Y nosotros en medio
A lo mejor disimulan, pero el fastidio parece aut¨¦ntico. El problema es que cada uno tiene sus intereses geoestrat¨¦gicos y que usted y yo podemos ser achicharrados si se ponen de acuerdo
Se queda uno mir¨¢ndolos y se pregunta si el gesto de fastidio es aut¨¦ntico o para hacernos creer que se llevan mal. El caso es que si se pusieran de acuerdo en achicharrarnos a usted o a m¨ª, apenas se escuchar¨ªa un chisporroteo, como cuando se abrasa una mariposa en una bombilla hal¨®gena. Obama dispone de la clavija que representa el lado positivo porque todo lo que ha hecho en la vida ha sido producto de la autoayuda (Yes, I can). Por la clavija de Putin, en cambio, discurre la electricidad de signo negativo, qu¨¦ le vamos a hacer, es su car¨¢cter. Ha llegado desde el rencor, que es la autoayuda inversa. El yin y el yang, el arriba y el abajo, la fregona y el cubo, el recogedor y la escoba¡
Dicho esto, cada uno tiene sus cosas, es decir, sus intereses geoestrat¨¦gicos, de los que depende a la vez la integridad f¨ªsica de todos nosotros. Si tienes intereses geoestrat¨¦gicos, no necesitas otra cosa, ni moral privada, ni ¨¦tica p¨²blica, ni buenos o malos sentimientos, ni consejeros ¨¢ulicos, signifique lo que signifique ¨¢ulico. Los intereses geoestrat¨¦gicos son un fuente inagotable de sentido. Te se?alan el camino, te hablan. Ahora, por ejemplo, conviene espiar la correspondencia, aqu¨ª conviene mantener Guant¨¢namo, all¨ª es preciso abrir cuatro c¨¢rceles secretas y siete centros de tortura clandestinos, m¨¢s all¨¢ deber¨ªamos gasear a la poblaci¨®n civil con productos qu¨ªmicos¡ Los intereses geoestrat¨¦gicos son la mejor pr¨®tesis para sustituir la ausencia de alma. He aqu¨ª dos de esas pr¨®tesis cag¨¢ndose, descorbatadas, la una en la otra. Y nosotros en medio.
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