨®n del Centro Cinematogr¨¢fico Marroqu¨ª, y para conseguir una autorizaci¨®n tienes que ser una productora aprobada por el Gobierno. No creemos en esta instituci¨®n, que act¨²a como un brazo de la censura. Si le pedimos autorizaci¨®n estaremos reconoci¨¦ndola y d¨¢ndole legitimaci¨®n. As¨ª que decidimos no pedirla, con el objetivo de poner en cuesti¨®n a esta instituci¨®n, decirles que no sirven de nada y que son un obst¨¢culo para la libertad de expresi¨®n". Con ese acto inicial de disconformidad que la hac¨ªa ilegal a los ojos del Estado, la pel¨ªcula en s¨ª misma se convirti¨® en un acto de desobediencia civil.
Adem¨¢s, fue el primer proyecto marroqu¨ª que se financi¨® mediante crowfunding: todos sus gastos han sido sufragados por los 7.000 d¨®lares que el equipo consigui¨® mediante una petici¨®n en Kickstarter. La producci¨®n y distribuci¨®n ha seguido tambi¨¦n las leyes no escritas del underground: se puede ver libremente en la red; aunque tambi¨¦n se realizan proyecciones en cualesquiera lugares del mundo en los que alguien tome la iniciativa de organizarlas, con la idea de que se conviertan en nodos de debate y reflexi¨®n. En todo caso, la tarea emprendida tampoco termin¨® con su montaje: el equipo mantiene cuentas en Facebook y Twitter desde las que comparten toda clase de informaci¨®n relacionada con la violencia contra las mujeres en Marruecos y la regi¨®n ¨¢rabe, en un intento de continuar con su labor de concienciaci¨®n y activismo.
Y es que la obra y todo lo que la rodea parecen ser m¨¢s que nada una propuesta pr¨¢ctica de que las cosas siempre se pueden contar de otra forma. A lo largo de todo el documental, una voz en off va hilando las entrevistas y declaraciones con un poema: "Qadiyat Ightisab" (La cuesti¨®n de la violaci¨®n). En ¨¦l, Aziza Zrouel revisa, en versos compuestos a la manera tradicional, la historia de Amina, narr¨¢ndola como si fuera un cuento, una leyenda contempor¨¢nea que se pone expl¨ªcitamente en contraste con otras historias del imaginario colectivo en las que late un inconsciente lleno de machismo y represi¨®n. Esa es la propuesta: nuevas voces y palabras, un nuevo relato, para no seguir repitiendo, una y otra vez, las mismas viejas y terribles historias.
Nota 1: la pel¨ªcula puede verse completa en la p¨¢gina web del proyecto, en ingl¨¦s o en dariya (¨¢rabe marroqu¨ª). Los responsables del proyecto prometen que pronto incorporar¨¢n subt¨ªtulos en otros idiomas, entre ellos el espa?ol.
(*) Laura Casielles es periodista y escritora y forma parte de AISH, medio de informaci¨®n sobre el mundo ¨¢rabe.
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