Esperando al cr¨¦dito¡
La banca comete el mismo error que en la burbuja, pero al rev¨¦s: no prestar a nadie
La escena ¡ªver¨ªdica¡ª tiene lugar durante una reuni¨®n del Consejo de Administraci¨®n de una pyme espa?ola. Lo extraordinario es que es una empresa que va bien, que exporta el 80% de su producci¨®n a 40 pa¨ªses del mundo, que invierte en I+D y logra patentar sus innovaciones, que est¨¢ al d¨ªa con Hacienda y la Seguridad Social. La pyme en cuesti¨®n ha tenido siempre beneficios, no solo en las ¨¦pocas de vacas gordas, sino tambi¨¦n en los ¨²ltimos cinco a?os, y las perspectivas son que contin¨²e haci¨¦ndolo en el futuro. Ha cumplido siempre y sigue cumpliendo con los pagos de su deuda, no muy voluminosa¡ pero este es, parad¨®jicamente, absurdamente, uno de sus problemas.
En el orden del d¨ªa, un ¨²nico tema: las dificultades que encuentra la empresa para obtener financiaci¨®n. No busca m¨¢s cr¨¦dito, s¨®lo quiere mantener el que ya tiene. El consejero delegado expone la situaci¨®n con crudeza: "Estamos ante un momento delicado. En los ¨²ltimos dos meses, tres bancos nos han anunciado que no renovar¨¢n las p¨®lizas de cr¨¦dito que tenemos con ellos. Son dos millones de euros con los que cont¨¢bamos para el circulante. A finales de julio nos vence otra l¨ªnea de tesorer¨ªa, de tres millones de euros, y en octubre otra de un mill¨®n. Si no logramos renovar estas dos ¨²ltimas, sufriremos¡¡±. ?Qu¨¦ hacer?
Interviene el director financiero, un profesional muy metido en la jerga del gremio: ¡°Hemos mirado alternativas a la financiaci¨®n bancaria, buscando un trade off entre coste y seguridad. Podr¨ªamos obtener deuda mezzanine por la cantidad que buscamos, pero con unos plazos de amortizaci¨®n mucho mayores que los que necesitamos y un inter¨¦s del 12% aproximadamente. Por otro lado, un fondo de deuda senior nos ha ofrecido financiaci¨®n a plazos menores y a un tipo tambi¨¦n menor, del 10%, pero el ticket debe rondar los 20 millones de euros, mucho m¨¢s de lo que necesitamos. En uno y otro caso, calculamos que el sobrecoste de la financiaci¨®n podr¨ªa suponer hasta un 40% de los resultados de los pr¨®ximos a?os¡¡±.
La ¨²nica forma de que el banco se avenga a renovar las p¨®lizas, pues sabe que si no lo hace, puede perder mucho, es instar el preconcurso de acreedores
Empieza entonces la discusi¨®n, como siempre en estos casos, un poco ca¨®tica. Un consejero empieza preguntando si queda margen para negociar con los bancos. ¡°Apenas ninguno. El problema no est¨¢ en la sucursal con la que tratamos habitualmente, que nos conoce y no tiene dudas sobre la operaci¨®n, sino en la delegaci¨®n territorial, que tiene ¨®rdenes estrictas de no renovar p¨®lizas a empresas que act¨²an en determinados sectores, aunque vayan bien. Son ¨®rdenes tan tajantes, desde la central, que hemos pedido ver al delegado territorial y no ha querido ni recibirnos¡¡±, responde el consejero delegado.
Otro consejero, m¨¢s aguerrido, propone hacer presi¨®n sobre los bancos. La respuesta del director financiero es sibilina: ¡°Existe una posibilidad perversa, y es que instemos un preconcurso de acreedores. Algunos expertos del sector nos lo han aconsejado. Es la ¨²nica forma de que el banco se avenga a renovar las p¨®lizas, pues sabe que si no lo hace, puede perder mucho. Sabemos que a empresas de nuestro sector que est¨¢n pr¨¢cticamente quebradas, los bancos les est¨¢n renovando las p¨®lizas precisamente por este motivo. Ah, y son estas empresas las que est¨¢n hundiendo el mercado, tirando los precios por el suelo. ?Es el mundo al rev¨¦s!¡±.
La discusi¨®n se interrumpe moment¨¢neamente porque suena el tel¨¦fono m¨®vil del director financiero, que se ausenta de la sala. Vuelve al cabo de cinco minutos, con la expresi¨®n desencajada: ¡°Era el director de la oficina de la caja. Ellos tampoco nos van a renovar la p¨®liza; ¨®rdenes de arriba. Hemos entrado en una espiral viciosa, en la cual cada vez que una entidad nos niega la renovaci¨®n de un pr¨¦stamo, ello condiciona a las dem¨¢s, que se niegan a asumir un mayor riesgo con nosotros y acaban cancel¨¢ndonos las p¨®lizas¡±.
En su inocencia, un consejero pregunta por las l¨ªneas ICO, ampliamente anunciadas en los medios en los ¨²ltimos meses. Esta vez le responde otro consejero: ¡°Lo que estamos pidiendo a los bancos son precisamente l¨ªneas ICO, para las que cumplimos todos los requisitos de solvencia, internacionalizaci¨®n, I+D, etc¨¦tera. Pero, al parecer, el problema es que, a trav¨¦s de estas l¨ªneas, el ICO ¨²nicamente hace el fondeo (provee de fondos) a los bancos, pero son estos los que asumen el riesgo. Esto explica que, en general, hoy d¨ªa los bancos est¨¦n financiando mayoritariamente al sector p¨²blico, a algunas grandes empresas y a algunas pymes desahuciadas. Es una gran perversi¨®n: se est¨¢ financiando al que no compite, al que menos lo necesita porque dispone de otras alternativas y al que no se debiera¡¡±.
A trav¨¦s del ICO se est¨¢ financiando al que no compite, al que menos lo necesita porque dispone de otras alternativas y al que no se debiera
El consejero delegado concluye: ¡°El gran error de la banca en Espa?a cuando la econom¨ªa crec¨ªa fue que no puso la lupa y prest¨® a troche y moche, financiando pr¨¢cticamente todas las operaciones que se le presentaban, aunque muchas fueran dudosas, como finalmente se ha demostrado. Ahora ocurre exactamente lo mismo, pero al rev¨¦s. Por no poner la lupa y optar por un cierre generalizado del cr¨¦dito, est¨¢n dejando de prestar a muchas pymes que son perfectamente viables, forz¨¢ndolas a recurrir ¡ªlas que pueden¡ª a fuentes de financiaci¨®n mucho m¨¢s caras. Hoy muchas pymes espa?olas se est¨¢n financiando a tipos de inter¨¦s marginales que est¨¢n entre cinco y siete puntos por encima de los de las alemanas¡±.
La reuni¨®n del Consejo de Administraci¨®n concluye entre el pesimismo y la incredulidad y, como suele ocurrir en estos casos, sin tomar ninguna decisi¨®n firme. Se instruye al equipo directivo que mantenga abiertas todas las l¨ªneas de negociaci¨®n y que haga n¨²meros para conocer el impacto exacto de cada una de las alternativas sobre la cuenta de resultados de la empresa.
Se trata de ganar algo de tiempo, aunque todos son conscientes de que dif¨ªcilmente la situaci¨®n mejorar¨¢ a corto plazo. El cr¨¦dito no llega y, si lo hace, no discrimina. Es absurdo, y cada vez se hace m¨¢s tarde¡
Miquel Nadal es economista y fue secretario de Estado de Asuntos Exteriores entre 2000 y 2002.
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