Violaciones en la plaza de Tahrir

Del conjunto de noticias desesperanzadoras que, progresivamente, est¨¢n tratando de reducir nuestra capacidad de sorprendernos ante eventos negativos, hay una que me duele especialmente: las violaciones que est¨¢n sufriendo las manifestantes de la egipcia plaza de Tahrir, en ocasiones a manos ¡ªy en ¡°manadas¡±¡ª de sus propios compa?eros de reivindicaci¨®n.

A estos ¨²ltimos, as¨ª como a todas aquellas personas que a¨²n reproducen el abuso de poder m¨¢s antiguo y despreciable, me gustar¨ªa decirles: ?Basta ya! ?Tanto nos cuesta comprender que las mujeres tambi¨¦n pueden y deben salir a la calle a expresar su opini¨®n, libres del miedo a ser tratadas como un ¡°juguete sexual¡±? ?Qu¨¦ podremos exigirles a nuestros Gobiernos si hacemos uso de la violencia m¨¢s extrema para imponer nuestra voluntad? ?Acaso podr¨¢ tildarse de revolucionario un movimiento que pise los derechos de la mitad de la humanidad? Dif¨ªcilmente. O todas, o ninguno.

Por otro lado, mi m¨¢s caluroso apoyo a todas aquellas personas que en la misma plaza de Tahrir ¡ªy en otros muchos lugares del planeta¡ª est¨¢n combatiendo este tipo de acciones opresoras, abriendo el camino hacia una revoluci¨®n integral que nos incluya a todas y a todos.¡ª Alberto Izquierdo Montero.